¿Qué son los trastornos disociativos y cómo tratarlos?

El cuerpo crea mecanismos de defensa ante traumas para evitar daños mayores a la integridad de una persona. Es así como los trastornos disociativos actúan como un escudo, para evitar el impacto emocional al sufrir alguna situación traumática. Sin embargo, esto crea reacciones que pueden dificultar el desenvolvimiento normal de una persona.

La manera en que piensan, sienten o perciben la realidad se ve afectada, llegando a creer que todo a su alrededor es falso o no tiene sentido. Como consecuencia es común que su personalidad se vea afectada, llegando a observarse un cambio en su comportamiento. A pesar de esto, la persona no es consciente de los cambios que sufre lo cual dificulta la búsqueda de ayuda. A continuación te explicamos más acerca de estos trastornos.

¿Qué son los trastornos disociativos?

También conocido como disociación, es un problema mental donde la persona sufre una desconexión de la realidad, lo que a su vez afecta la memoria, los pensamientos, la conducta y la identidad. Funcionan como un mecanismo de defensa ante un suceso o experiencia traumática. Esto permite que la persona pueda protegerse de la respuesta emocional que produce el trauma.

Cuando se sufren trastornos disociativos suele presentarse dos o más personalidades, lo cual da lugar a un cambio en el comportamiento. A su vez, afecta la manera en cómo se percibe el entorno, lo que incide en lo que se piensa y siente. De esta manera logra escapar de la realidad de manera involuntaria, impidiendo continuar con sus actividades diarias de manera normal.

Las razones porque se produce tras un trauma es debido a que al cerebro se le dificulta procesar toda la información de lo ocurrido. Con esto se evita que la persona padezca de algún sufrimiento emocional. Sin embargo, pueden existir otras causas que generan este problema.

Se han registrado casos producto de lesiones a nivel cerebral, aunque también se ha observado que pacientes con malformación en el encéfalo son población de riesgo para esta afección neurológica.

La disociación puede presentarse como una respuesta normal y sin complicaciones ante ciertas situaciones. Sin embargo, dependiendo del impacto que tenga en la persona es que se genera el trastorno. Por lo que es necesario realizar una evaluación para determinar si se trata de un evento puntual o no, y cómo abordarlo.

Tipos de trastornos disociativos

Dependiendo de la gravedad de los síntomas y la manera en que se expresen los trastornos disociativos, pueden clasificarse de la siguiente manera.

Amnesia disociativa

La persona no tiene la capacidad de recordar eventos o situaciones de importancia o de índole personal. Esto puede verse reflejado en periodos recientes o incluso hasta años. Además, pueden presentarse micro amnesias, donde se dificulta recordar situaciones momentáneas, aunque no siempre son relevantes y puede ocurrir de un momento a otro.

También se puede sufrir de fugas disociativas o micro fugas donde la persona se encuentra en un entorno o sitio diferente al habitual y no recuerda cómo ha llegado a esa situación. Por lo general suelen tener un comportamiento normal, lo que no genera ninguna alerta de que le esté sucediendo algo. Además, existe la posibilidad de que la personalidad y la identidad se vean afectadas. Algo que destaca en este cuadro es la incapacidad para explicar lo sucedido.

Despersonalización-desrealización

Se trata de un estado donde se desconoce el propio cuerpo. Si bien puede ocurrir en situaciones puntuales ante la respuesta hacia la ansiedad, si es persistente puede considerarse un síntoma incapacitante.

Existe una sensación de verse desde fuera o no es posible reconocerse cuando se ve al espejo. En ciertos casos puede verse afectada la percepción donde se cree que faltan partes del cuerpo o sus tamaños no son proporcionales al resto del cuerpo.

También puede presentar un desconocimiento de las emociones, llegando a creer que lo que se percibe del entorno no es real. Es posible que se piense que se está en un sueño. Cuando se presentan de manera recurrente llega a afectar la capacidad de desenvolverse y realizar actividades de manera cotidiana.

Existe una desconexión de la realidad y del entorno, llegando a pensar que es un lugar desconocido aunque la persona se encuentre en un sitio habitual. Esta misma sensación puede llegar a presentarse hacia personas, percibiéndolos como extraños o desconocidos.

