Síntomas del ictus y cómo identificarlos

Síntomas del ictus y cómo identificarlos

Los ictus es una enfermedad cerebrovascular habitual en personas mayores de 60 años, llegando a ser mortal. Es la razón de que sea indispensable identificar con rapidez lo que está sucediendo para evitar que se produzcan mayores secuelas. Para lograrlo es indispensable reconocer cada uno de los síntomas del ictus.

Al reducirse el flujo de sangre hacia el cerebro, las células mueren lo cual provoca que se pierdan capacidades. Estos signos que se van presentando es lo que permite identificar que algo está ocurriendo a nivel neurológico. A continuación, te explicamos de manera detallada cómo identificar si está ocurriendo un ictus.

Índice
  1. ¿Qué es un ictus?
  2. Tipos de ictus
    1. Ictus isquémicos
    2. Ictus hemorrágico
  3. Síntomas del ictus
  4. Causas del ictus
  5. Diagnóstico
  6. Tratamiento
  7. Prevención del ictus

¿Qué es un ictus?

Es una afección cerebrovascular donde existe una interrupción del flujo sanguíneo hacia alguna zona del cerebro. Como consecuencia ocurre una pérdida de capacidades debido a que existe una falta de oxígeno y glucosa en la zona afectada. Esto impide que el cerebro sea capaz de realizar dichas funciones. Los síntomas del ictus son variados y están asociados a la zona donde se produce.

Ictus

También se le conoce bajo el nombre de accidente cerebrovascular (ACV) o infarto cerebral y se produce por una ruptura de un vaso sanguíneo o la aparición de un coágulo que impide el paso de sangre. Al ocurrir esto, las células del cerebro mueren a causa de la falta de oxigenación.

Se trata de una enfermedad de gravedad ya que puede generar un cuadro complicado que llega a ser mortal. Sin embargo, para quienes sobreviven a este evento es posible que tengan secuelas incapacitantes. Es la razón de que sea imprescindible actuar lo más rápido posible para que el afectado tenga un buen pronóstico.

Si bien puede afectar a cualquier persona, se ha comprobado que las mujeres tienen mayor tendencia a sufrir ictus. Se considera la primera causa de muerte del sexo femenino.

Tipos de ictus

La manera en que se produzca la lesión en los vasos sanguíneos determinará el tipo de ictus. Esto hace que se diferencien en características y cómo se presentan, así como la causa puede ser distinta para cada caso. Y aunque los síntomas del ictus en ambos casos suelen ser similares, identificar la causa que lo originó facilita la aplicación de un tratamiento que permita abordar oportunamente la situación y evitar que se repita.

De esta manera se logran clasificar en dos grupos:

Ictus isquémicos

Se presenta como una obstrucción de los vasos sanguíneos producto de la aparición de coágulo. En la mayoría de los casos se puede presentar por la acumulación de grasa en las paredes de los vasos, lo cual dificulta el flujo de sangre. Además, la obstrucción puede tener distintos orígenes, siendo denominadas:

  • Trombosis: sucede cuando el coágulo se forma en el mismo vaso sanguíneo.
  • Embolia: se forma un coágulo en otra parte del cuerpo ocurriendo un desprendimiento del mismo, el cual viaja a través del torrente sanguíneo hasta depositarse en el vaso, causando la obstrucción.

Los ictus isquémicos suelen considerarse como los más recurrentes, teniendo una prevalencia del 80%, pero el tratamiento temprano y adecuado puede mitigar considerablemente los daños. En muchos casos, se requiere rehabilitación para recuperar las funciones perdidas.

Tipos de ictus

Ictus hemorrágico

Se produce una ruptura de un vaso sanguíneo lo cual genera una hemorragia dentro del cerebro. Esto a su vez da a lugar una compresión del tejido cerebral y existe una disminución del flujo de oxígeno hacia las células de la zona afectada, lo cual provoca su muerte. La razón de por qué se revienta el vaso es debido a que este se encuentra débil. Teniendo en cuenta esto, la causa puede clasificarse en:

  • Aneurisma: las paredes del vaso sanguíneo se encuentran inflamadas generando un debilitamiento de las mismas. Si no se trata existe un gran riesgo de ruptura.
  • Malformación arteriovenosa: se trata de una anomalía donde existe una conexión anormal de los vasos sanguíneos, siendo muy probable que estos se rompan y generen una hemorragia.

A pesar de que es considerado el tipo menos recurrente, siendo el que menos sucede, resulta ser el más grave y requiere intervenciones más inmediatas y agresivas. La recuperación puede ser más prolongada y complicada, con un impacto significativo en la calidad de vida del paciente.

Síntomas del ictus

Algo que destaca en esta enfermedad es que se produce de manera repentina y tiene un avance muy rápido. Como consecuencia se observa la aparición de una lesión cerebral que afecta diferentes capacidades de la persona. Aunque no es algo que ocurra con regularidad, es posible que los síntomas del ictus lleguen a empeorar con las horas o a los pocos días. Sin embargo, es una situación poco probable.

