Acetilcisteína

Acetilcisteína

La acetilcisteína es un fármaco que pertenece al grupo de los medicamentos llamados mucolíticos y que, por lo general, se comercializa en comprimidos efervescentes o polvo para solución oral. A continuación expondremos de manera clara la información que debemos tener en cuenta para la utilización de este medicamento.

Índice
  1. Usos y acción de la acetilcisteína
  2. Posología
  3. Posibles efectos adversos de la acetilcisteína
  4. ¿Por qué utilizar acetilcisteína?

Usos y acción de la acetilcisteína

Entre las indicaciones de este fármaco nos encontramos con diversas afecciones que afectan al tracto respiratorio, particularmente con aquellas que llevan al cuerpo humano a una segregación excesiva de moco espeso (sinusitis, rinofaringitis o bronquitis entre otras muchas). La acetilcisteína se encarga de fluidificar y facilitar la eliminación y expulsión del moco, por lo que podemos decir que su función principal es la de reducir la viscosidad del moco del paciente.

Posología

El consumo de acetilcisteína se administra generalmente en dosis de 600mg diarios en adultos y 300mg para niños hasta 12 años, administrándole al paciente la dosis diaria o bien en una sola toma (600mg cada 24 horas) o bien en 3 tomas de 200mg (una cada 8 horas) según prescripción médica. El tratamiento con acetilcisteína suele tener una duración de entre 5 y 10 días según la gravedad de la afección y la viscosidad del moco a eliminar. Asimismo, se recomienda al paciente que durante la duración del tratamiento con este medicamento ingiera abundante líquido, dado que puede resultar beneficioso para la fluidificación del moco.

Posibles efectos adversos de la acetilcisteína

Como ocurre con todos los medicamentos, es posible que la acetilcisteína no produzca el efecto deseado en el paciente o que éste sufra algunos efectos secundarios durante el tratamiento con el fármaco. Algunos de estos efectos adversos que pueden aparecer en el paciente son náuseas, vómitos, somnolencia, diarrea, zumbido de oídos, dolor de cabeza, erupción cutánea o dolor y ardor de estómago. En caso de que el paciente sufra alguno de dichos efectos deberá consultar lo antes posible a su médico, quien posiblemente decidirá suspender el tratamiento. No obstante, la probabilidad de que el paciente sufra alguno de los efectos adversos que hemos mencionado anteriormente es relativamente baja (menos de 1 por cada 1000 pacientes según estimaciones). Tampoco se debe administrar acetilcisteína conjuntamente con antitusivos e inhibidores de secreción bronquial (antihistamínicos, anticolinérgicos...).

¿Por qué utilizar acetilcisteína?

El uso de este medicamento puede resultar de gran utilidad siempre y cuando tengamos en consideración todo lo anteriormente mencionado en materia de posología, efectos adversos, etc. La acetilcisteína es un medicamento de bajo riesgo, de utilización sencilla y con unos resultados generalmente positivos en un corto período de tiempo. Las complicaciones causadas por una mucosidad excesiva y viscosa que no logramos expulsar pueden suponer un riesgo para nuestra salud además de generar una gran molestia y malestar en el paciente, por lo que es importante que ayudemos a fluidificar los mocos para facilitar su expulsión y así evitar dichos riesgos y molestias.

De cualquier modo (y aunque se trate de un fármaco de uso fácil y sencillo), no debemos olvidar en ningún momento que estamos hablando de un medicamento y que su uso debe ser siempre responsable. Se recomienda siempre que el paciente lea atentamente el prospecto del medicamento cuando lo adquiera, pues allí encontrará toda la información relativa al producto, además de que es posible que, como ocurre con la mayoría de los fármacos, los excipientes añadidos a la acetilcisteína por los diversos laboratorios varíe, pudiendo en algunos casos afectar al paciente si sufre algún tipo de intolerancia (por ejemplo lactosa) o si sigue algún tipo de dieta especial (también a modo de ejemplo cabe mencionar que en algunos prospectos de acetilcisteína podemos encontrar alusiones a un alto contenido en sodio, recomendando a las personas que sigan dietas pobres en sodio que consulten a su médico antes de iniciar el tratamiento).

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