Espina bífida

espina bifida

La espina bífida es una enfermedad incurable que se desarrolla en el vientre materno a causa de un defecto del tubo neural. Si deseas saber más acerca de esta enfermedad, a continuación encontrarás toda la información relacionada al tema. Conoce exactamente en qué consiste la espina bífida, sus tipos, síntomas, posibles causas, diagnóstico, tratamiento y demás.

Índice
  1. ¿Qué es la espina bífida?
  2. Tipos de espina bífida
  3. Espina bífida oculta
    1. Espina bífida Meningocele
    2. Espina bífida Mielomeningocele
    3. Defectos del tubo neural cerrado
  4. Síntomas de la espina bífida y diagnóstico
  5. Causas de la espina bífida
    1. Problemas relacionados con la genética
    2. Carencia de vitamina B9 en el embarazo (ácido fólico)
    3. Una mala alimentación
    4. Madres con edades prematuras
  6. ¿Cómo diagnosticar la espina bífida?
    1. Sonografía durante el embarazo
    2. A través de un examen de sangre
    3. Amniocentesis
  7. ¿En qué casos es peor sufrir de espina bífida?
    1. Espina bífida en adultos
    2. Espina bífida en bebés
  8. Tratamiento
  9. Prevención

¿Qué es la espina bífida?

Esta es una malformación del cerebro, columna vertebral o médula espinal que ocurre cuando la columna vertebral del feto no consigue cerrarse por completo en el primer mes de gestación. La espina bífida es una enfermedad congénita, que está clasificada como defecto del tubo neural.

Esta puede producirse cuando, durante el embarazo, el tubo neural no logra cerrarse completamente en el día 28 tras la concepción. Irremediablemente, la columna vertebral o la médula espinal se ven afectadas, sufriendo malformaciones y otras complicaciones.

Tal y como mencionamos al inicio, se trata de un defecto que no tiene cura. No obstante, es necesaria la supervisión constante de un médico, en especial, si el caso es grave o de alto riesgo. Al ser una enfermedad sin cura, la supervisión debe realizarse de por vida.

Supervisión en la espina bifida

Tipos de espina bífida

La espina bífida se puede englobar en diferentes tipos, que pueden clasificarse de acuerdo a su posición, gravedad y los riesgos que presenta.

  • Espina bífida oculta (es el de menor gravedad).
  • Menigocele (gravedad intermedia).
  • Mielomeningocele (la más grave).

El otro tipo de espina bífida son los defectos del tubo neural cerrado, que en algunos casos puede presentar diversos síntomas y complicaciones más graves. Cabe señalar, que las cuatro formas de espina bífida tienen síntomas diferentes. A continuación explicaremos con más detalle cada tipo.

Espina bífida oculta

Tipos de espina bífida

Como señalamos anteriormente, esta es la forma más leve de espina bífida. Tal y como su nombre lo indica, se caracteriza por estar oculta, razón por la que muchas de las personas que tienen este defecto ni siquiera lo saben.

A pesar de que es difícil detectar la espina bífida oculta a simple vista, existen algunos rasgos que pueden dar indicios sobre su presencia. Estos por lo general pueden ser desde marcas, hasta otro tipo de indicadores estéticos. Sin embargo, en muchos casos no se presenta ningún tipo de síntoma externo que indique la presencia de esta patología.

Esto se debe a que normalmente este tipo de espina bífida no presenta síntomas y es la más habitual. Por lo general, se detecta por una radiografía realizada con otros propósitos, y mayoritariamente, se diagnostica en la edad adulta.

Espina bífida Meningocele

Quienes padecen este tipo de espina bífida se les nota considerablemente. Esto se debe a que la presencia de Espina bífida meningocele es capaz de manifestarse a través de un abultamiento en la espalda, que se caracteriza por estar compuesto de líquido únicamente, además de no tener ningún tipo de nervio en su interior.

Espina bífida Mielomeningocele

La espina bífida mielomeningocele es el estado más grave de esta patología. En estos casos, no solo se puede visualizar en al exterior de la espalda un abultamiento con líquido en su interior. Además, dicho abultamiento está conectado con la medula espinal y el sistema nervioso, perjudicando considerablemente a la persona afectada.

Lo anterior trae como consecuencia distintas afecciones graves para la salud, tales como pueden ser:

  • Problemas relacionados con el funcionamiento de los intestinos.
  • Problemas relacionados con el funcionamiento de la vejiga.
  • Falta de sensibilidad en la zona en donde se encuentra el abultamiento.

