Adrenalina

Adrenalina

La adrenalina se define como una sustancia polivalente, que cumple dos grandes funciones en el organismo: hormona y neurotransmisor. Se conoce como la hormona de la activación porque pone en marcha los mecanismos de supervivencia más instintivos del ser humano. No obstante, si no se gestiona del modo adecuado, la adrenalina puede causar estados de ansiedad y enfermedades como el estrés crónico.

Merece la pena destacar la historia de Angela Cavallo, una mujer de Estados Unidos. En el año 1892, su hijo Tony estaba reparando su coche en el garaje de su casa cuando el gato falló y el joven quedó atrapado debajo del automóvil. Angela Cavallo apenas pesaba 65 kg, pero fue capaz de levantar el coche de 1.500 kilos. Una verdadera proeza en la que la adrenalina le permitió luchar por la supervivencia de su hijo.

Índice
  1. ¿Qué es la adrenalina y para qué sirve?
  2. ¿Cómo funciona la adrenalina?
  3. Mecanismos de acción de la adrenalina
  4. Efectos de la adrenalina
    1. Dilata los vasos sanguíneos
    2. Dilata las pupilas
    3. Descompone el glucógeno
    4. Ritmo cardíaco más alto
    5. Aumenta el ritmo de respiración
    6. Reduce del tránsito intestinal
    7. Incrementa la sensibilidad ante los estómulos
  5. Hormona de la activación
  6. Adrenalina y deporte
  7. Adrenalina y estrés
  8. Usos médicos de la adrenalina
  9. Exceso de adrenalina
  10. Síndrome de Pontius, adicción a la adrenalina

¿Qué es la adrenalina y para qué sirve?

La adrenalina, también denominada epinefrina, es una sustancia presente en el cuerpo humano que se encarga de regular diversos procesos y funciones del organismo. Es por un lado una hormona que se transporta a través del torrente sanguíneo para alcanzar todos los tejidos del cuerpo. Y, por otro lado, la adrenalina es un neurotransmisor.

Por lo tanto, la adrenalina es una sustancia que produce el cuerpo de manera natural. Lo hace en las glándulas suprarrenales, las cuales están ubicadas en la parte superior de los riñones. No obstante, los laboratorios también pueden sintetizarla para desarrollar diversos fármacos que los médicos utilizan en caso de emergencia.

Lo cierto es que se trata de una de las sustancias más importantes del organismo, la cual tiene una gran importancia en numerosos procesos básicos para la supervivencia humana. En líneas generales, podemos señalar que la adrenalina es la hormona de la activación, lo cual nos da una idea de cuáles son sus funciones.

Predispone a las personas a reaccionar de manera rápida, sacando el máximo provecho de nuestro sistema muscular cuando es de vital importancia moverse a gran velocidad debido al acecho de un determinado peligro. Por lo tanto, esta hormona es esencial para prepararse para aquellas situaciones que exigen estar en alerta tanto a nivel físico como mental.

¿Cómo funciona la adrenalina?

Cómo funciona la adrenalina

En primer lugar, resulta interesante señalar que la vida media activa de la adrenalina es de aproximadamente dos minutos, aunque realmente sus efectos pueden durar alrededor de una hora.

Esta sustancia se segrega a raíz de situaciones que causan una reacción anormal por parte del organismo: miedo, fobia, alegría extrema, etc. A continuación, envía una serie de señales a través del sistema nervioso simpático a distintos órganos del cuerpo.

A través de la sangre la adrenalina alcanza los diversos órganos. En el hígado libera las reservas de glucógeno, potenciando así el rendimiento del sistema muscular. En cuanto al corazón, aumenta la fuerza de contracción ventricular al mismo tiempo que incrementa el ritmo cardíaco.

Además, favorece la secreción de saliva, lágrimas y jugo gástrico. También disminuye la secreción de sudor.

Mecanismos de acción de la adrenalina

Cuando el organismo libera la adrenalina, se ponen en marcha un conjunto de mecanismos biológicos.

  • Conciencia situacional: se conoce como tal al hecho de que el cerebro se centra única y exclusivamente en una misma cosa. Toda la atención se centra en la situación ante la que es necesario reaccionar.
  • Qué sentidos utilizar: en función de cuál sea la situación, el cerebro debe elegir cuáles son los sentidos que va a potenciar.
  • Dilatación de las pupilas: uno de los efectos más importantes e inmediatos ante la liberación de adrenalina es que las pupilas se dilatan.
  • Dilatación de los vasos sanguíneos: la adrenalina dilata los vasos sanguíneos y aumenta el ritmo cardíaco. De este modo, el corazón es capaz de bombear más sangre para que llegue más oxígeno a los músculos, aumentando con ello la capacidad de reacción.

