¿Cuáles son los problemas auditivos más frecuentes?

Oir los sonidos de la naturaleza como el de una catarata, el trino de las aves, la lluvia cayendo o las olas del mar es maravilloso. Escuchar también la voz de los seres queridos es algo que no tiene precio, por esolos problemas auditivos son una verdadera tragedia.

Conocer de qué tratan estas enfermedades que afectan el sistema auditivo, cuáles son sus síntomas y cómo hacerles frente, puede ser un alivio para quien lo padece. En este artículo hablaremos de forma breve sobre cuáles son los problemas auditivos más frecuentes, que pueden padecer tanto niños como adultos y cual es el tratamiento recomendado.

Hipoacusia o pérdida de la audición

La hipoacusia es el primero de los problemas auditivos más frecuentes, que consiste en la pérdida de la capacidad de oír, también llamada sordera. Cuando falla alguna de las partes principales del sistema auditivo o sus componentes, bien sea del oído interno, medio o externo, se puede presentar el trastorno.

Si un paciente tiene un umbral de percepción de sonido por encima de los 25 decibelios, ya se puede decir que padece de algún nivel de sordera. En el caso de los bebés que aún no han aprendido a hablar, la hipoacusia puede retrasar el desarrollo cognitivo o su integración en la vida social.

Las causas de la hipoacusia son muy variadas, desde el nacimiento por enfermedades de la madre o adquisición por exposición prolongada a sonidos fuertes o infecciones. Algunos síntomas son: que un niño no hable para su edad, que un adulto no pueda escuchar una conversación fácilmente o la pérdida del equilibrio. Para tratar este problema se pueden usar audífonos para aumentar el sonido, colocarse dispositivos cocleares, ciertas cirugías o aprender a leer los labios si es sordera total.

Laberintitis

Otro de los problemas auditivos más frecuentes son los producidos por la Laberintitis, una infección viral que afecta una parte del oído interno llamada laberinto. El virus de la gripe, alergias o tomar ciertos medicamentos contraindicados pueden afectar esa parte del oído, así como todos los nervios cercanos al área.

Sus síntomas están relacionados con la pérdida del equilibrio, náuseas, vómitos e incluso zumbido, todo producto de que el “Laberinto” contribuye al equilibrio y orientación. Los expertos en el área son los otorrinolaringólogos, que son los más adecuados para realizar el diagnóstico de esta y todas las enfermedades del oído. Normalmente mandan tratamiento de fármacos para atacar la infección que produce la enfermedad, remitiendo los síntomas en una semana.

Otitis

Se trata de una inflamación del oído debido a una infección, que a su vez acumula un líquido de mal olor. Es uno de los problemas auditivos más frecuentes en los infantes, siendo común la otitis media. Esta variante afecta la parte posterior del tímpano, la mastoides y la trompa de Eustaquio.

Los síntomas de la otitis incluyen irritabilidad, dolor general, fiebre, sensación de oído tapado o supuración del líquido acumulado, aunque no es grave si se trata a tiempo. En caso de no realizar un tratamiento adecuado, puede verse afectado el oído hasta el punto de causar pérdida de la audición.

Como se trata de una infección, el tratamiento más habitual para el paciente es que tome antibióticos, aunque también recetan mucolíticos. Estos últimos sirven para potenciar los mecanismos naturales del cuerpo para eliminar el moco de las vías bronquiales. Por lo tanto, hay que cuidarse de las gripes mal curadas y expulsar la mucosidad.

Problemas auditivos más frecuentes: Tinnitus

Se le conoce también como acúfenos y consiste en la percepción de zumbidos, silbidos o sonidos en los oídos, aunque en realidad no hay nada que lo emita. Suelen ser síntomas de otros problemas auditivos tales como las infecciones de oído, hipoacusia por ruidos potentes, objetos extraños o enfermedad de Menière.

Son muy molestos y en algunas personas produce trastornos psicológicos, insomnio, acumulación de estrés o incluso la depresión (algunos piensan que están locos). Debido a que su origen es muy variado, el tratamiento dependerá de qué lo causa o produce, por lo que la asistencia al especialista es fundamental.

Perforación timpánica

Consiste en la rotura del tímpano o membrana timpánica, es un agujero que se forma en ella debido a un ruido muy fuerte u objeto que la atraviesa. Produce un leve dolor, secreciones, acúfenos (Tinnitus) y vértigos, pero si la perforación es leve, el tratamiento consiste en reposo para que cicatrice solo. Ahora bien, si la lesión es grave, el especialista puede recetar parches para la membrana timpánica o la colocación de un gel especial sobre ella.

Timpanoesclerosis

Es una afección que ocurre debido a periodos de inflamación en el oído medio, que afecta la membrana timpánica, la ventana oval, la redonda y los huesecillos. La inflamación es producida por infecciones en el oído medio y está relacionada con la otitis media crónica. Entre los síntomas está el dolor agudo e intenso, sensación de oídos tapados o pérdida de la audición (leve a grave).

Puede requerir una cirugía para tratarla a tiempo antes de que empeore o utilizar audífonos para tratarla y recuperar la capacidad de oír. Para evitarla, procura no atacar la gripe, mantén limpio el oído pero no uses bastoncillos y al bañarte en la playa o piscina tapa tus oídos.

Enfermedad de Ménière

Terminamos nuestra lista de problemas auditivos frecuentes con la enfermedad de Ménière, que se trata del aumento de la presión de la endolinfa, los líquidos del oído interno. En otras palabras, ocurre cuando el líquido de los laberintos tiene mucha presión. Esta parte del sistema auditivo interviene en el equilibrio del cuerpo y los síntomas son la pérdida de equilibrio, presencia de vértigos, hipoacusia o acúfenos.

Pese a todos los avances médicos, se desconoce la razón por la que se produce esta patología que puede aparecer a cualquier edad, pero en especial entre los 40 y 60 años. Ahora bien, sí se ha comprobado que un tratamiento eficaz consiste en el consumo de diuréticos y alimentos bajos en sal, lo cual alivia mucho los síntomas, pero es un médico quien debe recetarlo.