Mielina: qué es y cuál es su función

Mielina qué es y cuál es su función

La mielina se considera como una sustancia esencial en el proceso de transmisión de información en el sistema nervioso. Actúa como un agente aislante facilitando el viaje del impulso nervioso a través de las neuronas, lo cual se traduce en una mejor comunicación entre estas células.

Esta capa se encuentra a lo largo de los axones aunque separada en segmentos. Esto permite que el impulso viaje en forma de saltos, lo cual ayuda a que se mueva a gran velocidad. Si se produce ausencia de esta sustancia, el impulso nervioso se ralentiza o llega a detenerse, derivando en problemas neurológicos.

Índice
  1. ¿Qué es la mielina?
  2. Función de la mielina
  3. ¿Cuándo se produce la mielinización?
  4. Enfermedades desmielinizantes y dismielinizantes
  5. Posibilidad de remielinización

¿Qué es la mielina?

Si observamos la estructura de las neuronas, poseen una larga prolongación, conocida como axón, que permite enviar impulsos nerviosos hacia otras células. Para que este impulso sea transmitido correctamente y sin que pierda intensidad, se vale de la presencia de la mielina. Se trata de una sustancia de color blanquecino que destaca por ser lipoproteica, lo cual quiere decir que está formada de grasas y proteínas. La misma recubre porciones del axón, dividiéndose en segmentos conocidos como vainas de mielina.

Mielina

Es posible encontrarla en el sistema nervioso central donde es producida por los oligodendrocitos. Mientras que en el sistema nervioso periférico se produce por las células de Schwann. Si bien se trata de dos tipos de mielina con características químicas diferentes, ambas cumplen un papel importante en el proceso de neuroconducción. 

Sin embargo, no recubre todo el axón. Esta se divide en secciones, donde las zonas descubiertas se conocen como nódulos de Ranvier. Gracias a estos espacios abiertos, es posible que el axón se encuentre en contacto con el espacio extracelular permitiendo la entrada de variedad de elementos químicos esenciales para el funcionamiento de las neuronas.

La presencia de estos surcos permite que el impulso eléctrico viaje en forma de saltos. En esta zona el impulso nervioso gana fuerza ya que aquí se da el intercambio de sustancias, lo cual impide que pierda fuerza. Esto resulta mucho más efectivo que si la transmisión se realizara de manera continua. Es así como se mantiene la potencia del impulso sin que se produzca una pérdida de fuerza. 

Función de la mielina

La mielina es una sustancia que recubre el axón de la neurona en forma de segmentos. Lo mismo sucede en los nervios periféricos. Funciona como un aislante de esta estructura, permitiendo el aumento de la velocidad en la transmisión del impulso eléctrico a través del cual se envía información a otras células. Y el axón funciona como la vía para que viaje la corriente.

Sin la presencia de la mielina, la velocidad a la que se produce el impulso sería muy lenta, provocando también la pérdida de información. Y es que su función primordial es proporcionar la velocidad que necesita la corriente para viajar a través del axón. Todos estos estímulos provienen de distintas partes del cuerpo, logrando así que el organismo cumpla cada una de sus funciones.

Vainas de mielina

Cuando el impulso eléctrico viaja a través de fibras donde hay ausencia de mielina, este se produce en forma de ondas. Mientras que, al estar presentes las vainas, la corriente da saltos. A su vez, esto evita que salga fuera del axón.

La presencia de esta sustancia evita la filtración de sodio, lo que a su vez permite mantener aislada la carga de la célula de la del entorno. Su ausencia solo provocaría que el impulso se desviara, enviando señales incorrectas a todo el cuerpo. A su vez, a pesar de que entra en contacto con el impulso eléctrico, su composición evita que la célula se dañe al entrar en contacto con este tipo de corriente.

¿Cuándo se produce la mielinización?

La mielinización es el término que se utiliza para definir el proceso en el cual el axón de la neurona se recubre con mielina. Se considera que se inicia durante la gestación. Si bien algunos declaran que se da a lugar tras la fecundación, la realidad es que es posible que inicie tras el cuarto mes de embarazo. Sin embargo, este proceso continúa tras el nacimiento, y se extiende a lo largo de la vida humana. Se dice que esto se asocia con la maduración cognitiva, llegando a producirse como dos procesos paralelos. 

Gracias a la mielinización es posible que la transmisión de impulsos nerviosos se produzca a gran velocidad. Esto a su vez favorece la sincronización entre las neuronas, favoreciendo la transmisión de información a todo el organismo.

Hay que tener en cuenta que mientras se produzca de manera correcta se considera que los impulsos nerviosos viajarán de manera correcta. Si existe algún problema durante la mielinización, es posible que se presenten problemas neurológicos.

Enfermedades desmielinizantes y dismielinizantes

La producción de mielina es un proceso que permanece activo durante toda la vida del ser humano. Sin embargo, puede producirse una interrupción del mismo o presentarse de una manera deficiente, dando a lugar patologías que afectan la función del cerebro, lo que a su vez puede provocar un fallo en las funciones del organismo.

Ausencia de mielina

En este sentido podemos hablar de las enfermedades desmielinizantes. Se trata de un cuadro donde se produce una pérdida de mielina o daño a esta sustancia que recubre el axón. Esto provoca que los impulsos se ralenticen o se detengan. La patología más conocida es la esclerosis múltiple.

Por otro lado, también se tiene las enfermedades dismielinizantes. Aquí destaca una producción inadecuada de mielina o conservación de la misma. Suele estar asociada a trastornos congénitos o hereditarios.

Posibilidad de remielinización

Se hace referencia a la posibilidad de reparar la mielina dañada o favorecer su producción, favoreciendo su regeneración. El cuerpo tiene la capacidad de regenerar por sí mismo esta sustancia. Esto se produce gracias a un tipo de células madres que viajan hasta la lesión y se transforman en células productoras de mielina. De esta manera, se recubre de nuevo el axón, permitiendo restaurar la correcta transmisión de los impulsos nerviosos.

Sin embargo, cuando el daño es producto de alguna patología el cuerpo va perdiendo esta capacidad, impidiendo que la mielina se regenere. Al quedar descubierto el axón, se interrumpe el impulso nervioso, afectando las funciones del organismo.

En la actualidad se realizan estudios que permitan la implantación de células productoras de mielina, lo cual inducirá la reparación de la lesión. Con lo cual se regenerará la vaina de mielina, permitiendo el paso del impulso nervioso.

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