Uña encarnada (onicocriptosis)

Uña encarnada

La onicocriptosis o uña encarnada es la introducción de los bordes ungueales en los tejidos que rodean a la uña. Se la conoce también como uña incarnada, uña clavada o uñero.

El problema se produce cuando los laterales de la uña se clavan en los tejidos que rodean a la uña (tejido periungueal). Es una afección muy frecuente y tiene una alta incidencia dentro de las patologías que afectan al pie. La uña encarnada se produce con mayor frecuencia en niños, adolescentes y jóvenes, aunque puede darse a cualquier edad. En el caso de personas jóvenes y niños, la enfermedad casi siempre viene acompañada de una infección del borde ungueal, con la formación de un absceso lleno de pus.

Esta circunstancia es más difícil encontrarla en personas adultas y en ancianos, ya que en este último caso la uña provoca la aparición de un callo en los tejidos que rodean a la uña (heloma periungueal) o canal ungueal. La explicación de este hecho es que en los adultos y personas ancianas la piel es más dura y la uña no la penetra con tanta facilidad como en el caso de niños o personas jóvenes donde la piel es más vulnerable a la rotura por la presión ejercida por el borde ungueal.

Generalmente la uña que se clava suele estar deformada, curvada o en teja. Esta circunstancia hace que la uña traumatice el borde ungueal y por lo tanto se clave, provocando el uñero.

Pese a ser una afección muy común y extendida en la población en general, en determinadas ocasiones se presentan síntomas que no se relacionan con esta patología, ya que aparentemente la uña no se ve clavada o no existe una formación purulenta visible. En este caso debemos acudir al podólogo para que identifique la causa del problema, que suele ser dolor en la uña del dedo, e instaure el tratamiento oportuno.

Generalmente la uña que más se afecta es la uña del primer dedo del pie o dedo gordo. Las demás uñas también se pueden clavar, pero esta situación es mucho menos habitual. La uña del primer dedo se clava con mayor frecuencia debido a que es una uña mucho más fuerte que la de los demás dedos, y por lo tanto ejerce mayor presión sobre los bordes ungueales que una uña de un dedo pequeño (del segundo al quinto dedo).

Índice
  1. Causas de la onicocriptosis
  2. ¿Qué síntomas aparecen?
  3. Diagnóstico de la uña encarnada o onicocriptosis
  4. Tratamiento de la uña encarnada
    1. Tratamiento de la causa
    2. Tratamiento definitivo
  5. ¿Cómo evitarlo?

Causas de la onicocriptosis

Las causas de la uña encarnada son múltiples y se pueden presentar de forma asilada o bien coincidiendo unas con otras.

La forma de la uña es un factor causante de la onicocriptosis. Si la lámina ungueal se encuentra curvada en forma de teja, los bordes de la uña descansan perpendicularmente sobre el lecho de la uña, y es mucho más fácil que la uña pueda clavarse en esta zona. Existen uñas que tienen una lámina ungueal bastante aplanada, pero los laterales se disponen en ángulo recto, con lo que al igual que en el caso anterior se predispone a clavarse en la piel.

El calzado también juega un papel importante en la producción de la uña encarnada. Si la persona se calza con un zapato de punta estrecha, el cual comprime los dedos los unos con otros y presiona en el lateral del dedo gordo del pie, se estará aumentado la presión en el canal ungueal favoreciendo el conflicto entre la uña y la piel que la rodea. El uso de calcetines o medias ajustadas también favorece la compresión a nivel del borde ungueal y por lo tanto predispone a que la uña se pueda clavar.

En personas que tengan aumentada la sudoración de los pies, es mucho más frecuente encontrar una uña encarnada. La sudoración reblandece la piel y la macera, facilitando la rotura de ésta por medio de la uña. Esta condición hace que la uña encarnada sea más frecuente en jóvenes o niños donde la sudoración es por lo general mayor que en una persona adulta.

Determinadas prácticas deportivas también predisponen a padecer este tipo de problemas. En el caso de los futbolistas, el choque continuo sobre la punta del pie puede ocasionar lesiones en los tejidos que rodean a la uña y favorecer el enclavamiento de esta sobre la piel. Además cualquier práctica deportiva supone un aumento de la sudoración de los pies por lo que se favorece nuevamente la aparición del problema.

En el caso de personas obesas o con sobrepeso, se produce un aumento del tamaño de los tejidos que rodean a la uña, causando en ocasiones la uña encarnada por el aumento de presión ejercido por estos tejidos contra el lateral de la uña.

