Discapacidad intelectual y retraso mental

Discapacidad intelectual y retraso mental

El diagnóstico de un retraso mental, nos está hablando de una vivencia de una situación determinada, que está inserta dentro de una lógica de la discapacidad -por lo tanto es producida-, y que la misma obedece a ciertos lineamientos políticos e ideológicos imperantes desde el poder-saber en un momento dado.

Si una persona presenta una discapacidad intelectual, significa que ésta aprende y se desarrolla más lentamente que el resto.

Una persona con discapacidad intelectual usualmente -depende de la severidad de su condición- tendrá problemas para aprender, problemas de atención y problemas para funcionar normalmente en su vida cotidiana.

Hay que tener en cuenta la estigmatización que acompaña al “discapacitado” en nuestra cultura y sus efectos en su proceso de subjetivación. Efectos que son recurrentes, como lo plantea a continuación Víctor Giorgi: “…las experiencias relacionales negativas retornan sobre el sujeto, deterioran su autoestima y construyen un cuadro en el cual las discapacidades primarias se sinergizan y retroalimentan con los ataques a la confianza en si mismo y la imposibilidad de acceder a ciertos aprendizajes sociales. La exclusión social consiste precisamente en un proceso de empobrecimiento creciente de las interacciones hasta alcanzar un punto de inflexión, de no retorno en el cual los vínculos quedan reducidos al entorno inmediato o a otros sujetos de igual condición restringiendo así el acceso a modelos  identificatorios y condicionándolo a un frágil desarrollo de la personalidad.”.

Índice
  1. ¿Cómo se puede detectar un retraso mental?
  2. Clasificaciones de acuerdo al nivel de discapacidad
    1. Discapacidad intelectual o retraso mental leve
    2. Discapacidad intelectual o retraso mental moderado
    3. Discapacidad intelectual o retraso mental severo
  3. Causas de la discapacidad intelectual o retraso mental
  4. Diagnostico del retraso mental

¿Cómo se puede detectar un retraso mental?

Cómo se puede detectar un retraso mental

E retraso mental puede ser detectado en la primera infancia. En los bebés que padecen una discapacidad intelectual o un retraso mental, podemos comenzar a notar las fallas de su desarrollo a partir de los 6 meses, cuando el bebé comienza a experimentar nuevas habilidades, como tomar objetos, sentarse y comienza a vincularse con el mundo exterior.

En los niños las fallas del desarrollo mental pueden ser detectadas si se notan limitaciones en el funcionamiento adaptativo o habilidades esenciales para vivir.

Es importante preguntarse acerca de cómo fue su experiencia en la escuela, dado que ciertos estudios sostienen que: los niños que presentan retraso mental leve no suelen presentar grandes problemas, cursándola casi normalmente (lo cual dificulta un diagnóstico más temprano), siendo quizás, un poco más lentos que el resto. Lo que se suele notar es algún retraimiento o timidez. A su vez, los padres pueden tener actitudes más sumisas y complacientes y no preguntarse o informarse debido a posibles desconocimientos, mitos, miedos.

Cuanto antes sea detectado el retraso mental menos riesgos presentará, esto se debe a que la pronta atención reduce el riesgo de un daño cerebral prolongado.

Clasificaciones de acuerdo al nivel de discapacidad

Al igual que la mayoría de los cuadros clínicos, un retraso mental puede ser leve, moderado, o severo (grave). Cuanto mayor es la discapacidad, más problemas tendrá el individuo para aprender, relacionarse y llegar a ser independiente.

Es normal que exista incertidumbre con ciertos tipos de discapacidad, no todas las deficiencias evolucionan de la misma manera, o no se sabe sobre como pueden llegar a desarrollarse. Se necesita tiempo y el trabajo de varios profesionales para lograr un diagnóstico más preciso; incorporándose así la incertidumbre como una variable más con la que hay que convivir.

Discapacidad intelectual o retraso mental leve

Quienes presentan un nivel leve de discapacidad intelectual son a menudo más lentos en todas las áreas de desarrollo conceptual y las habilidades sociales.

