Transaminasas

Transaminasas

Las transaminasas son unas de las enzimas que resultan esenciales para el buen funcionaminto del organismo. Su principal función es la de estimular la producción de aminoácidos esenciales para el desarrollo de síntesis proteica que tiene lugar en el órgano hepático. Es por ello que sus valores en una analítica sanguínea son claros indicadores del buen o mal funcionamiento del hígado.

Del mismo modo que sucede con otras enzimas presentes en el organismo, es importante que los valores de transaminasas sean óptimos.

Índice
  1. ¿Qué son las transaminasas?
    1. Tipos de transaminasas
  2. Función de las transaminasas
  3. Valores normales de las transaminasas
  4. Transaminasas altas
    1. Causas de las transaminasas altas
    2. ¿Cómo disminuir los niveles de transaminasas?
  5. Transaminasas bajas
    1. Causas de las transaminasas bajas
    2. Transaminasas bajas en el embarazo

¿Qué son las transaminasas?

Se conocen como transaminasas a un conjunto de enzimas presentes en el órgano hepático. Es precisamente el hígado uno de los órganos más importantes del cuerpo humano ya que cumple funciones esenciales: almacenamiento de glucógeno, síntesis de proteínas, desintoxicación del organismo, formación de la bilis...

Es por ello que resulta esencial tener unos niveles adecuados de transaminasas para que el hígado funcione de una forma adecuada.

Tipos de transaminasas

Tipos de transaminasas

Se diferencian los siguientes grupos de transaminasas.

  • GOT o AST: esta enzima se encuentra presentes en diversos órganos del cuerpo humano, siendo el órgano uno de ellos. Niveles elevados en una analítica sanguínea pueden señalar una destrucción celular.
  • GPT o ALT: la enzima se localiza principalmente en el hígado. Su principal función es la fabricación de glucosa.
  • GGT: se trata de una enzima que se encuentra en los tejidos de numerosos órganos: corazón, cerebro, páncreas... La mayor concentración se da en las células hepáticas. Cuando los niveles son elevados, puede ser un indicativo de la presencia de una determinada enfermedad hepática, de páncreas o de la vesícula biliar.

Función de las transaminasas

La principal función que cumplen las transaminasas es favorecer la producción de determinadas clases de aminoácidos. Las pequeñas moléculas de proteínas son necesarias para el desarrollo del organismo. A pesar de que el trabajo se lleva a cabo en el interior de la célula, también se libera de forma directa a la sangre.

Valores normales de las transaminasas

Valores normales de las transaminasas

Es importante conocer cuáles son los valores normales de las transaminasas para determinar cualquier tipo de anomalía.

  • Valores normales GOT-AST: entre 0 y 37 U/L.
  • Valores normales GPT-ALT: entre 0 y 41 U/L.
  • Valores normales GGT: entre 11 y 50 U/L.

Para mantener los niveles normales de transaminasas es esencial llevar un estilo de vida saludable. Para ello, se debe seguir una dieta variada y equilibrada, evitando el consumo de alimentos ricos en grasas y bebidas alcohólicas; por supuesto, el ejercicio físico es fundamental.

Generalmente, las transaminasas ayudan a conocer el estado en el que se encuentra el hígado; se trata de un marcador muy sensible de lesión hepática.

No obstante, hay que tener en cuenta que valores anormales de transaminasas no siempre guardan una relación directa con trastornos del hígado. Dichos valores pueden aumentar a raíz de una enfermedad que se haya desarrollado en otros óganos del cuerpo, o incluso a consecuencia de una lesión muscular.

Transaminasas altas

En una analítica sanguínea, se considera que los valores de transaminasas son altos cuando superan los 40 U/L en el caso de los hombres y de 34 U/L en el de las mujeres. Dichos valores pueden indicar un determinado trastorno en el órgano hepático, de mayor o menor gravedad.

Las principales causas que favorecen el aumento de dichos valores son una mala alimentación y un estilo de vida sedentario. También el consumo excesivo de bebidas alcohólicas, lo cual ejerce un daño directo en las células del hígado y, con ello, un aumento de las transaminasas.

