¿Qué tipos de dolores de cabeza hay y sus características?

Aunque los dolores de cabeza son un cuadro bastante común que todos hemos sufrido más de una vez en la vida, son muchos los tipos que se pueden identificar. Cada uno de estos presenta variedad de síntomas que permiten determinar qué tomar para el dolor de cabeza y así aliviar el malestar de manera efectiva. Y si bien puede no ser algo importante, cuando es persistente, crónico e incapacitante es necesaria la atención médica urgente.

¿Qué es el dolor de cabeza?

Conocido por el término médico cefalea, es considerado uno de los tipos de dolor más comunes. El mismo hace referencia a la sensación dolorosa que se produce únicamente en la zona del cráneo o la cabeza. Puede aparecer en toda el área como en solo un lado. 

La manera en que se presenta es en distinta intensidad y frecuencia, pudiendo llegar a ser intermitente o continuo. Es posible que sea leve, pulsátil o con palpitaciones. 

La cefalea puede ser producto de alguna patología o condición médica siendo llamados dolor de cabeza primario, o también puede que no esté relacionado a estas causas, considerado dolor de cabeza secundario.

Se estima que existen más de 200 tipos de dolor de cabeza. En el caso de los primarios se agrupan aquellos de origen tensional, en brotes o migrañas. Mientras que los secundarios pueden deberse a trastornos neurológicos, afecciones de los ojos, nariz, entre otros. En la mayoría de los casos no es indicativo de algún problema médico grave. Sin embargo, si se evoluciona a un dolor fuerte e incapacitante, se debe buscar atención médica inmediata. Además, se considera un cuadro de urgencia si se acompaña con otros síntomas como vómitos, mareos, problemas de coordinación, entre otros.

Los cuadros de cefaleas crónicas pueden generar preocupación en el paciente. Sin embargo, en su mayoría no se encuentra asociado a problemas médicos de gravedad. En el momento en que el síntoma persiste, empeora o no responde al tratamiento, también se considera necesario buscar atención médica para descartar cualquier complicación.

Aparece en cualquier persona, sin importar la edad. Sin embargo, resulta más común en adultos, y existe mayor prevalencia en mujeres que en hombres. 

¿Cuáles son las causas del dolor de cabeza?

Son muchos los factores detonantes de la cefalea. Cuando se trata de migraña, la mayoría de las veces se debe a factores genéticos o hereditarios, y suele desencadenarse por cambios hormonales, estrés, falta de sueño o intolerancia a ciertos alimentos. Se identifica como un dolor pulsátil, producto de la vasodilatación de las arterias cerebrales.

En el caso del dolor de cabeza tensional, el mismo es producto de una contracción de los músculos del cuello. Suele asociarse a cuadros de estrés, mala alimentación, mala postura sobre todo a la hora de dormir o hasta depresión. El dolor se puede intensificar a medida que pasa el tiempo.

Factores comunes

Si bien se puede hacer una descripción de las causas de los distintos tipos de cefalea, se conoce que los factores desencadenantes más comunes son:

• Traumatismos: los golpes en la cabeza o cráneo pueden ser causantes de un dolor de cabeza. La intensidad y el tiempo de duración del mismo dependerá de la gravedad del traumatismo y el tiempo que tarda el cerebro en recuperarse de la lesión.
• Herencia: es común que cuando existen antecedentes familiares, como padres o hermanos que padecen de dolor de cabeza, es posible que se padezca del mismo dolor. Aun así, no se ha comprobado que en todos los casos actúe de esta manera.
• Edad: aunque es común que aparezca cefalea en niñas, no son tan comunes como en la adolescencia o en la adultez. Durante los cambios hormonales es bastante frecuente que aparezca, por lo que se evidencia en mujeres durante la menstruación y la menopausia.
• Estrés: es un desencadenante bastante frecuente, sobre todo en adultos jóvenes, aunque puede llegar a afectar a niños. Es posible que llegue a empeorar el dolor o volverlo crónico.
• Alimentos: esto se encuentra asociado a la migraña. No existe un tipo específico de alimento que produzca este tipo de dolor. Sin embargo, se considera que el alto consumo de sal o alimentos con alto contenido de sodio pueden provocar su aparición.
• Alcohol: en algunos casos puede producir cefalea debido a la presencia de histaminas, o taninos como en el caso de ciertos vinos. Ambas sustancias pueden considerarse desencadenantes.
• Falta de sueño: tener problemas de sueño o privarse del mismo puede generar malestar en la cabeza, pudiendo empeorar si se prolonga este cuadro.
• Fármacos: algunos tipos de fármacos como los vasodilatadores o nitritos pueden tener como efecto secundario las cefaleas. También puede presentarse si existe abuso de la medicación.