Otra causa que puede provocar la uña encarnada es el corte incorrecto de la uña. Por regla general, las personas que padecen de uñas clavadas tienden a recortarse la uña en sus bordes redondeándolas, lo que puede provocar que la uña se clave más en la profundidad cuando la uña crezca. Al cortar la uña el borde podemos dejar pequeñas espículas que actúan como verdaderos arpones cuando la uña crece y progresa hacia la parte anterior del dedo. Siempre debemos cortar la uña recta y no redondear los bordes, evitando así que esta se pueda clavar.

Determinadas enfermedades de la uña llevan asociadas el problema de la onicocriptosis. Las más comunes son la onicomicosis o infección de hongos en la uña y la onicogrifosis o engrosamiento de la placa ungueal. Si la uña aumenta de tamaño y se engrosa, los laterales de la uña tienen mayor fuerza para traumatizar la zona periungueal y por lo tanto existe mayor facilidad para que se produzca una uña encarnada.

Cualquiera de las causas anteriores, de forma aislada o juntas a la vez, van a provocar el aumento de presión del lateral ungueal contra la piel que lo rodea. Esta circunstancia puede producir dos situaciones.

La primera, que la uña sea capaz de romper la piel que la rodea en su borde y se cree por lo tanto una herida en la que se va a introducir el borde ungueal. El organismo va a reaccionar intentando curar la herida, pero se va a ver limitado por la presencia de la porción de uña que se mete dentro de la piel y que impide el cierre de la herida. La herida generalmente suele infectarse e iniciar un proceso de formación de pus que al quedarse mantenida en el interior de los tejidos provocará un dolor muy agudo e insoportable. Si la uña sigue traumatizando esta zona durante mucho tiempo se puede llegar a forma un fibroma o un granuloma en respuesta al proceso de cicatrización de la piel

Otra situación que se puede dar es que la uña presione sobre el borde ungueal pero no consiga abrirla y no cause herida. En este caso en normal encontrase un callo en los tejidos que rodean a la uña (heloma periungueal) que también provoca un dolor bastante insoportable. Generalmente ene este tipo de uñas encarnadas no suele haber herida ni infección y por lo tanto no se suelen desarrollar ni fibromas ni granulomas en los tejidos ungueales.

¿Qué síntomas aparecen?

La uña encarnada puede provocar varios síntomas dependiendo de si produce o no infección y también del tiempo de evolución de la enfermedad. Los síntomas en general son:

  • Dolor en la uña, más localizado en el lateral ungueal. El dolor se exacerba si presionamos esta zona pero también apretando directamente sobre la lámina ungueal aumentamos el dolor, debido a que también presionamos la uña en conjunto hacia los tejidos que la rodean. A veces el dolor es tan agudo que el simple roce de las sábanas en la cama provoca un dolor insoportable.
  • Inflamación y enrojecimiento de los tejidos que rodean a la uña. La piel del dedo aparece ruborizada en la zona cercana a la uña, y sobre todo en los bordes ungueales. La coloración del dedo puede variar entre el rojo intenso al violáceo.
  • Infección del borde ungueal con formación de pus, la cual puede salir al exterior por la explosión del absceso.
  • Callosidades en los tejidos que rodean a la uña, que se conoce con el nombre de heloma periungueal. Generalmente los bordes ungueales se encuentran endurecidos por la presión que ejerce el borde ungueal contra la piel que la rodea.
  • Incapacidad para calzarse o ponerse calcetines o medias estrechas.
  • Aparición de pequeños fibromas o granulomas en el borde ungueal a consecuencia del fenómeno de cicatrización de la herida.
  • En ocasiones los calcetines aparecen manchados de sangre en la zona de la uña encarnada, a consecuencia de la herida que existe a este nivel.

Diagnóstico de la uña encarnada o onicocriptosis

La aparición de los síntomas relacionados con la uña encarnada junto con la exploración clínica de la lesión sirve para efectuar el diagnóstico de la enfermedad. No es necesario utilizar medios complementarios de diagnóstico, no obstante, el podólogo debe analizar la causa del problema y cerciorarse de que la sintomatología de la uña del dedo obedece a un problema de uña encarnada.

Mediante una pequeña exploración clínica se puede observar si la uña está clavada y planificar el tratamiento de acuerdo al estado de la lesión.

Tratamiento de la uña encarnada

El tratamiento de la uña encarnada se puede enfocar desde dos puntos de vista Uno que iría encaminado a solucionar la causa que ha provocado el problema y el otro que debe solucionar el problema de la uña en sí.

