Hemorragia digestiva alta

Hemorragia digestiva alta

Se considera una hemorragia digestiva alta (HDA) cuando existe un sangrado vertido a la luz del tubo digestivo cuyo origen se localiza por encima del ángulo de Treitz, es decir, en el esófago, estómago o duodeno.

Su gravedad es muy variable, y oscila entre pequeńos sangrados digestivos sin repercusión general y sangrados masivos que comprometen la vida del individuo.

Índice
  1. Causas de la hemorragia digestiva alta
    1. Esófago
    2. Estómago
    3. Duodeno
  2. Síntomas de la hemorragia digestiva alta
  3. ¿Cómo se diagnostica?
  4. Tratamiento de la hemorragia digestiva alta
  5. ¿Cómo puedo evitarla?

Causas de la hemorragia digestiva alta

Las causas de la hemorragia digestiva alta son múltiples, debido a que cualquier lesión localizada en el tubo digestivo puede sangrar en un momento determinado.

Distinguiremos las siguientes patologías según su localización:

Esófago

  • Esofagitis: existen múltiples causas que pueden causar una inflamación del esófago, pero la más frecuente es la enfermedad por reflujo gastroesofágico.
  • Varices esofágicas: se trata de dilataciones de los vasos esofágicos secundarias a una patología hepática crónica en la mayoría de las ocasiones. Suelen dar lugar a una hemorragia masiva.
  •  Cáncer esofágico
  •  Síndrome de Mallory-Weiss: se trata de una lesión de la mucosa del esófago secundaria a vómitos de repetición.
  •  Malformaciones vasculares esofágicas

Estómago

  • Úlcera gástrica
  • Gastritis: puede estar relacionada con el consumo agudo o crónico de alcohol, o el uso de antiinflamatorios.
  • Cáncer gástrico

Duodeno

  • Úlcera duodenal: es la causa más frecuente de hemorragia digestiva alta.

Los mecanismos iniciales por los que se produce la hemorragia digestiva dependerán de la causa responsable.

Una vez iniciado el sangrado, éste puede mantenerse durante más o menos tiempo, ceder o no de forma espontánea y ser más o menos cuantioso, determinando así la gravedad del cuadro.

En los pacientes con cirrosis hepática, la hemorragia digestiva alta constituye una complicación grave que puede favorecer, además, la aparición de una encefalopatía hepática.

Síntomas de la hemorragia digestiva alta

Los síntomas de la hemorragia digestiva alta vienen condicionados por múltiples factores, entre ellos, la cuantía del sangrado:

  1. Si el sangrado es muy importante y agudo, dará lugar a un cuadro de instauración rápida, con debilidad, mareo o síncope, palidez y sudoración profusa, pudiendo llegar incluso a comprometer la vida del paciente.
  2. En sangrados leves, agudos o crónicos, la clínica será mucho más larvada. Así, el sangrado crónico puede ser asintomático durante un tiempo más o menos largo y dar lugar, finalmente, a síntomas derivados de la anemia producida.

Al margen de estos síntomas, la hemorragia digestiva alta se manifestará, en la gran mayoría de las ocasiones, a través de dos signos cardinales:

  • la hematemesis, o vómito de sangre que varía en función de las características del sangrado:
    - Reciente o activo: la sangre emitida será roja brillante
    - Antiguo: presentará un color marronáceo (vómitos "en posos de café"), debido al contacto prolongado con el ácido clorhídrico del estómago.
  • las melenas, término referido a la aparición de heces de color negro, pegajosas y malolientes. Son debidas a la coloración que adquieren las heces al ser teńidas por la sangre. La aparición de melenas siempre indicará la existencia de un sangrado digestivo alto, aunque conviene tener en cuenta que existen determinados fármacos que pueden teńir de negro las heces, entre ellos el hierro.

Todos estos síntomas son secundarios a la pérdida de sangre, pero, además, aparecerán otros derivados de la patología subyacente responsable del sangrado, si existe una úlcera, por ejemplo, el paciente puede tener dolor abdominal "en la boca del estómago", pirosis o digestiones pesadas (dispepsia).

¿Cómo se diagnostica?

La clínica, en general, es la que nos dará el diagnóstico de hemorragia digestiva alta, al objetivar nosotros el sangrado.

Sin embargo, en muchas ocasiones, ésto no ocurre y, entonces, será necesario realizar algunas pruebas que nos ayuden al diagnóstico. Podríamos realizar:

  • un lavado gástrico, en el que veremos sangre roja o "en posos de café", según las características del sangrado.
  • además tendremos que realizar una analítica de sangre con el fin de determinar el impacto que ha tenido el sangrado sobre el organismo. En los casos de sangrado muy agudo, podemos obtener una analítica normal al principio, pero, con el paso de las horas, terminará evidenciándose una anemia más o menos severa. Por ello, siempre es necesario reservar sangre, dado que , quizás más adelante, debamos realizar una transfusión.

Endoscopia para diagnostica una hemorragia digestiva

Respecto al diagnóstico de la causa de la hemorragia, es obligada la realización de una esófagogastroduodenoscopia o endoscopia digestiva, en las primeras 6 horas tras la hospitalización, siempre que las condiciones del paciente lo permitan. Esta prueba, permite el diagnóstico de la causa por visualización directa, así como la toma de biopsias si fuera necesario.

Tratamiento de la hemorragia digestiva alta

El tratamiento de la hemorragia como tal es hospitalario.

Incluye las medidas de soporte que la situación del enfermo requiera (reposición intravenosa del volumen sanguíneo, ingreso o no en UCI, etc.) y la realización de endoscopia digestiva, ya que ésta permite detener la hemorragia en la inmensa mayoría de las ocasiones a través de la inyección local de determinadas sustancias químicas. Si de esta forma no es posible detener el sangrado, será necesario el tratamiento quirúrgico.

El tratamiento de las causas del sangrado será el específico de cada una de ellas.

En la úlcera péptica, gástrica o duodenal, será necesario el tratamiento con fármacos que protegen la mucosa digestiva de la acción del ácido clorhídrico del estómago, y disminuyen la secreción del mismo (omeprazol, pantoprazol, ranitidina).

¿Cómo puedo evitarla?

Existen determinadas sustancias que pueden favorecer la aparición de una úlcera o una gastritis que puedan, a su vez, desembocar en una hemorragia digestiva alta. Entre ellas destacan el alcohol en exceso y el uso prolongado de antiinflamatorios.

Por ello, es muy importante que usted no tome ningún fármaco que no le haya prescrito previamente el médico.

Él será el que le indique qué fármaco es el más adecuado para usted y decidirá si es necesaria la administración de fármacos protectores del estómago para evitar que sufra usted un episodio de sangrado digestivo.

Si usted padece una enfermedad crónica que pueda favorecer una hemorragia digestiva alta, debe seguir rigurosamente las instrucciones de su médico y cumplir el tratamiento establecido para evitar la aparición de complicaciones.

En todos los casos debe abstenerse de beber alcohol y fumar.

Siempre que presente usted hematemesis o melenas debe acudir a una urgencia hospitalaria para que se valore su estado y se pongan las medidas diagnósticas y terapéuticas necesarias.

Asimismo, debe acudir a su médico siempre que presente síntomas como ardor de estómago, pirosis, etc. o un dolor abdominal persistente.

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