Factores cronificadores

Existen circunstancias que pueden provocar que el dolor de cabeza empeore o se intensifique, llegando a durar más tiempo cada cuadro. En este grupo figuran:

• Edad avanzada: aunque pueden aparecer en cualquier edad, los dolores pueden empeorar en personas mayores.
• Mujeres: los cambios hormonales de la menstruación o durante la menopausia pueden ser más intensos, en algunos casos pueden llegar a incapacitar temporalmente a la persona.
• Ansiedad, estrés y depresión: estos cambios emocionales pueden incidir en contracturas de los músculos, generan un dolor persistente y pulsátil.
• Cafeína: cuando se consume en grandes cantidades puede provocar un empeoramiento de los dolores de cabeza.
• Obesidad: se ha comprobado que esta población tiene una mayor tendencia a sufrir de migrañas.

¿Qué tipos de dolores de cabeza y sus síntomas?

Se estima que existen alrededor de más de 200 tipos de dolores de cabeza. Sin embargo, estos pueden clasificarse en los siguientes 3 grupos:

• Cefaleas primarias: se consideran las cefaleas más comunes y de mayor prevalencia en la población. Se constituyen por una patología en sí, estando asociadas a una predisposición de su ocurrencia.
• Cefaleas secundarias: son causadas por algún trastorno o cambio estructural, donde figuran comúnmente las lesiones y los tumores cerebrales.
• Neuralgias craneales: es un dolor producto de una afectación de algún nervio craneal.

De la misma manera, dentro de los consultorios médicos suele ser común recibir pacientes que presentan los siguientes dolores de cabeza:

Migraña

Se trata de un dolor intenso y punzante que suele presentarse en un solo lado de la cabeza, con una duración variable de horas hasta 3 días. Además, el dolor puede aparecer con recurrencia o episodios aislados. Las mujeres son más propensas a sufrir de migraña, aunque no existe una causa clara del porqué.

Es común observar sensibilidad a la luz, a los olores y los sonidos. Puede acompañarse de náuseas y vómito. Previo a la aparición del dolor es posible que aparezcan síntomas que afectan la percepción visual y sensorial:

• Dificultad para ver, pudiendo presentarse pérdida visual o aparición de puntos o líneas imaginarios.
• Entumecimiento.
• Debilidad muscular.
• Dificultad para hablar.

Muchos de los casos se asocian a factores hereditarios, aunque también son bastantes comunes en personas que sufren de depresión. Y pueden desencadenarse por estrés, ansiedad, ingesta de ciertos alimentos, alteraciones en el sueño, cambios hormonales, entre otros. Se ha asociado también el uso de ciertos fármacos a su aparición.

Cefalea por tensión

Se considera que al menos una vez en la vida toda persona ha sufrido de este dolor de cabeza. Abarca toda la cabeza y destaca por un dolor sordo y persistente. Además, se acompaña de sensibilidad en la zona superior del cuerpo, empezando en los hombros hacia arriba. También es posible observar sensibilidad a la luz y los sonidos. Otros de sus síntomas más comunes es una sensación de presión en la parte posterior de los ojos.

Puede durar varias horas, pero no se considera una condición incapacitante. La ansiedad, el estrés y la depresión son los principales causantes de esta cefalea. Sin embargo, puede producirse debido a cuadros de deshidratación, poca actividad física, mala postura, saltarse las comidas o ruidos fuertes. 

Dolores de cabeza en racimos

Es considerado un cuadro severo y que se presenta de manera recurrente, pudiendo aparecer varias veces al día o durar semanas o meses con los episodios. Es la razón que se le denomine con término racimos. Tiene mayor prevalencia en hombres que en mujeres. Algo que destaca en estos cuadros es que suelen iniciar siempre a la misma hora.

El dolor de cabeza aparece sin ningún tipo de aviso, y puede durar hasta 3 horas. Destaca por ser un dolor intenso y punzante que puede llegar a irradiar alrededor del ojo. Se acompaña con otros síntomas como nariz congestionada o con goteo nasal, sensibilidad a la luz o a los sonidos, ojos llorosos, entre otros. Si bien se desconoce la causa, se considera a los fumadores como la población más propensa.