Aún así, es necesario estar alerta a los signos que presente el paciente, ya que es imperativo actuar con rapidez. Existen tratamientos como el activador del plasminógeno tisular que deben administrarse dentro de un plazo de unas pocas horas después de la aparición de los síntomas para ser efectivos. Cada minuto cuenta, y reconocer los síntomas pronto puede significar la diferencia entre la recuperación y la discapacidad permanente.

La manera en que se presentan los síntomas puede variar en torno a la zona donde se produzca el ictus. Sin embargo, en casi todos los casos puede mostrar la siguiente sintomatología:

  • Entumecimiento del rostro o extremidades. Por lo general un solo lado del cuerpo.
  • Confusión.
  • Dificultad para hablar o comprender lo que se dice.
  • Dolor de cabeza sin causa aparente.
  • Problemas para ver. Puede afectar a uno o ambos ojos.
  • Dificultad para caminar o coordinar movimientos.
  • Mareo o sensación de vértigo.
  • Pérdida del equilibrio.
  • Parálisis de uno de los lados del cuerpo.
  • Pérdida de memoria.

Causas del ictus

Si bien esta afección suele aparecer de forma repentina, se han registrado ciertos factores que pueden aumentar el riesgo de padecer un ictus:

  • Edad: las personas mayores a 60 años suelen ser más propensos a cursar un ACV. Esto no elimina la posibilidad de que a personas más jóvenes pueda ocurrirle.
  • Sexo: aunque puede presentarse por igual en ambos sexos, existe un mayor riesgo de muerte en la mujeres.
  • Herencia: cuando existen antecedentes familiares donde se han presentado ictus, es necesario tomar precauciones ya que hay mayores probabilidades de padecerlo.
  • Raza: estudios han comprobado que las personas de raza negra suelen ser una población de riesgo.
  • Hipertensión arterial: tener la presión arterial elevada se considera un factor de alerta a un posible ictus. Es necesario mantener un tratamiento para controlar los niveles y realizar revisiones periódicas.
  • Fumar: el consumo de cigarrillos se ha relacionado con daños al sistema cardiovascular, lo cual puede afectar a los vasos sanguíneos que se encuentran en el cerebro.
  • Antecedentes de cardiopatías o enfermedades cardíacas.
  • Consumo de alcohol.
  • Obesidad: personas con sobrepeso tienen a desarrollar deposiciones de grasa en los vasos sanguíneos lo que puede provocar una obstrucción del flujo de sangre.
  • Padecer diabetes.

Diagnóstico

Cuando se produce un evento de este tipo, es necesario dirigirse con urgencia a un médico. El profesional se encargará de estudiar los síntomas del ictus realizando pruebas básicas. En primer lugar se procede a un examen físico donde se evalúan las capacidades del paciente, si ha perdido el habla, tiene problemas motores o de reflejos y si existe falta de sensibilidad. Esto permitirá tener una idea de qué zona del cerebro ha sido afectada.

Infarto cerebral

Lo siguiente será realizar estudios más específicos. A través de una resonancia magnética o una tomografía computarizada es posible confirmar el diagnóstico así como determinar si se ha producido por una hemorragia o bloqueo de los vasos sanguíneos. En algunos casos se recomendará una angiografía para ubicar el vaso afectado, o un ecocardiograma acompañado de un electrocardiograma para monitorear la actividad cardiaca.

Se pueden llevar a cabo diversas pruebas adicionales, como análisis de sangre, para evaluar el riesgo de coagulación y descartar otras condiciones que puedan presentar síntomas similares. La velocidad en la realización y análisis de estas pruebas es crucial para implementar un plan de tratamiento efectivo.

Tratamiento

El tratamiento pautado será en función del tipo de ictus que haya ocurrido. Para los casos donde se produce un ictus isquémico se utilizan medicamentos que permitan disolver el coágulo o bloqueo del vaso sanguíneo. Este debe ser aplicado en el menor tiempo posible para que los medicamentos hagan efecto rápido y se eviten secuelas de gravedad. Además, se receta un tratamiento preventivo ya que existe riesgo de que vuelva a ocurrir.

Cuando la obstrucción ocurre en una de las arterias más grandes entonces se utiliza un catéter para disolver el trombo. El procedimiento se realiza a través de la arteria de la ingle.

En el caso de que sea un ictus hemorrágico, se trata de manera quirúrgica. Esto permite retirar la sangre y reparar la lesión que haya causado la hemorragia. En algunos casos también se utiliza la angiografía para reparar el vaso sanguíneo.

Prevención del ictus

Mantener un estilo de vida saludable es crucial para prevenir los ictus. Una dieta balanceada, ejercicio regular, control del peso, y evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol son fundamentales.

Controlar los niveles de colesterol y la presión arterial, así como gestionar las condiciones médicas preexistentes como la diabetes, también juegan un papel clave en la reducción del riesgo de sufrir un ictus.

Los ictus son eventos médicos graves que requieren atención inmediata. El reconocimiento temprano de los síntomas, un diagnóstico rápido y un tratamiento adecuado son cruciales para minimizar el daño cerebral y mejorar las perspectivas de recuperación. Estar informados y conscientes de los riesgos y los signos de un ictus puede salvar vidas y reducir el número de personas afectadas por las discapacidades a largo plazo asociadas con esta condición.

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