Trastornos alimenticios: anorexia y bulimia

Trastornos alimenticios: anorexia y bulimia

Falta de apetito, ganas excesivas de comer y luego vomitar, preocupación excesiva por el cuerpo, dolores abdominales insoportables, ansiedad, descontrol hormonal, fatiga, mareos y dolores de cabeza recurrentes... estos son algunos de los síntomas que pueden indicarte que estas ante un trastorno alimenticio.

Índice
  1. ¿Qué son los trastornos alimenticios?
  2. Causas de los trastornos alimenticios
  3. Los trastornos alimenticios en la adolescencia
  4. Bulimia y anorexia
  5. Síntomas generales
  6. Anorexia nerviosa
  7. Bulimia nerviosa
  8. ¿Cómo tratar la anorexia y la bulimia?

¿Qué son los trastornos alimenticios?

Los trastornos alimenticios son psicopatologías que afectan al individuo tanto en su salud mental, como física. Estas usualmente se manifiestan a través de la preocupación excesiva por la imagen corporal y las ganas excesivas o insuficientes de alimentarse. Pueden afectar a personas de todas las edades, sexo, raza, etnia y estatus social.

Si bien los trastornos alimenticios son complejos, la mayoría comienzan con una pérdida o aumento de peso considerables, que ocurre de manera accidental o deliberada, que puede conducir a medidas poco saludables para mantener la pérdida o despreocuparse por ese aumento que luego será parte de un grave problema de salud.

Causas de los trastornos alimenticios

Aún no se conoce una causa exacta que ocasione los trastornos alimenticios. Se cree que estos trastornos son el resultado de uno o más factores biológicos, conductuales y sociales, incluyendo: genética, experiencias traumáticas desagradables, presión escolar, discriminación, ser parte de una familia con trastornos alimentarios, entre otros.

Aunque los trastornos alimenticios suelen ser el resultado de una serie de factores personales, ambientales, psicológicos, biológicos y sociales, parece que los adolescentes son el grupo de personas en mayor riesgo al desarrollar un trastorno alimenticio.

El bullying escolar se ha demostrado, es una de las causas más frecuentes de los trastornos alimenticios. Adolescentes que han sufrido desde su infancia discriminación, tienden a ser los que más padecen de trastornos alimenticios como la anorexia o bulimia nerviosa. Estos trastornos también pueden presentarse en adolescentes que han crecido en familias perfeccionistas, donde si algo escapa de los "parámetros normales" será mal visto. Por ejemplo: una familia donde todos son flacos y uno de los integrantes no lo es, éste sentirá la presión no solo social, sino también la presión de su entorno, al cual deberá adaptarse siguiendo los parámetros que el mismo impone.

Se estima también que quienes han sido víctimas de abuso o han sufrido experiencias traumáticas , son más propensos a presentar trastornos mentales como los trastornos alimenticios -sobre todo anorexia o bulimia-. Algunas de estas personas optan por auto-mutilarse como castigo al ingerir alimentos, donde en realidad, inconscientemente, este castigo se lo están haciendo a ellos mismos, por la culpa e impotencia que sienten sobre esa situación tan perturbadora de la cual fueron parte.

Causas de los trastornos alimenticios

Los trastornos alimenticios en la adolescencia

El período de la adolescencia es un período de cambios intensos que pueden traer consigo una gran cantidad de estrés, confusión y ansiedad para muchos adolescentes. La transformación física que tiene lugar durante este tiempo es enorme y, a menudo, se entrelaza con sentimientos de autoconciencia, baja autoestima y comparación con los demás compañeros. En este período están teniendo lugar cambios hormonales y cerebrales que afectan a una persona física, mental, emocional y psicológicamente.

La adolescencia es un etapa particularmente desafiante para quienes padecen trastornos alimenticios. Esto se debe a los cambios emocionales, físicos y hormonales, así como a las presiones académicas, las presiones familiares y las presiones de los compañeros. En esta etapa, las preocupaciones sobre la imagen corporal se intensifican. Si a estas preocupaciones le añadimos la presión de los compañeros, la discriminación y la falta de juicio que pueden tener algunas personas, estos pueden ser  potenciales factores de riesgo en el desarrollo de un trastorno alimenticio.

