Para qué sirven los probióticos vaginales y cuándo los necesitas

Para qué sirven los probióticos vaginales y cuándo los necesitas

Para que la vagina se mantenga saludable y protegida, es necesario que su pH sea ácido. Esto permite la proliferación de microorganismos que actúan como defensa de esta zona. Al disminuir su población, se recomienda utilizar probióticos vaginales que favorezca su restauración para así combatir cualquier patógeno.

Aunque se trata de medicamentos muy beneficiosos, se recomienda usarlos con cautela. No en todas las situaciones se debe tomar como un tratamiento principal. Si deseas utilizar probióticos, aquí te ofrecemos toda la información que necesitas saber sobre este producto de la salud y cuándo utilizarlo.

Índice
  1. ¿Qué son los probióticos vaginales?
  2. ¿Cómo funcionan?
  3. ¿Cuándo se deben usar?
    1. Menstruación
    2. Cambios hormonales
    3. Duchas vaginales y productos íntimos
    4. Uso de ropa ajustada y salvaslips
    5. Antibióticos
    6. Mala higiene tras mantener relaciones sexuales

¿Qué son los probióticos vaginales?

Son medicamentos que contienen en su composición microorganismos vivos que se encargan de mantener la flora vaginal equilibrada. También son muy útiles en caso de ocurrir un desajuste, ya que este suplemento ayuda a restaurar esta flora para mantener la salud en la zona íntima.

Probióticos vaginales

Para lograr el efecto esperado, deben ser administrados en dosis adecuadas, ya que en exceso o cantidades insuficientes no se verán beneficios. Además, no se puede utilizar cualquier probiótico vaginal, ya que es necesario que se administrar aquellos que están en menor cantidad o que faltan.

En el mercado se comercializan distintas presentaciones:

  • Comprimidos: deben ser administrados de manera oral, preferiblemente se acompañan con agua para tragarlos mejor. Posteriormente, serán absorbidos por las paredes intestinales para lograr que se lleve a cabo su efecto.
  • Cápsulas: funcionan similar a los comprimidos.
  • Óvulos: se introducen en la vagina. Es necesario que entren en contacto con la mucosa para que hagan efecto.
  • Cremas: el contenido se coloca en un aplicador, se introduce en la vagina y luego se libera la crema.
  • Sobres: se disuelve el polvo en un vaso de agua para luego beber. Su mecanismo de acción es igual al de los comprimidos.

Los profesionales aseguran que la mejor alternativa son los probióticos de contacto directo ya que tienen una acción más eficaz y rápida.

¿Cómo funcionan?

Para poder entender cómo actúan estos probióticos, es necesario conocer la flora vaginal. En la mucosa de la vagina viven una gran cantidad de microorganismos que ayudan a elevar el pH de la vagina. En su mayoría está habitada por lactobacilos. Estos actúan como una barrera protectora y defensa ante la presencia de cualquier bacteria o patógeno que amenace la salud de la zona.

Microbiota vaginal

Cuando la microbiota vaginal se encuentra alterada, la vagina se encuentra expuesta a cualquier infección. Por lo que, al administrar un probiótico, este ayudará a restablecer el equilibrio, permitiendo combatir al agente externo. En otras palabras, quiere decir que el medicamento no solo ayuda a atacar al patógeno, sino que estimula la producción de microorganismos buenos para mantener la flora equilibrada tras la infección. Una vez repuesta, el cuerpo será capaz de defenderse por su cuenta sin ayuda de medicamentos.

¿Cuándo se deben usar?

Existen situaciones donde la flora de la vagina tiende a cambiar. Esto desencadena algunos problemas de salud en la zona, siendo necesario administrar probióticos vaginales. En este sentido, debe ser un profesional de salud la persona que indique el tratamiento más adecuado. Ante ninguna circunstancia se debe intentar la automedicación.

Algunas de las situaciones donde se suele recetar estos medicamentos son:

Menstruación

Cuando ocurre el sangrado menstrual, el pH de la vagina cambia, pasando a ser un poco más alcalino. Esto llega a afectar la cantidad de lactobacilos que se producen ya que la sangre que se expulsa arrastra gran parte de la flora bacteriana. Además, las mujeres que usan tampones tienen mayor tendencia a incidir en estos valores.

Cambios hormonales

Los ovarios producen estrógenos, una hormona sexual indispensable para la producción de glucógeno. Este carbohidrato es aprovechado por los lactobacilos para producir ácido láctico para mantener ácido el pH de la vagina. Si existe un cambio en la producción de esta hormona, se corre el riesgo de que los niveles de acidez sean menores, dando lugar a un mayor riesgo de contraer una infección.

Duchas vaginales y productos íntimos

La aplicación de duchas vaginales de manera recurrente puede provocar que la acidez de la vagina sea muy leve. Esto se debe a que favorece el arrastre de los microorganismos que habitan esta zona. Se recomienda que solo se apliquen de manera esporádica y bajo la instrucción de un profesional de la salud para evitar cualquier efecto contraproducente.

Además, se ha comprobado que algunos productos de uso íntimo también pueden afectar el pH, haciendo a la vagina más propensa a contraer infecciones.

Uso de ropa ajustada y salvaslips

La ropa ajustada no permite a la vagina transpirar adecuadamente. Al afectar el pH de la vagina, se produce un desequilibrio en la microbiota de esta zona, lo cual favorece la aparición de candidiasis.

Lo mismo sucede con los salvaslips, que a su vez provocan mayor humedad, favoreciendo la aparición de infecciones y constantes molestias.

Flora vaginal

Antibióticos

Se ha comprobado que estos medicamentos pueden incidir en la flora bacteriana de la vagina. Al estar formulados para atacar bacterias, no diferencian entre las buenas y las malas, disminuyendo la población de los microorganismos beneficiosos para el organismo.

Mala higiene tras mantener relaciones sexuales

Tras el acto sexual, es indispensable realizar un lavado de la zona íntima. De no hacerse, existe la posibilidad de que algún patógeno ingrese a la zona vaginal, pudiendo alterar la acidez de la vagina, con lo cual existe riesgo de una infección.

Además, el pH del semen es menos ácido que el de la mucosa vaginal, lo cual puede generar algunas alteraciones en la zona.

En cualquiera de estos casos, la aplicación de probióticos vaginales se sugiere como un complemento para un tratamiento. Mientras el medicamento principal busca combatir la infección, el probiótico va fortaleciendo la microbiota, permitiendo aumentar las defensas.

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