Equimosis: qué es, causas y tratamiento

Equimosis qué es causas y tratamiento

La equimosis es la aparición de moretones o hematomas en la piel. Suelen ser indoloros y sin mostrar signos de molestia. Sin embargo, su aparición se relaciona con sangrados en la piel, lo cual hace necesario que se indague cuál es la causa de que se produzcan. Aun así, en la mayoría de los casos son benignos.

Al inicio su color será como morado oscuro e irá cambiando la tonalidad y coloración hasta devolver su aspecto normal a la piel. No deja cicatrices o marcas, y los vasos sanguíneos siguen funcionando sin ningún problema posterior. Aun así, hay que tener precaución si aparecen de manera recurrente ya que puede ser producto de una causa subyacente.

Índice
  1. ¿Qué es la equimosis?
  2. Síntomas
  3. Causas de la equimosis y qué hacer en cada caso
    1. Contusión o traumatismos
    2. Procedimientos quirúrgicos
    3. Fracturas
    4. Várices
    5. Anticoagulante
    6. Plaquetas bajas
    7. Hemofilia
    8. Leucemia
    9. Dengue
    10. Trastornos de coagulación
    11. Deficiencia de vitamina K
  4. Diferencias entre equimosis y hematoma

¿Qué es la equimosis?

La equimosis es el término médico con el cual se hace referencia a la formación de hematomas producto de la extravasación de sangre por la ruptura de vasos sanguíneos. Esto ocurre debajo de la piel y por lo general la piel permanece intacta ante esta lesión. 

Algo que destaca con este proceso es que desaparece con el paso de los días, ya que el cuerpo reabsorbe la sangre que forma el hematoma. Durante este periodo la piel va sufriendo cambios en su coloración. Esto le permitirá saber al médico cuánto tiempo ha transcurrido y si existen complicaciones.

Equimosis

Mientras la sangre permanece dentro de los vasos sanguíneos, mantiene su color rojo característico. En el momento en que estos se revientan y empieza a salir la sangre, en la zona afectada se observa que la piel se torna morada a causa de la pérdida de oxígeno, proceso en el que intervienen los macrófagos

Con los días va adquiriendo un color verdoso ya que la hemoglobina se desintegra dando la lugar a la biliverdina. Luego se transformará en bilirrubina, cambiando a amarillo.

Por último, se convertirá en hemosiderina, observándose de una tonalidad marrón pálida. Tras esto se irá reabsorbiendo por el cuerpo gracias a los macrófagos los cuales digieren esta sustancia, permitiendo que vuelva a su color natural. En total, se calcula que entre 1 a 3 semanas desaparece el hematoma.

Síntomas

La propia equimosis es un síntoma de que algo está ocurriendo en nuestro organismo. De esta manera, es un signo de que se ha producido un traumatismo, se padece una enfermedad o una reacción a un medicamento. Sin embargo, cuando se sufre de esta lesión es posible que aumente la temperatura en la zona afectada. En caso de que se presenten otros síntomas como dolor, hinchazón o fiebre, se debe consultar a un médico ya que no están asociados a esta afección.

Causas de la equimosis y qué hacer en cada caso

Las razones por las que se produce la equimosis son variadas. Al final, cada uno de estos factores provoca la ruptura de los vasos sanguíneos.

Causas de la equimosis

Algunos de los motivos por los cuales aparecen este tipo de hematomas son:

Contusión o traumatismos

Suele ser la causa más común de la equimosis. Puede ocurrir porque se produce una lesión a raíz de un golpe o accidente mientras se realizaba alguna actividad. Suele observarse con regularidad en aquellas personas que practican deportes, ya sea por traumatismo o realizar sobreesfuerzo. Destaca porque no existe ningún tipo de daño superficial en la piel, más allá de la ruptura de los vasos sanguíneos.

Suele desaparecer por sí sola, pero si se presentan molestias de tipo dolorosas es recomendable aplicar terapia de frío y calor. En las primeras 24 a 48 horas tras la lesión se debe aplicar compresas frías. Tras este periodo de tiempo, se procede a aplicar calor en la zona. También puede acompañarse con la administración de algún antiinflamatorio.

Procedimientos quirúrgicos

Se ha observado con regularidad en casos de cirugía plástica, sobre todo en lipoaspiración, abdominoplastía y la rinoplastia. Esto se debe a que estos procedimientos provocan traumatismos en la zona de operación, favoreciendo la ruptura de los vasos sanguíneos.  

En el caso de la lipoaspiración y la abdominoplastia se puede prevenir la aparición de la equimosis mediante el uso de cintas de compresión o la realización de un drenaje linfático, con lo cual se reduce la presión en los vasos sanguíneos. Mientras que, si se trata de alguna operación en el rostro, se recomienda acostarse boca arriba elevando la cabeza. Además, se debe aplicar compresas frías durante las primeras 48 horas. Esto permitirá que los vasos sanguíneos se contraigan, evitando así que se produzca un sangrado en la zona afectada.

Fracturas

Cuando se producen fracturas de los huesos, por lo general la piel también recibe daño, rompiendo los vasos sanguíneos cercanos a la fractura. Mientras que, cuando se trata de una fractura de los huesos del cráneo o del rostro, es posible que aparezca una equimosis periorbitaria producto de la acumulación de sangre alrededor de los ojos.

