Síndrome del impostor: qué es y cómo superarlo

Síndrome del impostor Qué es y cómo superarlo

Si bien sentirse desconfiado o dudar es algo puede ocurrirnos en alguna ocasión, que se convierta en algo regular puede ser síntoma de que algo no está bien. Y cuando se trata del mundo laboral, donde no te sientes capaz de realizar tu trabajo, es posible que te encuentres sufriendo el síndrome del impostor.

Aunque la persona realice su labor de manera adecuada, y hasta superando las expectativas, desde su punto de vista puede ser todo lo contrario. Por lo que, si sientes que no estás capacitado para desempeñar tu trabajo, probablemente puedes estar padeciendo este fenómeno.

Índice
  1. ¿Qué es el síndrome del impostor?
  2. Características de este fenómeno
  3. Posibles causas
  4. Tipos de síndrome del impostor
    1. El perfeccionista
    2. El experto
    3. El superhéroe o la superheroína
    4. El individualista
    5. El genio
  5. ¿Cómo superarlo?

¿Qué es el síndrome del impostor?

Es un fenómeno psicológico que puede llegar a afectar la productividad de una persona dentro de su desempeño laboral o profesional. También conocido como fenómeno del impostor o síndrome del fraude, se trata de un trastorno de tipo neuropsicológico donde la persona es incapaz de reconocer sus logros laborales y dudar de sus capacidades para desempeñar su trabajo.

Es un síndrome bastante común en personas exitosas. Suelen sentir que sus cualidades y habilidades no son suficientes para el trabajo que cumplen. Además, sienten inseguridad constante al realizar distintas tareas, llegando a dudar si lo realizan correctamente o no. Es así como en su mente llegan a creer que están engañando a su jefe o compañeros, sintiéndose impostores, o que son un fraude.

Síndrome del impostor

Algo que destaca es que puede tener distintos resultados en quien lo sufre, pudiendo llegar a ser una persona perfeccionista o procrastinadora. Suele ser tan común, que se calcula un estimado de que lo padecen siete de cada diez personas. Puede llegar a afectar hasta personas de altos cargos con una necesidad de superarse cada día.

Aunque se habló mucho de este fenómeno durante 1970, a día de hoy sigue estando muy presente en el mundo laboral. Se dice que, aunque afecta tanto a hombres como mujeres, suele ser mucho más común en este último grupo. Hasta se ha comprobado que las madres y padres pueden padecerlo, llegando a sentir que su maternidad o paternidad es un fracaso y van a afectar a sus hijos.

Durante la pandemia por COVID-19 se estima que la cantidad de personas que sufrían este trastorno aumentó. Se considera que la causa principal ha llegado a ser el trabajo remoto. El constante aislamiento dificulta la celebración adecuada de logros, así como las relaciones laborales. Esta combinación es un detonante para este síndrome.

Características de este fenómeno

Algo que se debe tener en cuenta es que el síndrome del impostor solo afecta a personas que se encuentran desempeñando una labor o tarea de cualquier tipo. Por lo general, el individuo demuestra ser una persona de éxito o cualificada para lo que hace, pero no se siente así. Al ser un trastorno bastante habitual, suele pasar desapercibido por lo que puede confundirse con otros padecimientos como baja autoestima o depresión. 

Esta es la razón que es necesario puntualizar las características que lo define, para así determinar si la persona realmente lo padece:

  • Uno de los principales signos de este fenómeno es dudar constantemente de sí mismo.
  • No existe una evaluación real de las habilidades y competencia, llegando a generar desconfianza.
  • Se considera que los logros realizados son producto de un golpe de suerte y no por mérito propio. Por lo general, se cree que no se merecen.
  • Existe una sensación constante de insatisfacción.
  • La persona considera que no es suficientemente buena en lo que hace, llegando a sabotearse.
  • Miedo constante a ser descubierto y señalado como un fraude.
  • Se suele trabajar de manera individual y se evita al máximo el contacto con el resto de los compañeros.
  • Existe una necesidad de realizar todo de manera perfecta.
  • Se genera desmotivación, siendo la causa principal la desconfianza en sí mismo.
  • Quien lo sufre también suele tener baja autoestima.
  • Las personas suelen destacar por ser ansiosas o estar sometidas a estrés constante.
  • Sentir que todo lo que se realiza va a terminar en fracaso.
  • Los afectados establecen expectativas muy altas, que llegan a ser inalcanzables, con lo cual se genera desconfianza.
  • Por lo general trabajan demasiado, llegando al agotamiento físico y mental.
  • Dificultad para poder disfrutar de cada logro.
  • Sentir que no se merece nada de lo que obtiene.

Posibles causas

Las razones por las cuales una persona padece el síndrome del impostor se relacionan a causas externas al entorno laboral. A esto suele estar asociado:

  • Durante la infancia existe una dinámica familiar donde se sobreexige al individuo. Esto suele verse en el desempeño académico, obligando a mantener notas altas, generando descontento cuando no se alcanzan las expectativas. También suele afectar las etiquetas, cuando los padres o tutores dudan de las capacidades del niño, con lo cual lo hacen sentir que no es capaz de realizar ciertas actividades, llegando a expresarse de la misma manera en la adultez.

