Síndrome de Gilbert: diagnóstico y tratamiento

Síndrome de Gilbert

El síndrome de Gilbert es una afección genética que provoca que el cuerpo no sea capaz de eliminar la bilirrubina, desencadenando cuadros de ictericia. Si bien es un trastorno benigno que no suele afectar la calidad de vida de la persona, puede llegar a generar incomodidad debido a la coloración que adquiere la piel.

Quien lo padece puede llevar un estilo y calidad de vida normal, ya que no presenta otros síntomas generales importantes. Sin embargo, este síndrome no tiene cura por lo que es necesario tomar ciertas medidas para evitar el aumento de la bilirrubina en sangre.

Índice
  1. ¿Qué es el síndrome de Gilbert?
    1. Población afectada
  2. Síntomas del síndrome de Gilbert
  3. Diagnóstico
  4. Tratamiento
  5. Medidas de cuidado

¿Qué es el síndrome de Gilbert?

El síndrome de Gilbert es una mutación genética que afecta la manera en que el hígado procesa la bilirrubina. De esta manera, esta sustancia se va acumulando en la sangre lo que provoca que la persona adquiera una coloración amarillenta en la piel y mucosas.

Esta alteración produce un defecto del funcionamiento de la enzima glucuroniltransferasa, la cual se encarga de convertir la bilirrubina no conjugada en conjugada. Esta es soluble en sangre, lo que facilita su excreción. Al existir un déficit de la misma, la bilirrubina no conjugada se va acumulando, lo cual provoca la ictericia. En pacientes que padecen esta mutación se observa una disminución de la enzima, observándose un 30% menos de su valor normal.

Síndrome de Gilbert

Para entender cómo afecta este trastorno al hígado, es necesario conocer el proceso de producción de bilirrubina. Esta sustancia es excretada por los hepatocitos, sin embargo esta capacidad se ve afectada durante el curso de esta enfermedad. Cuando un glóbulo rojo ha cumplido su ciclo de vida, en su destrucción se origina una degradación de la hemoglobina liberando las moléculas hemos y globina. De la primera se produce la bilirrubina no conjugada.

Esta es transportada al hígado donde reacciona con el ácido glucurónico para poder convertirse en bilirrubina conjugada, lo cual la convierte en hidrosoluble facilitando su excreción. Es en este instante donde el síndrome de Gilbert interrumpe el proceso, dificultando la transformación de la bilirrubina, lo que favorece su acumulación.

Se trata de una alteración benigna y hereditaria. Sin embargo, no es una mutación dominante por lo que para que se exprese en la descendencia es necesario que ambos padres tengan una copia del gen defectuoso. Y en su mayoría, los progenitores son portadores, por lo que no presentan ningún signo de la enfermedad.

Población afectada

Un patrón que se ha observado en este trastorno es que tiene mayor incidencia sobre el sexo masculino. Por lo que es común que la población mayormente afectada sean los hombres. Se calcula que entre el 5% y 10% de la población europea puede estar padeciendo esta afección, pudiendo existir un mayor riesgo de prevalencia en ciertas poblaciones.

Síntomas del síndrome de Gilbert

Algo que destaca de esta alteración es que suelen identificarse los síntomas entre la adolescencia y etapas jóvenes de la adultez. Siendo más común su diagnóstico entre los 20 y 30 años de edad.

El signo más recurrente del síndrome de Gilbert es la aparición de ictericia. Esto es producto de la dificultad del hígado para excretar la bilirrubina, llegando a acumularse en la sangre. Finalmente es absorbida por la piel y las conjuntivas oculares, ocasionando que se presente el cambio de coloración.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que la razón por la que se produce la ictericia en este síndrome puede estar condicionada por ciertos factores. Por lo que es posible que existan periodos en que la persona tenga una apariencia normal.

Algunos de los desencadenantes más comunes son:

  • Esfuerzo físico excesivo.
  • Estrés.
  • Alimentación baja en calorías.
  • Ayuno prolongado.
  • Infecciones.
  • Cansancio.
  • Ansiedad.
  • Insomnio o descanso interrumpido.
  • Resfriados o gripes
  • Menstruación.
  • Consumo de alcohol.
  • Medicación que afecta la producción de la enzima glucoronil transferasa.
  • Cirugías.
  • Deshidratación.
  • Ciertas enfermedades.

Ictericia

Si bien el síntoma que se ha asociado al síndrome de Gilbert es la coloración amarilla, se ha comprobado que los pacientes pueden presentar otros signos durante el curso de la patología:

  • Fatiga.
  • Disminución del apetito.
  • Náuseas.
  • Dolor abdominal o de estómago.
  • Molestias gastrointestinales asociadas al síndrome de intestino irritable.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Orina de color oscuro.
  • Malestar general.

Aunque son síntomas que se han observado en la población afectada, no existe evidencia que los relacione con este trastorno. Hasta el momento no se ha comprobado que exista una relación entre la aparición de estos signos y el aumento de la bilirrubina en sangre.

Diagnóstico

El diagnóstico del síndrome de Gilbert suele realizarse cuando en los exámenes rutinarios no existe causa aparente de por qué se está produciendo la ictericia. Por lo general, en primera instancia, se realizan estudios para descartar cualquier patología que pueda afectar al hígado.

Diagnóstico del síndrome de Gilbert

El médico determina que se está ante un caso de este trastorno al evaluar los síntomas que presenta el paciente. Por lo general, las personas suelen presentar:

  • Ictericia.
  • No existe hemólisis o destrucción de glóbulos rojos.
  • Función hepática normal.
  • Existen antecedentes familiares con esta patología.

De forma adicional, se solicita un análisis de sangre donde se muestre los valores de la bilirrubina total. Si deseas confirmar el diagnóstico, es posible que tu médico te solicite un estudio genético del gen UGT1A1, el cual se ha comprobado que está asociado a la aparición de este síndrome.

Tratamiento

Aunque se trata de una enfermedad benigna y que no causa ningún síntoma que comprometa la calidad de vida del paciente, hay que tener en cuenta que la misma no tiene cura. Sin embargo, no requiere cuidados a largo plazo.

No existe ningún tratamiento para eliminar la ictericia. La misma desaparece por sí sola con el tiempo, aunque suele volver a aparecer por ciertos periodos. Lo que sí se recomienda es consultar al médico cuando se está en tratamiento para otra afección y verificar que la medicación no está favoreciendo la aparición de esta coloración. En caso de ser así, solicitar un cambio de medicación para lograr volver al color normal.

En cuanto al consumo de alcohol, si bien es una enfermedad que afecta al hígado su efecto no va más allá de aumentar los niveles de bilirrubina en sangre. Por lo que no genera ninguna complicación el consumo moderado de esta bebida.

Medidas de cuidado

Debido a que es un trastorno sin cura pero benigno, es necesario tomar ciertas medidas para evitar el aumento de la bilirrubina, por consiguiente la aparición de la ictericia. Por lo cual, se recomienda:

  • Notificar siempre al personal médico que se padece del síndrome de Gilbert. Esta afección puede provocar que el cuerpo no procese adecuadamente ciertos medicamentos, lo cual puede desencadenar una ictericia.
  • Llevar una alimentación sana y equilibrada, añadiendo suficientes calorías.
  • Evitar saltarse las comidas, tener horarios y rutinas para que esto no ocurra.
  • Realizar actividades que disminuyan o eviten padecer estrés.

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