Efectos de la adrenalina

Efectos de la adrenalina

La adrenalina no actúa de forma global en el organismo. La razón es que no existe un mecanismo como tal que active el estado de alerta de manera integral. En cambio, viaja a diferentes zonas del cuerpo, provocando en ellas distintos efectos que, en su conjunto, dan lugar a ese estado de alerta y activación.

Es interesante conocer cuáles son los diferentes efectos de la adrenalina. Se dan cuando esta sustancia es segregada en cantidades altas en el organismo.

Dilata los vasos sanguíneos

Uno de los efectos de la adrenalina es que los vasos sanguíneos de órganos vitales para la supervivencia se dilatan, al mismo tiempo que aquellas que se encuentran más cerca de la capa superficial de la piel se reducen. Así, ante niveles altos de adrenalina, la presión sanguínea tiende a aumentar.

Dilata las pupilas

Uno de los efectos más conocidos de la adrenalina es que dilata de forma notable las pupilas. Se trata de una reacción completamente normal porque de este modo entra más luz, de modo que se tiene una mayor conciencia de todo lo que sucede alrededor.

Descompone el glucógeno

La adrenalina favorece la descomposición de glucógeno, la energía almacenada en el organismo para cuando necesita un esfuerzo extra a nivel físico y mental.

Ritmo cardíaco más alto

Esta sustancia hace que el ritmo cardíaco sea más rápido, de modo que el cuerpo humano está más preparado para realizar cualquier tipo de esfuerzo de forma más sencilla. Y es que, al bombear mayor cantidad de sangre, los músculos tienen más oxígeno y pueden llevar a cabo mayores empeños.

Es por ello que en situaciones de peligro, en las que el cuerpo se pone alerta gracias a la adrenalina, las personas son capaces de correr a mayor velocidad y realizar esfuerzos que de otro modo sería imposible.

Aumenta el ritmo de respiración

La adrenalina causa que el ritmo tanto de inspiración como de expiración aumenten de forma notable. Así, la sangre se oxigena mejor y es posible rendir más tanto a nivel físico como mental.

Reduce del tránsito intestinal

Otro de los efectos de la adrenalina es que frena de forma notable el ritmo intestinal. La razón es que este proceso consume una gran cantidad de energía, la cual es necesaria para llevar a cabo otros procesos en situaciones de alerta. Así, la mayor parte de la energía corporal se concentra en el sistema muscular.

Incrementa la sensibilidad ante los estómulos

Uno de los efectos psicológicos más habituales de la adrenalina es que aumenta la percepción sensorial ante cualquier estímulo externo. Algo lógico en una situación de alerta, en la que es esencial estar al tanto de todo lo que sucede alrededor.

Hormona de la activación

Merece la pena destacar que todas las personas generan determinados niveles de adrenalina cuando realizan sus actividades diarias. No obstante, en la gran mayoría de los casos se trata de una dosis muy baja que no da lugar a ningún tipo de efecto.

No obstante, hay quienes buscan una gran sensación de bienestar. Y para ello llevan a cabo diversas actividades que favorecen la producción de mayores niveles de adrenalina por parte del organismo: ver una película de terror, practicar deportes extremos como el paracaidismo, etc.

La adrenalina se libera en situaciones tanto de estrés como de peligro y excitación. Es por ello que también recibe el nombre de hormona de la activación ya que ayuda al cuerpo a activarse ante cualquier tipo de situación.

Adrenalina y deporte

Adrenalina y deporte

Existen diferentes actividades en las que es necesario realizar movimientos muy rápidos, como por ejemplo el boxeo o el tenis. Pues bien, en ellas es importante lograr la liberación de la adrenalina para así incrementar la velocidad de reacción. De este modo se consigue un mejor rendimiento deportivo.

Además, tal y como hemos señalado, uno de los efectos de la adrenalina es que logra la dilatación de las vías respiratorias. Así, esta sustancia es de gran ayuda en aquellos deportes en los que es necesario sacar el máximo rendimiento del sistema muscular.

