Hipoxia

La hipoxia es una enfermedad que se caracteriza por la disminución de oxígeno que suministra la sangre a los diferentes órganos, tejidos y células del cuerpo. Este trastorno guarda una relación muy estrecha con la hipoxemia, que es la disminución de la cantidad de oxígeno que transporte la sangre a través de los glóbulos rojos.

Índice
  1. Hipoxia definición: ¿Qué es esta enfermedad?
  2. Tipos de hipoxia
    1. Hipoxia cerebral
    2. Hipoxia tisular
  3. Síntomas de hipoxia
  4. Complicaciones de la hipoxia
  5. Diagnóstico de la hipoxia
  6. Tratamientos de la hipoxia
    1. Oxigenoterapia
  7. Consejos para prevenir la hipoxia
  8. ¿Qué es la hipoxemia?

Hipoxia definición: ¿Qué es esta enfermedad?

La hipoxia es una enfermedad que se caracteriza por la insuficiencia de oxígeno en el torrente sanguíneo, lo cual provoca que tanto los tejidos como las células que forman el cuerpo humano no reciban el oxígeno que necesitan para su buen funcionamiento. Una situación de riesgo que en algunos casos puede llegar a provocar la muerte.

El funcionamiento es el siguiente. En primer lugar, los tejidos de los pulmones se encargan de extraer el oxígeno del aire inhalado. A continuación, dicho oxígeno ingresa en el torrente sanguíneo. Así, en combinación con la hemoglobina, viaja a través de la sangre hacia los tejidos y células.

Tipos de hipoxia

Tipos de hipoxia

En función de cuál sea el mecanismo, se pueden diferenciar distintos tipos de hipoxia, cada uno de ellos con sus propios síntomas y tratamientos.

Hipoxia cerebral

Es uno de los tipos de hipoxia más comunes de todos. Se da cuando el cerebro no recibe la cantidad de oxígeno que necesita. Es una situación relativamente común tanto en adultos como en niños, que se presenta cuando una persona está en paro cardíaco o se está ahogando. La hipoxia cerebral también se puede presentar a raíz de diferentes lesiones relacionadas con este órgano, como un accidente cerebrovascular.

Causas

Las causas de la hipoxia cerebral son muy diversas.

  • Complicaciones de la anestesia general durante una intervención quirúrgica.
  • Presión arterial extremadamente baja.
  • Intoxicación por monóxido de carbono.
  • Ahogamiento.
  • Estar en un lugar por encima de los 2.500 metros de altitud.
  • Lesión cerebral.

Cualquier persona puede sufrir una hipoxia de este tipo si su cerebro no recibe suficiente oxígeno. Por supuesto, hay determinados grupos de población en los que este trastorno es más probable. Es el caso de los nadadores y buzos, quienes mantienen la respiración durante largos periodos de tiempo. También los alpinistas.

Síntomas

En cuanto a los síntomas de la hipoxia cerebral, estos son especialmente notorios: pérdida de memoria temporal, incapacidad para mover el cuerpo y dificultad tanto de atención como de concentración. Los indicios más graves son el coma y la muerte cerebral.

Ante la presenta de uno o varios de estos síntomas, es importante acudir al médico a la mayor brevedad posible. En función de los indicios presentados y la historia clínica del paciente, el médico puede solicitar diversas pruebas para determinar el diagnóstico. Por lo general, se realiza una resonancia magnética que muestre imágenes de la cabeza con gran detalle.

Hipoxia tisular

La hipoxia tisular es aquella en la que la falta de oxígeno afecta a un determinado órgano o zona del cuerpo. Una situación potencialmente mortal ante la que hay que actuar de forma urgente.

El suministro de oxígeno de los tejidos depende de dos factores fundamentales: el gasto cardíaco y el contenido de oxígeno arterial. Pues bien, si este proceso se ve afectado de algún modo, las células del organismo mueren, dando así lugar a la hipoxia tisular.

Una de las causas más frecuentes de esta enfermedad es la baja presión de oxígeno en el aire que se respira a grandes alturas. Es habitual en alpinistas y se conoce con el nombre de "mal de altura".

Causas

Tal y como señalan los expertos, la falta de oxígeno en los tejidos del cuerpo puede responder a distintos mecanismos.

  • Hipoxia anémica: La hipoxia anémica se define como aquella en la que los pulmones funcionan correctamente, pero la capacidad que tiene la sangre para transportar el oxígeno se ve reducida debido a niveles bajos de hemoglobina. Es una situación muy frecuente en personas que sufren de anemia.
  • Hipoxia hipoxémica: se genera a raíz de la insuficiente oxigenación de la sangre arterial debido a la disminución de oxígeno en el aire inspirado.
  • Hipoxia circulatoria: tal y como su propio nombre indica, se produce cuando no hay la suficiente irrigación sanguínea en los tejidos.
  • Hipoxia histotóxica: en este caso los tejidos no son capaces de captar la cantidad de oxígeno que necesitan para funcionar correctamente. Es un trastorno común en personas intoxicadas por cianuro, entre otras causas.

Síntomas

En cuanto a los síntomas de la hipoxia tisular, los más habituales son: piel azulada o amoratada debido a la falta de oxígeno, fatiga muscular intensa, cefalea, desmayo, somnolencia o insomnio y alteraciones del aparato digestivo.