Causas de las transaminasas altas

Causas de las transaminasas altas

Cuando los valores de las transaminasas aumentan en gran medida de forma repentina, la causa puede ser una de las enfermedades que señalamos a continuación.

Hígado graso

Tal y como su propio nombre indica, esta enfermedad se desarrolla cuando se acumula una cantidad excesiva de grasa en el hígado. Se diferencian dos tipos principales.

  • Hígado graso no alcohólico: es aquel cuyo desarrollo no está relacionado con el consumo de alcohol. Puede existir o no inflamación y daños en las células hepáticas.
  • Hígado graso alcohólico: es aquel trastorno cuya causa directa es el consumo excesivo de bebidas alcohólicas. En un alto porcentaje de casos, se trata de la fase inicial de la enfermedad, tras la cual aparecen otras de mayor gravedad como la hepatitis y la cirrosis.

Hepatitis

La hepatitis es un virus de carácter grave que afecta de forma directa al órgano. Existen los siguientes tipos de virus.

  • Hepatitis A: se transmite a través del contacto con bebidas o alimentos contaminados, así como por contacto con materia fecal.
  • Hepatitis B: en este caso la transmisión se realiza mediante las relaciones sexuales o las agujas.
  • Hepatitis C: en el caso de la hepatitis C también se transmite por compartir tanto jeringas como agujas, así como a través de las relaciones sexuales.
  • Hepatitis E: la enfermedad se transmite por el contacto de la boca con las heces. En un alto porcentaje de casos se da por el agua contaminada.

Enfermedad de Wilson

La enfermedad de Wilson es una enfermedad hereditaria cuya principal característica es la acumulación de cobre en determinados órganos, como el hígado.

El cobre tiene un papel muy importante en un amplio abanico de procesos del organismo, tales como la formación del sistema óseo o la producción de melanina. El cobre es absorbido de los alimentos y su exceso se excreta a través de la bilis, una sustancia que se produce en el hígado.

Pero no ocurre así en aquellas personas que padecen la enfermedad de Wilson. El cobre no se elimina de la forma adecuada, de modo que se acumula hasta niveles que pueden llegar a ser potencialmente mortales.

Cáncer de hígado

El cáncer de hígado es un tumor maligno que afecta a este órgano. Aunque no se conocen las causas directas de la enfermedad, existen una serie de factores de riesgo que aumentan de forma notable la probabilidad de desarrollarla: consumir grandes cantidades de alcohol, padecer cirrosis, obesidad...

En relación a los síntomas, los que se repiten con mayor frecuencia son la ictericia y dolor localizada en el área derecha del abdomen. Por lo general, los indicios aparecen en fases avanzadas de la enfermedad.

Cirrosis hepática

La cirrosis hepática es como se conoce a la acumulación de cicatrices en el hígado, lo cual da lugar a un mal funcionamiento del órgano. Se trata de la última fase del trastorno hepático crónico.

Las principales causas de la enfermedad son la infección por hepatitis B o C, así como el alcoholismo durante un periodo de tiempo prolongado.

¿Cómo disminuir los niveles de transaminasas?

En caso de niveles de transaminasas altos, a continuación señalamos una serie de pautas para disminuirlos, siempre y cuando la anomalía no esté relacionada con ninguna enfermedad.

  • Seguir una dieta saludable y equilibrada. Para ello, es recomendable limitar el consumo de alimentos ricos en grasas y evitar las comidas procesadas.
  • Resulta tan importante consumir los alimentos adecuados para cuidar la salud, como prepararlos de forma correcta; lo ideal es al vapor, al horno o a la plancha.
  • La hidratación es clave para favorecer la eliminación de grasas por parte del hígado.
  • Relizar ejercicio físico moderado de manera habitual también es una buena forma de normalizar los valores de las transaminasas. Basta con caminar 30 minutos diarios.

Transaminasas bajas

Se consideran niveles bajos de transaminasas cuando se encuentran entre 5-31 U/L en el caso de las mujeres y de 5-36 U/L en el de los hombres. Cualquier valor que se encuentre por debajo de este rango puede señalar la existencia de un determinado trastorno de salud.

