Bursitis

bursitis

La bursitis es una enfermedad caracterizada por la inflamación de la bursa. La bursa es una pequeña bolsa de líquido cuya función principal es la de proteger y amortiguar los huesos, músculos y tendones. Las causas de esta afección son muy amplias y variadas, como por ejemplo los movimientos repetitivos o una lesión. Por lo general se presenta en las rodillas y hombros, aunque puede afectar a otras muchas zonas del cuerpo.

Índice
  1. ¿Qué es?
    1. Tipos
  2. Articulaciones afectadas por la bursitis
  3. Causas de la bursitis
    1. Actividad
    2. Lesiones o traumatismos
    3. Artritis reumatoide
    4. Gota
  4. Síntomas de la bursitis
  5. Diagnóstico
  6. Tratamiento de la bursitis
  7. Factores de riesgo
  8. ¿Cómo prevenir la bursitis?
  9. Conclusión

¿Qué es?

La bursitis es una enfermedad que, aunque en la gran mayoría de los casos no reviste gravedad, resulta muy dolorosa. Se da cuando las pequeñas bolsas rellenas de líquido, conocidas como bolsas sinoviales, se inflaman; el papel de estas bolsas es el de proporcionar amortiguación a los huesos, tendones y músculos que se encuentran alrededor de las articulaciones.

Las zonas del cuerpo en las que se da la bursitis con mayor frecuencia son el hombre, el codo y la cadera. Por lo general, el tratamiento es muy sencillo; basta con descansar la articulación afectada y la toma de determinados medicamentos suministrados por el médico.

Qué es la bursitis

Tipos

Se diferencian dos tipos de bursitis.

  • Aguda: se conoce como tal a aquella afección cuyos síntomas se dan en un periodo de tiempo corto y, además, estos son de carácter leve; enrojecimiento y calor en la zona. Por lo general, la causa se encuentra en un traumatismo directo o en la repetición de movimientos que hayan causado rozamiento en la bursa.
  • Crónica: es el tipo de bursitis más grave. Surge como resultado de haber sufrido diversas bursitis agudas en una misma articulación; también puede darse cuando el proceso de curación no se da de forma adecuada. En este caso, los síntomas se prolongan durante varias semanas.

Articulaciones afectadas por la bursitis

La inflamación de la bursa suele darse con mayor frecuencia en las siguientes articulaciones del cuerpo.

  • Tendón de aquiles anterior: se conoce también como enfermedad de Albert. La inflamación se localiza en la bursa que está situada en la parte posterior del tobillo. En algunos casos puede dificultar de forma notable la tarea de caminar.
  • Tendón de aquiles posterior: la inflamación se da en la bursa que está situada en la parte posterior del tendón de aquiles. Ocurre sobre todo en mujeres jóvenes a causa de la presión del tejido blando del talón contra la parte posterior del calzado.
  • Rodilla: la rodilla es una de las articulaciones más afectadas por la bursitis. En este caso la inflamación se da en la bursa que está ubicada entre la espinilla y los tres tendones de los músculos ubicados en la zona interior de la rodilla. En cuanto a las causas, las más frecuentes son: sobrepeso y artritis.
  • Cadera: más frecuente en personas mayores, la causa suele estar en una lesión en la zona, o en una enfermedad que afecte a la misma, como la artritis.
  • Codo: este tipo de bursitis se localiza en la bursa que está localizada entre la piel y los huesos del codo. En un gran número de casos se debe a un traumatismo directo o a una serie de movimientos repetitivos, como es el caso de los tenistas o los golfistas.

Causas de la bursitis

Causas de la bursitis

La hinchazón e inflamación de las pequeñas bolsas de líquido en articulaciones puede deberse a una gran selección de causas. A continuación señalamos cuáles son las más habituales.

Actividad

Un alto porcentaje de pacientes que presentan bursitis, la causa se encuentra en la realización de actividades que requieren de movimientos repetitivos que acaban sobrecargando una determinada articulación. Un buen ejemplo es la bursitis de rodilla a causa de pasar mucho tiempo arrodillado para realizar tareas domésticas como fregar el suelo. Del mismo modo, resulta una afección relativamente frecuente en jugadores de beísbol; la bolsa de líquido puede inflamarse en el hombro al lanzar la pelota repetidas veces.

Lesiones o traumatismos

Otra de las causas probables de la bursitis es haber sufrido una determinada lesión o traumatismo en la zona afectada. En este caso, la inflamación de la bolsa sinovial sucede habitualmente en la cadera o en el hombro.

Artritis reumatoide

La artritis reumatoide es u tipo de artritis inflamatoria que causa un gran dolor, inflamación y rigidez en las articulaciones afectadas. Aunque puede darse en cualquier zona del cuerpo, es más habitual en las muñecas y en los dedos. Se trata de una enfermedad autoinmune, de modo que es el propio sistema inmunitario el que ataca a sus propios tejidos.

A pesar de que se han realizado numerosos estudios en este ámbito, no se conocen a ciencia cierta cuáles son las causas de la artritis reumatoide. Determinados factores como las hormonas, la edad y los genes pueden suponer un riesgo.