Los problemas cognitivos de la persona con retraso mental leve no responden únicamente a un retraso a nivel de la inteligencia sino que hay una desarmonía entre los factores que constituyen su personalidad, manifestándose en incapacidades para acomodarse a las exigencias y expectativas sociales del entorno. Ésto a su vez, da  lugar a que quienes lo rodean se acomoden a tales disfunciones de dos maneras posibles: sobreprotegiéndolo o exigiendo un comportamiento “normal”, lo cual genera en ambos casos una incomunicación que afectará su integridad afectivo-emocional que sumado a sus dificultades instrumentales le va a impedir su integración educativa, social y laboral.

Discapacidad intelectual o retraso mental moderado

Quienes presentan discapacidad intelectual o retraso mental moderado usualmente pueden ser notoriamente más lentos que el resto de las otras personas y pueden verse claras fallas en su desarrollo desde una edad muy temprana.

Los individuos con un retraso mental moderado pueden cuidar de sí mismos, viajar a lugares que se encuentren dentro de su comunidad y aprender habilidades básicas relacionadas con la seguridad y la salud. Su autocuidado requiere de un apoyo moderado.

Discapacidad intelectual o retraso mental severo

Quienes padecen un retraso mental severo pueden presentar síndromes congénitos, por tanto ya desde la etapa fetal su cerebro se fue desarrollando de una manera anormal. Estas personas no pueden ser independientes, y requieren de una supervisión constante y cercana que ayude con las actividades de autocuidado.

Los individuo con retraso mental severo tienen una capacidad muy limitada para comunicarse, no son capaces de cuidarse a sí mismos y no comprenden los peligros diarios que se pueden presentar. Se encuentran dominados por el "ello" y no tienen noción de normas ni moral. Pueden intentar satisfacer sus necesidades de manera primitiva sin ningún tipo de represión, lo que puede causarles graves problemas si no se encuentran supervisados.

Causas de la discapacidad intelectual o retraso mental

Causas del retraso mental

Las causas que ocasionan el retraso mental suelen ser variadas. A menudo, el retraso mental grave o severo puede venir acompañado de causas congénitas - fallas cerebrales dentro del vientre materno-.

Algunas de la causas diagnosticadas por el retraso mental son: síndrome de Down, síndrome de alcoholismo fetal, diversos tipos de condiciones médicas -como el hipotiroidismo mal tratado- y condiciones psiquiatricas -como el autismo-.  Entre todas estas causas comunes que generan un retraso mental, sólo el síndrome de alcoholismo fetal puede ser completamente prevenible.

Diagnostico del retraso mental

Para el diagnostico del retraso mental se realiza una evaluación que comienza con un examen físico completo y una revisión completa de la historia médica que justifique cualquier causa física o médica de los síntomas preocupantes. Luego se realiza un test cognitivo que muestra el nivel intelectual del paciente. e realizan estudios de adaptación, con participación en roles grupales e interacción social -muestran la conducta adaptativa del individuo-.

Si el diagnóstico de retraso mental leve se realiza solamente con los resultados del WAIS III, como se hace en la mayoría de los casos se genera una sentencia invalidante ya que una etiqueta diagnóstica conlleva generalmente a una aceptación por parte del que la padece y del grupo que lo rodea, comportándose ambos según los estereotipos que se viven y se le asignan en la sociedad. Lo que se contradice con los cambios paradigmáticos que vivimos actualmente en torno a la salud, que suponen una visión hologramática (E. Morin) del sujeto, donde debieran confluir distintas miradas disciplinarias que suponen a su vez perspectivas multireferenciales dentro de una cultura y momento socio- histórico determinado.

Se genera un diagnóstico que excluye y estigmatiza, mientras que desde el nuevo enfoque sobre Discapacidad, se contempla garantizar el ejercicio de los derechos, a partir de la identificación de necesidades, para proporcionar oportunidades habilitando un escenario de equidad  que estimule potencialidades, que trasciendan las diferencias individuales, buscando el respeto a la diversidad.

 

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