¿Qué son los diuréticos y cómo administrarlos de manera segura?

Qué son los diuréticos y cómo administrarlos de manera segura

Al definir qué son los diuréticos, se habla de un tipo de medicamento que ayuda a reducir la acumulación de líquido en el organismo. Este proceso se logra mediante un aumento de la excreción de orina, lo que a su vez puede incidir en la eliminación de otras sustancias como el sodio, el cloro y el potasio.

Debido a esto, es posible que ayude en el tratamiento de otras afecciones como problemas del corazón y pulmonares. Sin embargo, algunas personas los han utilizado para bajar de peso. Esto es posible únicamente cuando el aumento de peso es provocado por retención de líquido.

Índice
  1. ¿Qué son los diuréticos?
    1. ¿Cómo se administran?
  2. ¿Qué enfermedades se tratan con los diuréticos?
  3. Efectos secundarios
  4. Interacciones con otros medicamentos
  5. Recomendaciones

¿Qué son los diuréticos?

También conocidos como píldoras de agua, los diuréticos son fármacos que favorecen la excreción de líquidos al provocar que los riñones produzcan más orina. Esto facilita la eliminación de sustancias como el sodio y el cloro. Para obtener este efecto, los túbulos renales absorben menos líquido, permitiendo aumentar la cantidad de orina que se expulsa.

Qué son los diuréticos

Al haber menos líquido circulando en el organismo, el corazón puede funcionar mucho mejor, lo cual sirve para mantener la presión arterial en niveles adecuados. A su vez, se considera el tratamiento ideal para la insuficiencia cardiaca y el edema. En este último caso se trata de la acumulación de líquido en ciertas partes del cuerpo.

La manera en que actúa este fármaco dependerá del tipo de diurético que se utilice:

  • Diuréticos de Asa: están considerados como los diuréticos más efectivos, permitiendo la eliminación de sodio en un 25%. Tiene su efecto en la rama ascendente del asa de Henle, de ahí el nombre de este tipo de medicamentos. Al actuar en esta zona, se produce un efecto inhibidor del transporte de sodio y cloro. Esto se traduce en una disminución en la filtración de sodio y agua del organismo.
  • Diuréticos Tiazídicos: se considera como el tratamiento adecuado para pacientes que sufren hipertensión. Y es que este fármaco permite que los vasos se dilaten, permitiendo un mejor flujo de sangre. Inhiben el transporte de sodio y cloro en el túbulo contorneado distal, provocando que aumente la cantidad de potasio que se elimina.
  • Diuréticos ahorradores de potasio: tienen su efecto en la porción distal del túbulo renal, siendo un antagonista de la aldosterona. De esta manera, es posible que aumente la excreción de sodio sin que se elimine el potasio. Algunos médicos suelen optar por un tratamiento combinado con otros diuréticos que si eliminan el potasio.

¿Cómo se administran?

Los diuréticos pueden ser administrados por vía oral en presentaciones de comprimidos o tabletas. También por vía parenteral en ampollas.

¿Qué enfermedades se tratan con los diuréticos?

Al estar relacionado estrechamente como la eliminación de líquido del organismo, muchos lo consideran como un tratamiento efectivo para la pérdida de peso. Sin embargo, se utiliza por excelencia para tratar las siguientes patologías:

  • Ayuda a regular los niveles de la presión arterial en pacientes que sufren hipertensión.
  • Insuficiencia cardíaca.
  • Cuadros edematosos persistentes.
  • Enfermedad renal crónica.
  • Hiperaldosteronismo secundario provocado por hipertensión portal. Para estos casos, se recomienda usar un diurético antialdosterónico, como el caso de la espironolactona.
  • El uso de diuréticos tiazídicos para aumentar la densidad mineral ósea, permitiendo reducir el riesgo de una fractura de cadera en adultos mayores.
  • Síndrome nefrótico.
  • Cirrosis hepática.
  • Diabetes insípida.

Hay que tener en cuenta que en todos estos casos se recomienda que se siga una dieta baja en sodio para mejorar el éxito del diurético.

Efectos secundarios

Estos fármacos presentan efectos secundarios así como cualquier otro medicamento, lo cual puede generar muchas molestias al paciente. Por lo cuál es clave conocer estas reacciones para tener una noción real de qué son los diuréticos.

