Médula ósea

Médula ósea (cuerpo humano)

Con los años, estudios han confirmado que el uso de células madre como tratamiento para ciertas patologías es una alternativa de alta efectividad. Estas son obtenidas de la médula ósea, un tejido encargado de producir estas células inmaduras que darán lugar a otras más especializadas.

Sin embargo, si existe un mal funcionamiento de este tejido, el sistema inmune se verá comprometido, dando lugar a un gran número de enfermedades de alta gravedad, así como síntomas que harán pasar desapercibida la causa real. Si estás en búsqueda de información acerca de la médula ósea, aquí podrás leer toda la información relevante.

Índice
  1. ¿Qué es la médula ósea?
  2. ¿Para qué sirve?
  3. Enfermedades relacionadas a la médula ósea
    1. Leucemia
    2. Anemia aplásica
    3. Enfermedades mieloproliferativas
    4. Síndromes mielodisplásicos
  4. El trasplante de médula ósea

¿Qué es la médula ósea?

Aunque se suele confundir con la médula espinal por sus nombres similares, en el caso de la médula ósea hablamos de un tejido de aspecto esponjoso que se puede encontrar en el interior de los huesos. La misma juega un papel importante en el funcionamiento del organismo ya que se encuentra encargada de la producción de células sanguíneas. Todo esto permite que el sistema inmune funcione de manera correcta.

Qué es la médula ósea

En el cuerpo humano podemos encontrar dos clases de esta médula:

  • Médula roja: a través de esta se da a lugar el proceso de formación de células sanguíneas, conocido como hematopoyesis o hemopoyesis. Aquí mismo es donde se almacenan las células madre. Este tipo de médula suele encontrarse en mayor cantidad durante la infancia. En el caso de la adultez, suele dismnuir, y en su mayoría se ubica en el cráneo, costillas, esternón, columna vertebral, pelvis y escápula.
  • Médula amarilla: es un tejido compuesto por grasa, por lo cual no interviene en el proceso de formación de células sanguíneas. En caso de ser necesaria, esta puede volver a ser médula roja.

Además, dentro de la médula ósea existe otro tipo de tejido que ayuda al proceso de producción de células sanguíneas. El mismo trabaja como tejido de soporte.

¿Para qué sirve?

Dentro de la médula ósea se da lugar el proceso de producción de las células madre, también conocidas como progenitores hematopoyéticos. A partir de estas ocurre un proceso de maduración, dando a lugar a:

  • Glóbulos blancos: en su mayoría son conocidos como leucocitos, aunque existen otras clasificaciones. Son los encargados de defender el organismo ante cualquier infección que haya sido causada por un microorganismo o agente externo. También se producen granulocitos.
  • Glóbulos rojos: se les concede también por el nombre de hematíes, y son las células que le otorgan el color rojo a la sangre. Los mismos se encargan del transporte de oxígeno a los distintos tejidos que componen el organismo. A su vez, recogen el dióxido de carbono y lo trasladan a los pulmones para que pueda ser expulsado.
  • Plaquetas: se les conoce también por el nombre de trombocitos. Son las encargadas del proceso de coagulación de la sangre.
  • Células mieloides: aquí figuran los neutrófilos, basófilos, monocitos y eosinófilos.
  • Células linfoides: en este grupo se clasifican los linfocitos B y T.

Enfermedades relacionadas a la médula ósea

Cuando existe algún problema con el funcionamiento de este tejido, entonces se da lugar a una deficiencia o aumento desmesurado en la producción de células sanguíneas. Esto, a su vez, afecta al sistema inmune, debilitándose y provocando que la persona se encuentre vulnerable a cualquier infección o enfermedad.

Enfermedades médula ósea

Todo esto se encuentra directamente relacionado con patologías de la médula ósea. Si bien existen un gran número de enfermedades asociadas a su mal funcionamiento, se pueden mencionar cuatro de las más importantes y recurrentes:

Leucemia

También conocido como cáncer de la sangre. En el proceso de producción de células sanguíneas, la médula ósea produce linfocitos y granulocitos. Cuando se cursa esta patología, los glóbulos blancos no se producen adecuadamente, siendo inmaduros en su mayoría o con características anormales. De esta manera, pasan a considerarse células leucémicas. A su vez, se multiplican de manera descontrolada y no mueren, por lo que se encuentran en el cuerpo en grandes cantidades.

Todo esto provoca que el sistema inmune se debilite, dando a lugar a una gran cantidad de síntomas que suelen confundirse con otras enfermedades: mareos, náuseas, vómitos, infecciones recurrentes, malestar general, entre otros.