En primera instancia se debe inmovilizar el área afectada y acudir al médico lo más rápido posible. Para evitar la aparición de equimosis se recomienda elevar la zona donde se produjo la fractura para reducir la hinchazón y prevenir el sangrado. Esto también se puede acompañar de la aplicación de compresas frías o hielo. Si se siente dolor, es recomendable administrar algún analgésico o antiinflamatorio.

Várices

Las várices provocan fragilidad en los vasos sanguíneos, lo cual aumenta la probabilidad de que se produzca un sangrado y aparezca la equimosis. Esto suele ser muy común en personas mayores o que sufren de obesidad, embarazadas o cuando se permanece mucho tiempo de pie.

Por lo general, se recomienda el uso de medias de compresión para prevenir la equimosis. En casos más graves, el médico indicará la aplicación de inyecciones o cirugía laser para eliminar las venas varicosas.

Anticoagulante

Al impedir la formación de coágulos, estos fármacos aumentan el riesgo de padecer hemorragias o sangrados. Esto suele ser muy común en personas con tratamientos a base de aspirina, heparina o warfarina, ya que su mecanismo de acción interfiere en la formación de coágulos sanguíneos.

Estos tratamientos deben realizarse con estricta vigilancia médica. En caso de producirse una equimosis, aplicar frío sobre la zona para detener el sangrado e impedir que se extienda. Si aparecen hematomas sin causa aparente o con regularidad, debe comunicarse con su médico.

Plaquetas bajas

Son las células sanguíneas encargadas de la coagulación de la sangre. Cuando se encuentran en niveles bajos, existe un mayor riesgo de que se produzcan hemorragias y sangrados. A su vez, aumenta la aparición de equimosis.

En primera instancia, se debe evitar realizar cualquier actividad que favorezca la formación de equimosis. Además, es necesario acudir al médico para que recete un tratamiento que permita aumentar los niveles de plaquetas en sangre y mantener un seguimiento riguroso del paciente. También se recomienda llevar una alimentación rica en ácido fólico y vitamina B12 para reducir la aparición de equimosis.

Hemofilia

Se trata de un trastorno de la sangre por el cuál se producen sangrados debido a que existe una deficiencia en los factores de coagulación. Esto impide que se produzcan coágulos sanguíneos, lo que a su vez favorece la pérdida de sangre. Quienes cursan esta patología suelen sufrir de equimosis con regularidad.

Estas personas no pueden realizar actividades donde se pueda sufrir traumatismos, golpes o contusiones, sobre todo las actividades de impacto o de contacto. Tampoco pueden utilizar tratamientos a base de anticoagulantes así como corticosteroides como la betametasona y dexametasona.

Leucemia

Es un tipo de cáncer que se produce en los tejidos de la sangre, siendo mayormente afectada la médula ósea donde se producen las células sanguíneas. Durante el curso de esta enfermedad los glóbulos blancos no se producen adecuadamente, lo cual provoca una disminución de los mismos en la sangre. Lo mismo ocurre con las plaquetas, favoreciendo la aparición de sangrados y equimosis.

Este último caso suele ser uno de los síntomas más comunes de la leucemia. Cuando aparecen hematomas de manera regular y se diagnostica la leucemia, se procede a aplicar un tratamiento, por lo general quimioterapia, para combatir el cáncer. Tras culminar exitosamente, ya no se observará la aparición de equimosis.

Hematoma

Dengue

Es una infección por un virus que es transmitido por el mosquito Aedes aegypti. Durante el curso de esta enfermedad es posible que se produzcan trastornos de coagulación lo cual favorece el sangrado apareciendo así la equimosis. 

Una vez confirmado el diagnóstico, la persona deberá tomar reposo. Además, se deberá seguir el tratamiento con antipiréticos, analgésicos y mucha hidratación.

Trastornos de coagulación

La presencia de padecimientos que dificulten la formación de coágulos provoca sangrados, siendo muy común que aparezcan hematomas por equimosis. Tal como sucede con la enfermedad von Willebrand.

Se trata de una patología que no tiene cura, por lo cual el tratamiento se centra en administrar fármacos que ayuden a controlar los sangrados.

Deficiencia de vitamina K

La vitamina K es una sustancia esencial para el proceso de coagulación. Cuando existe una deficiencia de esta vitamina en el organismo, aumenta el riesgo de que se produzca un sangrado así como equimosis. Por lo que será necesario administrar suplementos para reponer los niveles de concentración de vitamina K en el organismo.

Diferencias entre equimosis y hematoma

Tanto el hematoma como la equimosis son hematomas provocados por la presencia de sangrado producto de la ruptura de vasos sanguíneos. En muchos casos, suelen ser tomadas como sinónimo debido a que visualmente son similares. Sin embargo, pueden diferenciarse de la siguiente manera:

  • Equimosis: la ruptura de los vasos sanguíneos no siempre está asociada a un golpe, y suelen ser vasos que se encuentran en las capas superficiales de la piel. Su color va variando a medida que va desapareciendo y su tamaño puede variar entre 5 mm o menos. Además, por lo general no se presenta dolor o abultamiento donde aparecen. 
  • Hematoma: hay que tener claro que el hematoma puede ser un tipo de equimosis. En él existe inflamación del tejido, provocando que la piel se abulte. Por lo general se produce a causa de un golpe o traumatismo, generando a su vez dolor. Esto es lo que provoca la ruptura de los vasos sanguíneos, además de que los vasos que suelen romperse suelen encontrarse en capas profundas de la piel. Su tamaño varía en proporción a la sangre que se pierde. También tardan más tiempo en desaparecer.

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