Bulimia y anorexia

La bulimia y anorexia son trastornos de la alimentación de origen neurótico, graves y potencialmente mortales si no se tratan a tiempo. Dentro de la enfermedad,  las primeras señales que indican que algo no funciona bien, aparecen en los adolescentes de entre 15 y 17 años. Es común que un caso que comenzó como anorexia a esa edad, termine en un cuadro de bulimia a los 18 o 20 años cuando la persona toma conciencia de la enfermedad.

La diferencia entre una persona que cuida su cuerpo y come de manera saludable, y una persona que está enferma por la comida, radica en el tiempo que dedica por día al tema. Tanto los jóvenes que padecen de bulimia como de anorexia viven "obsesionados'' con su peso. Toda su vida gira en torno a lo que comieron, a los ejercicios que hicieron, al peso con el que se levantaron y al peso con el que se fueron a dormir, a la ropa que les queda y la que ya no les queda, etc. Ésto ocurre a tal extremo que llegan a desarrollar un lenguaje oculto que sólo ellos pueden descifrar.

Algunas de las jóvenes llegan a pensar que son lesbianas porque pasaban todo el día mirando el cuerpo de otras mujeres. Cuando van por la calle se dedican a mirar todos los cuerpos que las rodean y a calcular el peso de cada uno de éstos.

La vida de un sujeto con esta patología gira en torno a la misma (anorexia y bulimia). Gira en torno a lograr desarrollar un lenguaje que le permita sentirse mejor, que le permita no pensar en el peso ni en su apariencia; pero por el contrario, con todas estas técnicas lo único que logran es alimentar esta obsesión.

Síntomas generales

  • Dejan de ir a lugares donde saben que va a haber comida
  • Relizan varias horas diarias de ejercicio físico
  • Dejan de comer en público (en el caso delas búlimicas, puede pasar que a altas horas de la noche arrasan con todo lo que tienen en su heladera)
  • Toman diuréticos y laxantes para expulsar todo lo que comieron.
  • Pueden mirarse en cada espejo o vidrio que hay en la calle sin lograr verse tal cual son
  • Buscan diferentes formas de sentarse para disimular la ''gordura'' de sus piernas
  • Desarrolan mecanismos para facilitar el vómito
  • Tienen una distorsión real de su esquema corporal
  • Son personas con una muy baja autoestima
  • Viven una constante lucha interior, ya que tienen terror a engordar y convertirse en personas obesas
  • Se automutilan al sentirse angustiados o ante cualquier situacion estresante
  • Generalmente presentan cuadros depresivos
  • Presentan fatiga física y emocional
  • Son personas inseguras de si mismas
  • Tienen poca autoconfianza
  • Son personas obsesivas
  • Son perfeccionistas y frecuentemente pesimistas
  • Presentan sentimientos compulsivos: ira, ansiedad, aburrimiento, irritabilidad
  • Frecuentemente presentan cambios de humor y padecen ataques de pánico

Parafraseando a Ana María Foseh diríamos que la ausencia de apetito no tiene que ver con la comida, sino con la vida, el deseo de la vida. Dicho apetito puede llevar en algunos casos a la muerte.

Las personas anorexica y bulimicas llevan una vida de mentiras. Viven inventando excusas para no sentarse a la mesa y evitar comer delante de las personas.

Anorexia nerviosa

Anorexia nerviosa

Etimológicamente anorexia quiere decir “falta de apetito”. Sin embargo, la explicación científica de esta enfermedad indica que las personas que la padecen no pierden las ganas de comer sino, que por el contrario, logran un “control estricto” sobre todos los alimentos que ingieren.

La personalidad de un anoréxico tiene rasgos muy marcados que se repiten en cada caso. Las personas anoréxicas tienen una disciplina ejemplar. Son personas exigentes y estrictas en todo lo que hacen. Para poder llegar al peso que quieren, llevan adelante conductas “restrictivas”. Dejan de comer por mucho tiempo, realizan actividades físicas y tienen conductas purgativas a través del vómito de la comida, de laxantes o diuréticos.