Cuando aparece este síntoma es posible que se piense que lo que rodea a la persona es falso, o que están observado desde la lejanía.

Trastorno de identidad disociativo

En el pasado se le conocía como trastorno de la personalidad múltiple. Destaca por la existencia de múltiples personalidades que se alternan, llegando a considerarse como uno de los cuadros más graves de la disociación. Por lo general esto ocurre cuando la persona se encuentra sometida a situaciones que le causan estrés. Además, tiene la percepción de que otras personas viven en su mente, las cuales toman posesión de la identidad en el momento en que se somete a una situación que no es de su agrado.

Algo que destaca en este trastorno es que cada personalidad tiene su propia manera de actuar, nombre e historia, lo cual pareciera que fuera una persona totalmente distinta una de otra. Además, pueden existir habilidades diferentes en cada una, siendo imposible dominarlas por otra. La personalidad original no conoce de la existencia de las otras, lo cual también le dificulta recordar ciertas cosas.

Síntomas disociativos

La sintomatología que presente el paciente varía según el tipo de trastorno que esté cursando. Sin embargo, los síntomas que suelen aparecer en casi todos los casos son:

• Dificultad para recordar situaciones, sobre todo eventos traumáticos, personas o hasta información personal. En este último caso está relacionado con aspectos que se quieren olvidar.
• Desconocimiento de la realidad o de las personas que nos rodean, llegando a pensar que todo es falso.
• Desconexión del propio ser, sintiendo que se está fuera del cuerpo tanto a nivel emocional como físico.
• Constante estrés así como la incapacidad de lidiar con esta sensación.
• Problemas para relacionarse con otras personas.
• Confusión de identidad.
• Pensamientos y comportamientos suicidas.
• Se presentan cuadros de depresión y ansiedad.

Diagnóstico

Ante la sospecha de que una persona padece de algún trastorno disociativo el especialista deberá proceder a identificar los síntomas. Se debe descartar estos que sean producto de alguna afección médica. Todo el proceso de evaluación debe ser realizado por un profesional de la salud.

El diagnóstico suele llevarse en tres fases:

• Se realiza un examen físico donde se estudian los síntomas así como se indaga los antecedentes del paciente. Es posible que se solicite completar un cuestionario para recabar la mayor cantidad de información posible. Durante esta parte de la evaluación se descarta la existencia de lesiones, patologías o enfermedades que puedan estar provocando la sintomatología.

• El siguiente paso será un examen psiquiátrico donde el médico realizará preguntas acerca del estado de salud mental del paciente. Necesitará conocer sobre el comportamiento, estado de ánimo, sentimientos y pensamientos de la persona. Procederá a explicar los síntomas y signos que se cursan. Además, solicitará permiso para obtener información de parte de familiares y círculo social cercano para lograr un diagnóstico más completo.
• Los síntomas serán comparados con los criterios de diagnóstico del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales, conocido como DSM-5 por sus siglas en inglés. Esto permitirá verificar y asegurar que realmente se está ante un caso de trastorno disociativo.

Tratamiento

No existe un tratamiento específico para los trastornos disociativos. Todo se adecua según cada paciente y cada caso en particular. De esta manera se traza un plan de acción que se ajuste a las necesidades de la persona. Sin embargo, siempre se hace necesario llevar las siguientes pautas:

Psicoterapia

Suele ser mejor conocida como terapia conversacional o terapia psicológica. El especialista buscará explicar qué ha causado el trastorno así como ayudar al paciente a entender y aceptar la situación. Puede resultar un proceso difícil y doloroso ya que se debe hablar y tratar la causa, lo cual puede generar incomodidad en la persona. Puede ocurrir que sea necesario el ingreso en algunos casos, debido al impacto que puede generar enfrentar el trauma.

Medicamentos

Aunque no existe ningún medicamento que funcione como tratamiento a esta afección, se pueden recetar por parte del psiquiatra algunos fármacos que sirvan para tratar los síntomas del trastorno. Por lo general, se utilizan tratamientos para la depresión, ansiedad o hasta antipsicóticos que permitan asegurar una mejor estabilidad al paciente y poder realizar la psicoterapia sin ningún inconveniente.