En el caso de los recién nacidos el cuadro clínico puede ser aún peor. De hecho, los neonatos están expuestos a sufrir una enfermedad bastante grave conocida como ‘hidrocefalia’, que provoca que los huesos del cráneo crezcan de manera desproporcional, Esto se debe a la acumulación del líquido en las áreas adyacentes a la cabeza.

Defectos del tubo neural cerrado

Los defectos del tubo neural cerrado suelen aparecer de manera prematura durante el embarazo. En muchos casos actúan aún cuando las mujeres desconocen que están embarazadas. Esto ocurre porque dicho tubo neural puede llegar a cerrarse aproximadamente unos 30 días después del periodo en que se ha concebido la nueva vida.

Existen distintos factores que pueden ocasionar problemas en el tubo neural. Sin embargo, estos problemas suelen asociarse principalmente a las siguientes causas:

  • Factores relacionados a distintos tipos de problemas genéticos.
  • Carencia de nutrientes en la dieta que aporten las vitaminas necesarias para un correcto desarrollo del embarazo.
  • Consumo de drogas y bebidas alcohólicas.
  • Efectos adversos de medicamentos que se estén tomando.
  • Exponerse a sustancias nocivas para la salud, o contraer algún tipo de infección.

Es importante destacar que la carencia del ácido fólico durante el embarazo puede aumentar la posibilidad de sufrir defectos del tubo neural. Por tanto, se trata de una de las vitaminas más importantes para ingerir durante el periodo de embarazo. Se recomienda consumirla de manera regular durante los primeros meses de gestación.

Síntomas de la espina bífida y diagnóstico

Existen diversas ‘señales’ o síntomas que pueden alertar sobre la presencia de espina bífida en sus distintos tipos. Entre algunos de estos síntomas más comunes podemos destacar los siguientes:

  • Tanto marcas, así como hendiduras o la presencia de algún elemento externo que resulte extraña en la espalda de los recién nacidos.
  • Parálisis en distintas partes del cuerpo. Sin embargo, es más frecuente al nivel de las piernas.
  • Problemas a nivel óseo.
  • Problemas a nivel cardíaco.
  • En casos graves suele producirse hidrocefalia

Causas de la espina bífida

En la actualidad, las causas específicas de espina bífida siguen siendo un total misterio. Sin embargo, en teoría, la espina bífida se origina cuando el tubo neural no logra cerrarse de manera adecuada, lo que trae como consecuencia diferentes complicaciones en la salud. Entre ellas se encuentran principalmente las malformaciones.

Asimismo, existen algunos factores de riesgo que pueden aumentar las probabilidades de padecer esta patología. Son los siguientes.

Problemas de genética y espina bífida

Problemas relacionados con la genética

Sucede cuando existen complicaciones o dificultades a nivel genético, producidas por predisposiciones de este tipo.

Carencia de vitamina B9 en el embarazo (ácido fólico)

Como ya hemos explicado, durante el embarazo es fundamental ingerir las distintas vitaminas prenatales. El ácido fólico, juega un papel trascendental para el correcto desarrollo del embarazo. Es por ello que debe ingerirse de manera frecuente durante los primeros meses de gestación.

Una mala alimentación

Es de gran importancia alimentarse bien, antes, durante y después del periodo de embarazo. Una alimentación equilibrada podrá asegurar al bebé que viene de camino todos los nutrientes que necesita para desarrollarse de manera sana y sin complicaciones.

Madres con edades prematuras

Se cree que el factor de riesgo de sufrir espina bífida puede aumentar en los casos en donde las madres son muy jóvenes. Además, haber sufrido abortos espontáneos también puede aumentar el factor de riesgo. Sobre todo si a estos riesgos sumamos el hecho de que se trate de un primer parto.

¿Cómo diagnosticar la espina bífida?

Actualmente, existen distintos métodos para poder detectar la presencia de espina bífida en etapas tempranas. A continuación, te hablaremos de algunos de ellos.

Sonografía durante el embarazo

También conocido como ‘ultrasonido prenatal’, consiste en observar y analizar a través de un ultrasonido el funcionamiento de los órganos del bebé. De esta manera, pueden detectarse distintos tipos de DTNA, tal como puede ser la presencia de espina bífida, o en su defecto, la anencefalia. De esta manera, puede procederse a un tratamiento temprano.