Efectos secundarios de los diuréticos

Entre los efectos adversos más comunes destacan:

  • Alteraciones hidroelectrolíticas: considerado como la reacción más común hacia los diuréticos. Al favorecer la eliminación del sodio puede provocarse ciertas complicaciones del sistema nervioso central. También puede observarse una disminución o aumento de los niveles de potasio en el organismo, dependiendo del tipo de diurético que se esté administrando. Por tal razón, se recomienda monitorear la concentración de electrolitos para evitar una descompensación.
  • Es posible que al interactuar con otros medicamentos como antihipertensivos, AINEs, heparina o el trimetropin sulfametoxazol se produzcan ciertos desequilibrios.
  • Hiperuricemia: al reducirse la cantidad de líquido que circula en el organismo, existe predisposición al aumento de los niveles de ácido úrico en sangre. Esto suele presentarse mayormente en tratamientos a base de diuréticos tiazídicos o de asa.
  • Hipo/hipercalcemia: cuando se utilizan diuréticos tiazídicos se puede producir acumulación de calcio ya que disminuye su excreción. Por el contrario, si el tratamiento es a base de diuréticos de asa, su eliminación será mayor.
  • Mareos.
  • Náuseas.
  • Vómitos.
  • Dolor de cabeza.
  • Deshidratación. Razón por la cual a veces será necesario consumir más agua.
  • Dolor de las articulaciones.
  • Problemas cardíacos asociados a la pérdida de potasio, llegando a ser mortal.
  • Aumento de la micción.
  • Sarpullidos y molestias cutáneas.
  • Calambres musculares.
  • Diarrea.
  • Sensibilidad a la luz del sol.
  • Impotencia.
  • Ototoxicidad, un efecto secundario asociado a los diuréticos de asa.

Interacciones con otros medicamentos

Para entender qué son los diuréticos y cómo funcionan, también es necesario tener noción de los efectos que puede provocar su administración a la par con otros fármacos. Entre las interacciones más reconocidas se encuentran:

  • Inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina: puede producir una hipotensión de primera dosis asociada a dosis altas de ambos medicamentos. Se recomienda iniciar con una dosis baja de diuréticos y luego ir ajustando. En el caso de los ahorradores de potasio, puede ocurrir una acumulación excesiva de potasio e hipotensión, lo cual requiere un control cercano de estos pacientes.
  • AINES: pueden reducir el efecto de los diuréticos, por lo que el médico debe ir aumentando la dosis hasta evidenciar que si funciona el tratamiento.
  • Antiarrítmicos: la interacción suele darse con los glucósidos digitálicos. Estos aumentan el efecto de los diuréticos, logrando que exista una pérdida de potasio, pudiendo ocurrir una intoxicación. En estos casos se recomienda utilizar un diurético ahorrador de potasio para controlar esta situación.

Diuréticos

  • Cuando se trata de pacientes diabéticos que usan diuréticos tiazídicos, es posible que tengan un efecto hiperglucemiante, por lo que es necesario realizar ajuste de los fármacos hipoglucemiantes.
  • Los corticoides aumentan la cantidad de potasio que se excreta, por lo que no deben ser utilizados a la par con diuréticos no ahorradores de potasio.
  • El uso de litio y diuréticos tiazídicos aumenta la concentración sérica de estos últimos, pudiendo provocar una intoxicación.
  • Aminoglucósidos: al combinarlos con diuréticos aumenta el riesgo de padecer nefrotoxicidad o ototoxicidad.
  • Fenitoína: si se utilizan diuréticos asa es posible que su efecto disminuya en un 50%, siendo esencial realizar un ajuste de la dosis.

Recomendaciones

Una de las mayores preocupaciones es la administración de estos fármacos durante el curso de la gestación. Debido a que no existen estudios que avalen su seguridad, se recomienda evitar su uso.

En cuanto a la lactancia, los diuréticos se excretan por la leche materna, lo cual puede ser perjudicial para el bebé. Además, pueden reducir el flujo de este líquido, interfiriendo en la lactancia efectiva. Sin embargo, algunos como la clortalidona, espironolactona e hidroclorotiazida se excretan en cantidades mínimas, considerándose seguro su uso.

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