Dolores de cabeza por esfuerzo

Son producto de realizar esfuerzo físico intenso, sobre todo prolongado como correr, levantar peso, saltar, ataques de tos, entre otros. Es un dolor punzante que abarca toda la cabeza. Aunque suelen desaparecer al poco tiempo es posible que su duración se extienda hasta dos días.

Dolores de cabeza hípnicos

Es un tipo de dolor de cabeza poco común, pero que se presenta con mayor regularidad en personas mayores de 50 años. Se trata de un dolor punzante que abarca ambos lados de la cabeza y su intensidad puede variar de leve a moderada. Además, se le ha denominado como dolor despertador ya que puede provocar que la persona despierte en la madrugada.

Puede ser recurrente, llegando a presentarse varias veces a la semana, y provoca náuseas y sensibilidad a la luz y el sonido. Se considera un padecimiento benigno y que solo requiere atención médica si es la primera vez que aparece.

Cefalea por abuso de fármacos

También conocido como dolor de cabeza de rebote, es producto por una administración excesiva de medicamentos. Se presenta de manera diaria y sus síntomas son similares a los de una migraña. Puede presentar mejoría con el uso de analgésicos pero luego vuelve a aparecer. Esto se debe a que esta familia de medicamentos es una de las causantes de este dolor, y suele ocurrir cuando se lleva un tratamiento prolongado de más de 15 días.

Dolor de cabeza sinusal

Es un síntoma común de la sinusitis, ya sea por alergia o infección. El dolor se extiende a la zona de los ojos, las mejillas y la frente. Y puede empeorar al hacer ciertos movimientos o esfuerzo físico. Destaca por ser punzante y se acompaña de síntomas como secreciones nasales, fiebre, congestión nasal, náuseas y sensibilidad a la luz y a los sonidos.

Cefalea por traumatismos

Se produce tras recibir un golpe en la cabeza o en el cuello. No se considera un cuadro preocupante si el mismo fue leve. Sus síntomas son similares a la migraña o dolor por tensión, y pueden aparecer al poco tiempo de haber sufrido el golpe.

En caso de tratarse de un traumatismo más grave, es posible que el dolor sea más fuerte y persistente. Y será necesario solicitar asistencia médica inmediata en caso de producirse alguna lesión preocupante o que se presenten los siguientes síntomas: vómitos, confusión, anisocoria, problemas de audición o visión, inconsciencia o convulsiones.

Diagnóstico de cefaleas

El diagnóstico suele hacerse cuando se trata de un dolor de cabeza persistente y recurrente. Será necesario indicar al médico cómo es el dolor y los síntomas que lo acompañan, así como la zona que afecta. De la misma manera, es necesario que el médico conozca los factores que desencadenan el dolor, o lo que ocurre previo a su aparición. 

Si se considera que es producto de una causa o patología subyacente, es posible que se soliciten pruebas de imagen como resonancia magnética, tomografía computarizada, angiotomografía computarizada, entre otros.

¿Qué debo hacer ante un dolor de cabeza?

La manera en que se aborde esta condición dependerá de la causa o tipo de dolor de cabeza. En primera instancia se utilizarán analgésicos o antiinflamatorios para mejorar el cuadro, siendo muy común el ibuprofeno, paracetamol o hasta la aspirina. Sin embargo, en caso de no ceder, se procederá a usar un tratamiento similar al de las migrañas. 

Además, es posible que se limite el consumo de sal o ciertos alimentos ricos en sodio.

También puede indicarse un cambio en el estilo de vida, siendo necesario reducir o evitar el estrés y la ansiedad. Esto puede ser posible a través de sesiones de meditación o yoga. Otras de las alternativas que se pueden implementar son:

• Tomar un baño de agua tibia, mejor si es en una bañera.
• Comer algún alimento rico en azúcar cuando se presenta una baja de azúcar.
• Colocar compresas frías o tibias en la cabeza o en el cuello.
• Acostarse y relajarse.
• mantenerse en un cierto oscuro y lejos del ruido.

En caso de ser producto de un traumatismo, se debe realizar una evaluación tanto de la lesión como de las facultades del paciente para determinar el tratamiento más óptimo.