A través de un examen de sangre

Otra práctica común para poder diagnosticar la espina bífida, consiste en que las mujeres embarazadas se realicen exámenes de sangre. Es recomendable que estos exámenes se lleven a cabo durante la semana de embarazo número 18 aproximadamente.

A pesar de que este examen de sangre no puede detectar con total precisión si el bebé que viene de camino padece de espina bífida, si puede ser una buena referencia para conocer si los riesgos de padecer esta patología son altos. En caso de que dichos riesgos sean elevados, se pueden proceder a realizar otros estudios para detectar la enfermedad específica.

Amniocentesis

Por último, este proceso consiste en analizar el líquido amniótico del que se encuentra rodeado el bebé. Para este procedimiento se emplea una aguja sumamente delgada, que se introduce a través del abdomen de la mujer embarazada.

En caso de que en las muestras del líquido amniótico exista la presencia de AFP (alfafetoproteína), pueden saltar algunas alarmas. El AFP suele estar presente en el líquido amniótico cuando se presentan problemas relacionados con los tubos neurales. Sin embargo, es necesario llevar a cabo otro tipo de estudios para conocer el problema específico.

¿En qué casos es peor sufrir de espina bífida?

La espina bífida puede es una enfermedad congénita, que puede manifestarse o no durante el nacimiento dependiendo de su nivel de gravedad. En muchos casos, se manifiesta en los recién nacidos, lo que consigo diversas afecciones. En otros casos, puede aparecer en la edad adulta.

Espina bífida en adultos

Por lo general, los adultos suelen padecer espina bífida oculta, o en algunos casos meningocele. Es por ello que muchas veces es complicado percatarse de la presencia de la enfermedad hasta realizarse algún chequeo médico que involucre una radiografía.

Como comentamos un poco más arriba, este tipo de espina bífida es el más leve que existe. En algunos casos, como efecto secundario de esta patología pueden observarse problemas relacionados con trastornos del sueño, como por ejemplo la apnea del sueño.

Espina bífida en bebés

Espina bífida en bebés

En el caso de los bebés, el cuadro clínico de espina bífida puede ser bastante drástico. Aunque como en el caso de los adultos, todo dependerá del tipo de esta patología que se presente. Sin embargo, en los casos más graves caracterizados por la aparición de espina bífida Mielomeningocele pueden aparecer graves enfermedades.

Entre algunas, se encuentran problemas relacionados con la vejiga o con los intestinos. Esto, sin dejar a un lado la alta posibilidad de sufrir las terribles consecuencias presentadas por un cuadro de hidrocefalia.

Tratamiento

En muchos casos, el tratamiento de los casos con espina bífida se lleva a cabo a través de una cirugía. Asimismo, también pueden emplearse prótesis, medicamentos y otro tipo de métodos indicados por un profesional de la salud.

Debe tenerse en cuenta que esta patología no se puede curar en la actualidad. No obstante, un tratamiento oportuno puede ser de gran utilidad para sobrellevarla de una manera mucho mejor. En caso de padecer esta patología en cualquiera de sus niveles, es recomendable acudir con un profesional de la salud e iniciar el tratamiento oportuno.

Prevención

Se ha conocido que existe un método experimental a través del cual puede realizarse una cirugía durante el embarazo. Se cree que esto puede servir para evitar el desarrollo de esta enfermedad durante el nacimiento. Asimismo, existen otros tipos de consejos con el objetivo de evitar su aparición, tales como:

  • Consumir ácido fólico durante el embarazo.
  • Llevar una dieta equilibrada en donde se ingieran vitaminas, minerales y los nutrientes necesarios para el buen desarrollo del bebé.
  • Evitar el consumo de alcohol y drogas en general. Especialmente durante el periodo de embarazo.
  • En caso de ingerir algún medicamento, acudir con un profesional de la salud para saber si éste puede afectar el embarazo.
  • Realizarse los chequeos y exámenes necesarios, con el fin de descartar su presencia.

A pesar de que esta enfermedad puede producirse en algunos casos debido a problemas genéticos, existen diversos factores de riesgo que aumentan la probabilidad de su aparición. Siguiendo los consejos mencionados anteriormente y llevando una vida sana, los riesgos de que el bebé en camino nazca con esta enfermedad se pueden reducir considerablemente.

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