En su mayoría, las leucemias son tratables y se abordan desde distintas perspectivas médicas. Por lo general, el tratamiento recomendable son trasplante de médula ósea, radioterapia, quimioterapia y medicamentos.

Anemia aplásica

Se caracteriza por una deficiencia en la producción de glóbulos rojos, llegando a niveles muy bajos. Suele ser causada por el consumo de ciertos medicamentos o algún tóxico. Aunque es más común que se trate de una enfermedad autoinmune, donde el sistema inmune ataca las células, siendo en este caso la médula ósea quien destruye o detiene la producción de este tipo de células sanguíneas.

También se ha asociado el curso de otras patologías con la aparición de la anemia aplásica. En este sentido, son bastante comunes: VIH, hepatitis o el virus de Epstein-Barr.

Este tipo de anemia suele tener síntomas muy similares a la de la leucemia. Sin embargo, a medida que avanza, se pueden evidenciar la aparición de hematomas sin causa aparente, hemorragia y úlceras. Es una enfermedad de gravedad, por lo que hay que acudir a un especialista con la mayor rapidez posible, siendo común tratarla con transfusiones de sangre, trasplante de médula ósea y medicamentos.

Enfermedades mieloproliferativas

Se trata de un trastorno que provoca una producción masiva de células sanguíneas, lo cual da lugar a patologías de gravedad. En su mayoría, suele ser bastante común que cause un trombo, llegando a ser letal o dejando secuelas.

Esta misma patología puede favorecer la aparición de leucemia aguda debido a la gran cantidad de glóbulos blancos que se producen.

Si bien la enfermedad mieloproliferativa llega a cursar síntomas similares a las anteriores patologías, las personas pueden verse afectadas por pérdida de peso, hemorragias, inflamación de las articulaciones, esquimosis y otros síntomas extraños.

El tratamiento será pautado según el origen de la propia enfermedad. Por lo general, suele ser una afección genética. Sin embargo, en primera instancia se recomendará realizar una aspiración de médula ósea para reducir el exceso de células sanguíneas y estabilizar al paciente. También será necesario seguir una pauta farmacológica para lograr un tratamiento completo y efectivo.

Síndromes mielodisplásicos

Al contrario de la enfermedad mencionada con anterioridad, en este caso existe una producción deficiente de células sanguíneas, pudiendo llegar a ser nula. Se trata de un trastorno progresivo, presentando como síntomas primarios anemia, infecciones recurrentes, hemorragias, malestar general, entre otros. A medida que avanza la enfermedad, los síntomas se van agravando.

Cuando el cuadro clínico es leve, se aplica un tratamiento sencillo y en poco tiempo el paciente evoluciona favorablemente. Sin embargo, al producirse muchos glóbulos blancos inmaduros, puede aparecer leucemia aguda.

Esta patología no es común en personas menores de 60 años, aunque suele producirse tras un tratamiento de quimioterapia. Para tratarlo, es necesario realizar transfusiones de sangre o hasta trasplante de médula.

El trasplante de médula ósea

Se trata de un procedimiento médico a través del cual se administran células madre a un paciente para sustituir la médula ósea dañada. Antes de realizar el trasplante, se recomienda realizar un tratamiento de quimioterapia o radioterapia para lograr eliminar las células dañinas y permitir que el trasplante sea exitoso.

Trasplante de médula ósea

Hasta el momento, se conocen tres tipos de trasplante de este tejido:

  • Autotrasplante: se realiza cuando es posible rescatar células madre del propio paciente. El procedimiento se hace previo a un tratamiento de quimioterapia o radioterapia para evitar eliminar las células saludables. Tras esto, se congelan para ser devueltas al cuerpo una vez que se hayan terminado las sesiones de quimio o radioterapia en altas dosis.
  • Alotrasplante: se trata de un trasplante donde se utiliza un donante para obtener el material de médula ósea. Por lo general, suelen ser parientes, aunque existe mayor compatibilidad si se trata de hermanos. Será necesario realizar un examen de sangre para determinar la compatibilidad paciente-donante. Si no es un paciente, en la mayoría de los casos existe un registro nacional de médula ósea para determinar que existe una muestra compatible.
  • Sangre de cordón umbilical: tras el nacimiento, se guarda un trozo de cordón umbilical. Este cuenta con reservas de sangre que poseen células madremuy inmaduras, por lo que no es necesario una compatibilidad perfecta. Y al ser muy pocas, los conteos sanguíneos se recuperan muy lento. Para lograr este tipo de trasplante no se puede realizar un pinzamiento tardío del cordón ya que se vacía toda sangre.

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