En un alto porcentaje de casos las transaminasas bajas tienen su explicación en una alimentación poco saludable que haya dado lugar a una carencia de nutrientes, así como a una infección urinaria.

Causas de las transaminasas bajas

Causas de las transaminasas bajas

Existen determinadas enfermedades que pueden reducir los niveles de transaminasas en sangre.

Enfermedad de Crohn

La enfermedad de Crohn es un proceso inflamatorio de carácter crónico que se localiza en el tracto intestinal. Se trata de una enfermedad recurrente, que se puede presentar en determinadas ocasiones con periodos prolongados de remisión.

En relación a los síntomas, estos varían en función de la parte de los intestinos afectada por el trastorno. Los más habituales son: dolor abdominal, diarrea, fiebre, hinchazón, dolor de las articulaciones y absceso rectal.

Enfermedad celíaca

La enfermedad celíaca es un trastorno que afecta al intestino delgado, alterando en gran medida la absorción de nutrientes de los alimentos por parte del organismo. Aquellos pacientes afectados por esta enfermedad presentan intolerancia a la proteína gluten, la cual está presente en los cereales.

En cuanto a los síntomas propios de la enfermedad, varía en función de la edad. En el caso de los bebés, es frecuente que estos no gan peso y no se desarrollen de una manera adecuada. En cuanto a los niños y personas adultas, los indicios más frecuentes englobal diarrea, dolor de estómago, pérdida de peso y fatiga sin razón aparente.

Carencia de vitamina B6

La vitamina B6 es una de las denominadas vitaminas hidrosolubles. Su papel es muy importante en una gran selección de funciones del organismo, como la producción de anticuerpos o el mantenimiento de los niveles adecuados de azúcar en sangre.

Pues bien, la carencia de vitamina B6 es una de las principales causas de las transaminasas bajas. Es frecuente en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, así como niños. Son los grupos de población que mayor cantidad de proteínas requieren.

Hepatitis C

La hepatitis C es una infección viral que da lugar a la inflamación del órgano hepático, teniendo consecuencias graves en un alto porcentaje de casos. Una de sus principales características es que es una infección que se mantiene en silencio durante un largo periodo de tiempo; cuando comienzan los primeros indicios el hígado está muy dañado.

Los principales síntomas de la hepatitis C son: sangrado y hematomas con facilidad, fatiga, falta de apetito, ictericia, picazón en la piel y pérdida de peso.

Transaminasas bajas en el embarazo

Transaminasas bajas en el embarazo

Las mujeres gestantes pueden presentar determinados tipos de enfermedades hepáticas, la gran mayoría de las cuales desaparecen después del parto. La frecuencia con la que se dan estos trastornos en los países desarrollados es muy baja, pero en ocasiones pueden revestir gravedad tanto para la madre como para el feto.

Algunos de los síntomas que se producen de manera habitual, y a los cuales hay que prestar especial atención son: dolor localizado en la zona derecha del abdomen, náuseas, vómitos e ictericia.

Ante la presencia de estos indicios es importante acudir al médico a la mayor brevedad posible. Tras realizar el historial clínica basándose en los síntomas presentados por la mujer embarazada, el médico procederá a realizar una analítica sanguínea y una ecografía abdominal.

En la analítica sanguínea uno de los principales valores a determinar son las transaminasas. Valores bajos de este conjunto de enzimas pueden indicar un déficit de vitamina B6, algo común durante el periodo de gestación.

También se estudian otras enzimas hepáticas como la bilirrubina y la fostasa alcalina. Si los valores de dichas enzimas, además de las transaminasas, son más alto de lo normal, puede ser un indicativo de una determinada enfermedad hepática. Durante el primer trimestre del embarazo el cuadro que se repite con mayor frecuencia es la hiperemesis gravídica. En el segundo trimestre, la colestasis intrahepática es un trastorno que puede desarrollarse en la mujer embarazada. Y, en el tercer trimestre, la esteatosis aguda del embarazo.

 

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