Síntomas de hipoxia

Síntomas de hipoxia

Sobre los indicios propios de esta enfermedad, se pueden dividir en tres grandes grupos en función de su tipología.

  • Cognitivos: el síntoma más frecuente es la pérdida de memoria a corto plazo. También se dan otros como la irritabilidad, falta de juicio y de racionamiento, alteraciones visuales y dificultad para prestar atención.
  • Físicos: los indicios de la hipoxia también afectan a la salud física. Las personas presentan grandes dificultades para coordinar movimientos, así como para sostenerse en pie. La rigidez y la opresión muscular son otros síntomas que se repiten con frecuencia.
  • Comunicacionales: y, por último, los síntomas relativos a la comunicación. Las personas con hipoxia manifiestan dificultad para hablar, de modo que la comunicación resulta prácticamente imposible.

Complicaciones de la hipoxia

La hipoxia es una situación médica de riesgo, ante la que hay que tomar medidas con carácter urgente. De lo contrario, pueden darse secuelas de carácter crónico y complicaciones graves, incluso causar la muerte.

Una de las posibles complicaciones es el daño cerebral debido a que el cerebro ha permanecido un largo periodo de tiempo sin recibir oxígeno. También puede darse la muerte de distintos tejidos corporales, lo cual lleva a la gangrena.

La anoxia es otra de las complicaciones que pueden surgir a raíz de una hipoxia no diagnosticada o tratada a tiempo. Ocurre cuando el cuerpo o cerebro pierde por completo el suministro de oxígeno. La falta de oxígeno completa puede causar serios daños al cuerpo, o incluso ser mortal.

Diagnóstico de la hipoxia

Ante la más mínima señal de hipoxia de cualquier tipo es importante acudir al médico. En función de los indicios presentados y el historial clínico del paciente el médico puede identificar la causa.

Para determinar tanto la presencia como el grado de hipoxia es necesario realizar diferentes pruebas médicas. Una de las más habituales es un análisis de sangre arterial para conocer la concentración de oxígeno y la cantidad de hemoglobina. También se puede estimar con un oxímetro de pulso, el cual se coloca en la punta del dedo e indica el porcentaje de saturación de oxígeno.

Tratamientos de la hipoxia

Tratamientos de la hipoxia

Una vez diagnosticada la hipoxia, es necesario aplicar el tratamiento médico más adecuado para la enfermedad. En función de cuál sea la causa, es necesario tratarla, por ejemplo, con el uso de broncodilatadores para el asma.

Oxigenoterapia

Cuando se da una disminución de oxígeno en la sangre, sea cual sea la causa, una de las mejores alternativas médicas es la oxigenoterapia. Es una medida que consiste en la administración de oxígeno en concentraciones mayores a las que se encuentran en el aire del ambiente.

En el caso de la oxigenoterapia normobárica, al paciente se le administran diferentes concentraciones de oxígeno a través de mascarillas o cánulas de oxígeno. En cuanto a la oxigenoterapia hiperbárica, el paciente recibe concentraciones del 100% de oxígeno mediante una mascarilla o casco mientras se encuentra en el interior de una cámara.

Consejos para prevenir la hipoxia

Aunque no hay ningún método 100% infalible para prevenir esta enfermedad, hay una serie de pautas y consejos que merece la pena recordar.

  • Escaladas de montaña: a la hora de realizar una ascensión por encima de los 2.000 metros es necesario tener el entrenamiento adecuado. Además, durante la ascensión, lo más aconsejable es irse aclimatando poco a poco a la altitud creciente. Para ello, se escala una determinada distancia y luego se acampa durante unos días. Por supuesto, es importante que los alpinistas lleven siempre cilindros de oxígeno y máscaras faciales.
  • Indicios: es muy importante prestar especial a los síntomas tanto en adultos como en niños. En caso de hipoxia es importante administrar la oxigenoterapia a la mayor brevedad posible.

¿Qué es la hipoxemia?

Hipoxemia

La hipoxemia se define como un nivel de oxígeno en la sangre por debajo de lo normal, particularmente en las arterias. Es un trastorno relativamente sencillo de diagnosticar ya que sólo hay que medir el nivel de oxígeno de una muestra de sangre de una arteria, para lo cual se realiza una gasometría arterial. También se puede realizar una estimación utilizando un oxímetro para conocer cuál es la saturación de oxígeno en sangre

En lo relativo a las causas de la hipoxemia, este es un trastorno relativamente común en pacientes que sufren algunas de las siguientes enfermedades: anemia, asma, cardiopatía congénita, enfermedad pulmonar intersticial, neumonía, edema pulmonar o apnea del sueño.

Es importante acudir al médico de forma urgente si se presentan alguno de los siguientes síntomas: dificultad para respirar después de realizar cualquier tipo de actividad física de carácter leve o estar en reposo, y despertarse de forma repentina con sensación se asfixia.

A modo de conclusión, es interesante destacar que la hipoxia es un problema médico de carácter grave. De no atenderse de forma inmediata, puede dar lugar a daños tanto físicos como cerebrales muy graves y crónicos, e incluso la muerte.

La recuperación depende en gran medida de cuáles son las lesiones y complicaciones que se han producido a raíz de la falta de oxígeno. En algunos casos la rehabilitación y recuperación del paciente se puede prolongar durante varios años.

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