Hay algunas actividades como el ciclismo en las que se dan picos de adrenalina en momento puntuales. Es importante diferenciar los efectos relacionados con la adrenalina que se buscan con la práctica de distintos deportes.

En el caso de los deportes extremos, los participantes buscan una descarga de adrenalina muy rápida. Mientras, en los deportes de resistencia el principal objetivo es mantener la adrenalina bajo control hasta un determinado momento, como por ejemplo lograr meter un gol en un partido de fútbol.

Adrenalina y estrés

Uno de los efectos más negativos de la adrenalina es que puede favorecer el desarrollo de lo que se denomina estrés crónico. Se trata de una enfermedad que surge a consecuencia de la tensión en diferentes ámbitos de la vida. Desde el punto de vista médico, se define como la acumulación de dos hormonas en la sangre: la adrenalina y el cortisol.

Cualquier situación que genere malestar a nivel físico o mental hace que el cerebro reaccione percibiendo un peligro y libere la adrenalina. Es entonces cuando las personas, advirtiendo dichas amenazas, deben actuar de una forma adecuada.

No obstante, no siempre es así, de modo que la adrenalina se acumula, generando con ello diversos cambios en el organismo: taquicardia, hipertensión, estreñimiento, etc. Trastornos que perjudican de forma notable la salud, y que en ocasiones pueden poner incluso la vida en riesgo.

Usos médicos de la adrenalina

Usos médicos de la adrenalina

Esta sustancia se sintetizó en un laboratorio por primera vez en la historia en el año 1904. En el ámbito médico se utiliza en situaciones de extrema gravedad, en las que la vida del paciente está en peligro. Es habitual su uso en casos de anafilaxia, cuando el paciente sufre una reacción alérgica de carácter severo.

La epinefrina también se utiliza para hacer frente a paradas cardiorrespiratorias, así como para tratar diversos tipos de arritmias. Esta sustancia estimula en gran medida el corazón, aumenta así el ritmo cardíaco.

Otro de los usos más comunes de la adrenalina es en combinación con anestésicos locales como la lidocaína. La razón es que contrae los vasos sanguíneos de la zona, favoreciendo así una mayor duración del efecto de la anestesia.

Exceso de adrenalina

Niveles excesivamente altos de adrenalina pueden llegar a ser perjudiciales para la salud, e incluso dar lugar a diferentes problemas médicos que requieren de atención urgente.

Las consecuencias más comunes del exceso de adrenalina son tres. Por un lado, la hipertensión, especialmente en personas adultas. Por otro lado, dolor de cabeza de gran intensidad, que dificulta la capacidad tanto de concentración como de atención. Y, por último, aumento de temperatura corporal.

Además de las consecuencias físicos, los picos de adrenalina pueden causar síntomas muy similares a los de un ataque de ansiedad: náuseas, temblores, insomnio, visión borrosa, etc.

Actualmente son muchas las personas que permanecen muy activas durante todo el día, generalmente debido al exceso de tareas en el trabajo. Pues bien, es importante recordar que esta situación no es en absoluto saludable si se mantiene en el medio y largo plazo. El cuerpo necesita descansar, por lo que es importante prestar atención a cualquier tipo de señal que señale la necesidad de bajar el ritmo.

Síndrome de Pontius, adicción a la adrenalina

Síndrome de Pontius

El síndrome de Pontius se define como una anomalía en el sistema nervioso central que inhibe el control que puede tener una persona ante cualquier tipo de situación de peligro. Quienes sufren esta enfermedad tienen una percepción del peligro alterada, de modo que llevan a cabo actividades extremas para sentirse felices, aunque realmente no son conscientes del peligro que suponen.

Es por ello que a quienes sufren el síndrome de Pontius también se les conoce como "buscadores de sensaciones". No son conscientes del peligro al que se someten realizando las diversas actividades.

La razón es que tienen una necesidad biológica de liberar grandes cantidades de adrenalina. Se trata de una patología relativamente rara que se da en personas adictas a la adrenalina.

No hay que confundir a las personas que sufren el síndrome de Pontius con las que practican deportes extremos. Y es que los deportistas son conscientes del peligro, de modo que toman todas las precauciones necesarias para minimizar los riesgos. En cambio, los pacientes con esta enfermedad llevan a cabo sus actividades sin saber el peligro que implican, de modo que no toman ningún tipo de precaución.

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