Fenómeno del impostor

  • Los estereotipos sexuales están asociados igualmente a este padecimiento. Y es que se ha llegado a elogiar tanto el desempeño laboral en los hombres, dejando a un lado los logros de las mujeres. Sin embargo, en la actualidad existe una lucha por la igualdad de género, pudiendo eliminar esta causa.
  • Una persona con baja autoestima tiene mayores probabilidades de sufrir el síndrome del fraude. Esto mismo sucede en los casos donde existe falta de seguridad personal o desconfianza en sí mismo.
  • Las diferencias salariales en un mismo entorno laboral puede generar desmotivación, que a su vez deriva en este fenómeno.

Tipos de síndrome del impostor

Un detalle importante de este fenómeno es que puede expresarse en cada persona de manera distinta. Por lo que, dependiendo del comportamiento de quien lo padece, puede clasificarse en cinco tipologías:

El perfeccionista

Nada los satisface ya que siempre creen que lo podrían haber hecho mejor. Tienden a ser muy controladores y suelen tener expectativas y metas muy altas. Esto puede llegar a ser contraproducente cuando no logran lo que se proponen. Y es que, como resultado, dudan de sí mismos y de sus capacidades, restándose valor. Además, les cuesta delegar tareas a otros, creyendo que otros tampoco son capaces de realizarlas.

El experto

Tiende a creer que necesita saberlo todo y, a su vez, siente que no sabe lo suficiente. Por tal razón, considera que está engañando a quien lo contrató, a sus jefes y sus compañeros por no creerse capaz de desempeñar su labor adecuadamente. La palabra experto les suele generar incomodidad, y se sienten ansiosos cuando tienen personas a su alrededor. Esto les genera la sensación de estar vigilados constantemente.

Por lo general, se encuentran realizando cursos y certificaciones, esperando obtener todo el conocimiento que les falta. Y al momento de buscar trabajo, piensan que no están capacitados para cubrir el cargo.

El superhéroe o la superheroína

Las personas que se encuentran agrupadas en esta categoría destacan por sobreexigirse para lograr cumplir cada una de sus labores. Esta es la manera que consideran más adecuada para aplacar sus inseguridades. A su vez, esto se transforma en estrés laboral y cansancio físico y mental. Además, tienden a tener problemas al relacionarse con sus compañeros de trabajo, por lo cual tratan de reducir el contacto al mínimo y solo mantienen la comunicación lo necesario.

Consideran que el tiempo libre es un desperdicio y prefieren trabajar horas extra. Esto también conlleva a sentirse inutil cuando no se está trabajando, por lo que dejan de lado sus pasiones y pasatiempos para dedicarse enteramente al trabajo.

Síndrome del fraude

El individualista

Debido a que duda de sus capacidades de manera constante, prefiere realizar todo por su cuenta. Siente que si pide ayuda, otras podrán descubrir sus debilidades y considerar que no está capacitado. Por lo general suelen pensar que no necesitan ayuda de nadie, desechando o dejando de lado el trabajo en equipo.

El genio

No suelen confiar en sus capacidades, y creen que el éxito gira en torno a estas. Sienten que esforzarse no tiene valor alguno si no se logran las metas planteadas. Si necesitan trabajar duro para lograr cualquier cosa, es porque creen que no son lo suficientemente buenos en eso. Tienden a sufrir de estrés si no obtienen resultados rápidos.

¿Cómo superarlo?

La principal recomendación que se debe realizar a toda persona que crea que sufre el síndrome del impostor es acudir a terapia con un psicólogo o profesional de salud mental. Sin embargo, existen ciertas actividades que puedes realizar por tu cuenta para reducir el impacto que tiene este fenómeno sobre ti.

  • En primer lugar, debes validar cada una de tus emociones. Es necesario ser consciente de lo que sientes para poder enfrentar el problema y encontrar una solución. Esto permitirá identificar todas aquellas emociones negativas que afectan tu desempeño. La mejor manera de enfrentarlos es escribiéndolos. De esta manera será más sencillo identificarlos y podrás obtener otra perspectiva.
  • Para reconocer tus fortalezas y habilidades, lo mejor es realizar una lista para darte cuenta de lo que eres capaz de hacer. Es una manera muy sencilla de conectar con la realidad y evitar que nuestros pensamientos sigan atacándonos y hacernos sentir menos. Lo mismo se debe hacer con los logros obtenidos.
  • Es muy importante no postergar nuestras tareas. Si dejas para después todo, alimentarás el sentimiento de ineptitud, con lo cual sentirás que no eres capaz de lograr ninguna labor. Lo mejor es comenzar con las tareas de mediana dificultad para lograr sentir un poco de satisfacción. Y poco a poco ir avanzando a las más difíciles.

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