Gonorrea

La gonorrea es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) ocasionada por una bacteria que se propaga durante el contacto sexual. Puede afectar directamente a la vagina, el pene, el cuello uterino, la uretra, el ano o la garganta. Es posible tratarla sin dificultad mediante antibióticos, aunque es de suma importancia realizar los exámenes médicos ginecológicos y urológicos oportunos de manera frecuente para detectarla en su fase inicial, pues es habitual que no se presenten síntomas apreciables o que estos sean muy leves.

Índice
  1. Causas de la gonorrea
  2. Síntomas de la gonorrea
  3. Diagnóstico de la gonorrea
  4. Tratamiento de la gonorrea
  5. Posibles complicaciones de la gonorrea
  6. Medidas para prevenir la gonorrea

Causas de la gonorrea

La gonorrea está causada por una bacteria denominada neisseria gonorrhoeae, la cual se puede propagar al mantener relaciones sexuales vaginales, anales u orales. Cabe señalar que para su transmisión no es necesaria la eyaculación, ya que el simple contacto con los genitales, el ano o la boca de la persona infectada es más que suficiente para que se produzca el contagio.

Las probabilidades de contraer gonorrea aumentan considerablemente cuando se tienen múltiples parejas sexuales, se mantiene una relación con una persona que tiene antecedentes en enfermedades de transmisión sexual, no se utiliza preservativo durante las relaciones sexuales, se llevan a cabo prácticas sexuales de riesgo o se consume alcohol o drogas en exceso.

Síntomas de la gonorrea

Los síntomas de gonorrea suelen manifestarse una vez han pasado de 2 a 5 días después de haber contraído la infección. No obstante, en la mayoría de ocasiones se trata de una enfermedad asintomática, de hecho son muchas las personas que no presentan síntomas y que desconocen por completo que han sido infectadas. Esto provoca que se aumente el riesgo de complicaciones, motivo por el que es tan importante someterse a todas las revisiones ginecológicas periódicas.

Cuando sí aparecen, los síntomas de la gonorrea en mujeres pueden englobar los siguientes:

  • Dolores o ardores al orinar.
  • Flujo vaginal más abundante, de color amarillento verdoso y con mal olor.
  • Sangrados vaginales entre periodos.
  • Dolores al mantener relaciones sexuales.
  • Dolores en la parte inferior del abdomen.
  • Dolor en la garganta.
  • Irregularidades en la menstruación.
  • Fiebre.
  • Vómitos.

En el caso de los hombres, los síntomas de la gonorrea pueden incluir:

  • Secreciones anormales del pene, de color blanco, amarillo o verde.
  • Dolores o ardores al orinar.
  • Ganas de orinar con más frecuencia a la habitual.
  • Sensibilidad o inflamación de los testículos.
  • Uretra roja o inflamada.
  • Dolor de garganta.

Tanto en mujeres como en hombres, cuando la gonorrea afecta al recto pueden presentar secreciones anales anormales, picazón, dolor y sangrado anal y dolor al defecar. Así mismo, también es posible que presenten movimientos intestinales dolorosos. El picor y dolor en la garganta, así como las dificultades para tragar, son signos de una infección bucal.

Diagnóstico de la gonorrea

El diagnóstico médico de la gonorrea se lleva a cabo mediante el análisis de las secreciones de la uretra, el útero, el ano o la garganta. También puede ser necesario tomar una muestra de las células del cuello del útero, la uretra, el pene, el ano o la garganta mediante un hisopo para que, posteriormente, sean examinadas en el laboratorio con el fin de visualizar las bacterias responsables de la infección. Por otra parte, se puede recomendar la realización de un análisis de orina.

Tratamiento de la gonorrea

Al ser una infección de carácter bacteriano, la gonorrea se cura mediante el uso de fármacos antibióticos. El médico indicará cuál es el más adecuado para cada caso en particular teniendo en cuenta el alcance de la infección y la gravedad de los síntomas.

Por lo general, se suele recomendar una única dosis de antibióticos tomada en pastillas durante una semana o, en su defecto, inyectada en un músculo. No obstante, hay determinadas infecciones por gonorrea que son resistentes a algunos antibióticos, por lo que es posible que sea necesaria la administración de más de una dosis.

Además, con frecuencia las personas infectadas por gonorrea deben también recibir tratamiento para la clamidia, ya que se suelen presentar las dos infecciones al mismo tiempo.

Cuando se está recibiendo tratamiento para la gonorrea, es importante tener en cuenta recomendaciones como las siguientes:

  • No automedicarse y tomar todos los fármacos recetados por el médico, aún cuando los síntomas hayan desaparecido, ya que la infección podría permanecer todavía en el cuerpo.
  • La pareja de la persona infectada debe realizarse las pruebas oportunas e iniciar un tratamiento antibiótico en caso de que haya contraído la infección.
  • No se deben compartir los fármacos con otras personas.
  • Se debe acudir al médico de nuevo en caso de que una vez finalizado el tratamiento, los síntomas de la gonorrea persistan.

Posibles complicaciones de la gonorrea

Si la gonorrea no se trata como es debido, puede derivar en ciertas complicaciones de gravedad para la salud.

En el caso de las mujeres, las posibles complicaciones de la gonorrea son dolores pélvicos crónicos, enfermedad inflamatoria pélvica, infertilidad, embarazo ectópico, infecciones en el parto y partos prematuros. Las complicaciones en los hombres pueden abarcar estrechamiento de la uretra o absceso alrededor de esta. Y en ambos sexos, las complicaciones pueden incluir infecciones articulares, infecciones de válvulas cardíacas y meningitis.

Medidas para prevenir la gonorrea

Hay algunas medidas que pueden ayudar a evitar el contagio de la gonorrea:

  • Usar preservativo en todas las relaciones sexuales vaginales y anales, así como barreras de látex o plástico cuando se vaya a practicar sexo oral.
  • No mantener relaciones sexuales hasta que se haya finalizado el tratamiento y la infección por gonorrea se haya curado por completo.
  • Informar a todas las parejas sexuales recientes del padecimiento de gonorrea para que ellas también se pongan en tratamiento en caso de ser necesario.
  • Someterse a los exámenes ginecológicos y urológicos de manera periódica para detectar cualquier enfermedad de transmisión sexual de forma temprana.

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