En la mayoría de los casos, la anorexia no genera un sentimiento de culpa. Los anoréxicos no son conscientes del mal que se están causando. Un síntoma claro en las mujeres, además del descenso de peso, es la ausencia de la menstruación.

Padcer anorexia no quiere decir que no se tenga hambre. Solo que no comen, pero tiene hambre, además tiene un peso bajo importante, un índice de masa bastante más abajo de lo normal. Muchas veces les aparece una piel diferente, se les cae el pelo y se les quiebran las uñas.

Se ha comprobado que cada tres personas con bulimia hay una con anorexia.

Bulimia nerviosa

La vida del bulímico es bastante diferente a la del anoréxico. Vive con una culpa permanente por lo que come y por lo que hace para expulsarlo. Puede pasar varias horas sin comer, y después ingerir toda la comida que encuentre cuando nadie lo vea. En la mayoría de los casos son conscientes de que tienen una enfermedad. Su peso generalmente es normal pero con altibajos. Tienen etapas en las que engordan y otras en las que adelgazan.

Estos sujetos, cuando se miran al espejo se ven gordos aunque no lo sean; no logran ver su cuerpo tal cual es, a tal punto que si deben pasar entre dos objetos, lo más probable es que las separen demasiado los objetos para poder pasar, ya que de verdad creen que ése es el espacio que necesita su cuerpo. Son capaces de hacer cualquier cosa para que los alimentos que comieron no afecten su peso.

Un 70% de los casos que se registran de bulimia están asociados a depresiones severas. Además, generalmente presentan cambios de humor muy marcados. La culpa los lleva a no querer estar entre otras personas. No quieren salir porque se ven gordos y son inconstantes en todo lo que hacen.

En la mayoría de los casos las personas bulímicas tienen las glándulas parótidas inflamadas, algunos presentan los nudillos lastimados de meterse la mano en boca para generar el vómito, tienen muchas caries (hasta llegan a perder piezas dentales), el pelo pierde fuerza y toman mucha agua.

Cabe remarcar que a diferencia de las personas anorexicas, las bulímicas no adelgazan por no comer. Comen, engordan, vomitan y viven un infierno porque esconden comida, porque se compran dulces a escondidas y porque se hacen trampas en la dieta que están haciendo. Muchas veces empezaron una dieta y no la pudieron cumplir entonces se murieron de hambre todo el día, llegó la noche se atraconeó, se comió toda la heladera, vomitó, se sintió mal, y empezó la dieta de nuevo; realmente viven en una constante lucha interna.

La bulimia es mucho más comunicativa que la  anorexia; la anoréxica puede  hacer mucho ejercicio físico, está como muy aislada, se ve muy perfecta, muy distante; en cambio entras a un cuarto de una bulímica y es esa chica desordenada; así es su vida y así tiene la cabeza.

¿Cómo tratar la anorexia y la bulimia?

El tratamiento para los trastornos alimenticios generalmente -sobre todo en adolescentes- implica un enfoque multidisciplinario. Éste debe incluir médico; psicólogo; terapia individual, grupal y familiar; junto con la rehabilitación nutricional que se encuentra destinada a restaurar la salud y el peso corporal y, modificar los comportamientos relacionados con la alimentación y el ejercicio. El tratamiento para estos tipos de trastornos alimenticios siempre debe basarse en una evaluación integral del individuo y la familia.

La terapia individual utilizada para estos trastornos es la terapia cognitivo-conductual. Este tipo de psicoterapia ayuda a que las personas que padecen trastornos alimenticios encuentren un lugar donde puedan abrirse y sean honestas sobre sus problemas, se relacionen con los demás y reciban el apoyo y las herramientas necesarias para afrontar su condición de la mejor manera.

Nota: Si estamos frente a alguien que padece algún tipo de trastorno alimenticio es necesario ayudarlo a tomar consciencia de lo que esta ocurriendo. En el caso de que la persona se niegue a hablar o niegue su padecimiento, debemos contactarnos con un profesional que le ayude a comprender lo que le esta pasando y las graves consecuencias que podría tener sobre su salud, tanto física como mental.

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