Tratamiento de la causa

El primer tratamiento que se puede realizar en el caso de que la uña se haya clavado en la piel consiste en realizar un corte que libere la porción de la uña que está provocando el problema. La eliminación del lateral la realiza el podólogo utilizando un instrumental específico para este problema auxiliado por el uso de micromotores eléctricos que permiten cortar la uña sin provocar ningún dolor. El corte que realiza el podólogo permite liberar la presión de esa zona y hace posible la curación de la herida que ha causado el lateral de la uña.

Este tratamiento por sí solo no va a solucionar el problema de forma definitiva ya que en muchas ocasiones la uña se vuelve a clavar cuando vuelve a crecer. Si el problema que causó la uña sigue existiendo, el simple corte del lateral de la uña sólo soluciona el problema de forma temporal. Existen tratamientos que ofrecen soluciones más a largo plazo como la ortonixia o la cirugía de la uña.

La ortonixia consiste en intentar educar el crecimiento de la uña utilizando para ello diferentes materiales y técnicas cuyo objetivo va a ser evitar que los bordes ungueales se claven en la piel.

Antiguamente se utilizaban pequeños alambres en forma de arco que levantaban la uña haciéndola más horizontal a medida que el alambre se iba tensando. Hoy en día se utilizan bandas de metacrilato o de otros polímeros plásticos que se pegan sobre la uña y levantan la placa ungueal debido a la memoria del material utilizado, el cuál intenta volver a su estado original levantando de ésta forma la uña.

Tratamiento definitivo

Existe un tratamiento definitivo para el problema de la uña encarnada que consiste en el tratamiento quirúrgico de la uña. Las técnicas quirúrgicas hoy en día ofrecen un resultado satisfactorio resolviendo el problema de forma radical y evitando posibles recidivas. Es necesario aclarar que la cirugía no consiste en arrancar la uña, sino en eliminar los bordes ungueales únicamente con lo que el resto de la placa ungueal queda intacta y el dedo no queda desprovisto de uña. La técnica más utilizada es la técnica de Fenol-Alcohol que consiste en aplicar ácido fénico en los bordes ungueales, una vez retirados estos. Esta técnica consigue un buen resultado estético y un postoperatorio indoloro, que permite al paciente incorporarse rápidamente a su vida normal.

¿Cómo evitarlo?

Evitar las uñas encarnadas
Para prevenir que la uña se clave en el dedo se deberán tener en cuenta los siguientes consejos:

  • Cortar la uña recta sin redondearla en los bordes y evitando profundizar en los laterales de la uña. Siempre deberemos ver que la uña queda libre y que no está escondida en el canal ungueal.
  • Utilizar un instrumental adecuado para el corte de las uñas de los pies, como cortaúñas o alicates específicos para ello. Evitar el uso de tijeras y sobre todo si tienen punta.
  • No recortar las cutículas que rodean a la uña, ya que podremos provocar una herida en el dedo que se puede infectar.
  • No arrancarse la uña con los dedos ni tirar de ninguna espícula. Utilizar un instrumento de corte para retirarlo.
  • No usar zapato de punta estrecha que comprima el pie.
  • No usar medias ni calcetines estrechos que compriman la punta del pie.
  • Controlar el sudor excesivo de los pies con el uso de un antitranspirante específico. Usar calcetines de hilo, lana o algodón y evitar el uso de calcetines o medias sintéticas.
  • Si tengo dificultad para cortar las uñas de los pies, acudir a un Podólogo para que lo haga.
  • Si practica un deporte que predispone a recibir golpes en los dedos, usar un calzado adecuado y controlar cualquier problema de la uña acudiendo al Podólogo para solucionarlo.

Deberá de acudir al podólogo en los siguientes casos:

  1. Si padece algún tipo de dolor en la uña que a priori no puede identificar acuda a un Podólogo para que la examine e identifique la causa del problema.
  2. Si se le ha clavado la uña no intente solucionar el problema por si sólo, acuda a u Podólogo cuanto antes para que se lo resuelva. Así evitará infecciones y problemas añadidos.
  3. Si su uña está curvada o en forma de teja, acuda al podólogo para que la corte e intente educarla, evitando que ésta se pueda clavar.
  4. Si tiene limitaciones para agacharse o tiene la visión disminuida acuda a un Podólogo para que le corte la uña.
  5. Si la uña es muy gruesa o está muy dura acuda al Podólogo para que la rebaje y la corte.

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