Gota

La gota es un tipo de artritis que causa un gran dolor a quien la padece. Sus síntomas más frecuentes son hinchazón, enrojecimiento, calor y rigidez en las articulaciones. La causa de esta afección es la acumulación de ácido úrico en la sangre. Por lo general el ácido úrico se disuelve en la sangre y se expulsa a través de la orina; no obstante, en ocasiones se acumula en cristales con forma de aguja. Así, cuando se forma en las articulaciones, resulta muy doloroso.

En la gran mayoría de casos, afecta en primer lugar al dedo gordo del pie. A continuación puede darse en otras zonas del cuerpo como los tobillos, las rodillas, los codos, y las muñecas.

Síntomas de la bursitis

La bursitis es una enfermedad que da lugar a una serie de síntomas e indicios muy característicos, por lo que resulta relativamente sencilla de diagnosticar. Es importante que ante la más mínima sospecha de bursitis en una determinada zona del cuerpo se acuda al médico ya que el tratamiento resulta más sencillo y presenta un mejor pronóstico si se establece en las fases iniciales de la afección.

Los síntomas que se dan en la gran mayoría de pacientes con bursitis son los siguientes: dolor que aumenta de intensidad cuando se mueve o presiona la articulación afectada, hinchazón y enrojecimiento en la zona, y rigidez.

Si no se establece el tratamiento adecuado, a medida que la enfermedad avanza pueden presentarse otros síntomas de mayor gravedad, que requieren de asistencia médica urgente: dolor intenso en la articulación que se siente como una punzada, incapacidad para mover la zona afectada, excesiva hinchazón, erupción cutánea y fiebre.

Tal y como hemos señalado, la bursitis afecta principalmente a cuatro articulaciones del cuerpo humano: hombro, codo, cadera y rodilla. Así, en función de la zona en la que se inflame la bursa, así como de la edad del paciente y de su estado de salud, los síntomas pueden ser más o menos intensos.

Diagnóstico

Tal y como hemos señalado, ante la más mínima sospecha de bursitis, es importante acudir al médico para que realice un diagnóstico y, en función del mismo, el tratamiento más adecuado.

En primer lugar el médico realiza una historia clínica del paciente, en función de los síntomas que presenta, así como de su estado de salud; determinadas enfermedades como la diabetes aumentan de forma notable el riesgo de padecer esta afección.

A continuación, si lo considera necesario, puede solicitar la realización de pruebas de diagnóstico por imágenes. Una de las pruebas recurrentes es la imagen de rayos X; no puede establecer de manera segura el diagnóstico de una bursitis, pero resulta de gran ayuda a la hora de descartar otras patologías. También se puede solicitar una ecografía, la cual sí permite detectar esta patología.

En ocasiones el médico solicita un análisis de sangre o un alálisis del líquido de la bolsa sinovial inflamada para determinar cuál es la causa directa de la inflamación.

Tratamiento de la bursitis

Tratamiento de la bursitis

En un alto porcentaje de casos, la burstitis mejora por sí sola. Basta con seguir una serie de precauciones básicas tales como descansar, aplicar hielo en la zona para ayudar en la desinflamación, o tomar analgésicos pueden aliviar los síntomas y el dolor en gran medida.

Si la inflamación de la bolsa sinovial está causada por una infección, el médico receta un antibiótico al paciente para tratarla. En los casos más graves, en los que el dolor sea muy agudo e intenso, una inyección de corticoesteroides puede ser de gran ayuda. Se trata de un tratamiento que actúe de manera muy rápida.

Aunque no es lo más habitual, algunos pacientes requieren de la extirpación de la bolsa afectada mediante cirugía.

Factores de riesgo

En líneas generales, cualquier persona puede padecer bursitis. No obstante, existen una serie de factores que aumentan de forma notable el riesgo de sufrir esta enfermedad.

  • Edad: la bursitis se da especialmente en personas mayores de 50 años, por lo que la edad supone un factor de riesgo.
  • Profesiones: tal y como hemos señalado, una de las principales causas de la bursitis es la realización de movimientos repetitivos, lo cual es propio de determinadas profesiones; perfiles como músicos, jardineros, pintores, instaladores de alfombras...
  • Afecciones: también sufrir determinadas enfermedades supone un factor de riesgo de la bursitis, como la diabetes o el hipertiroidismo.

¿Cómo prevenir la bursitis?

Lo cierto es que no existe ningún método 100% infalible para prevenir esta enfermedad. No obstante, hay una serie de precauciones básicas que permiten reducir el riesgo de sufrirla, así como minimizar la gravedad de los síntomas.

  • Rodilleras: las rodilleras son de gran ayuda para reducir la presión en las rodillas si por motivos profesionales se debe estar en esta posición durante un largo periodo de tiempo.
  • Postura: la postura corporal es fundamental para evitar la bursitis en la medida de lo posible, sobre todo a la hora de levantar peso. Así, cuando se levanta cualquier tipo de carga, lo correcto es doblar las rodillas.
  • Descansos: a la hora de realizar cualquier tipo de tarea que requiera de movimientos repetitivos, es aconsejable realizar descansos periódicos.
  • Peso: por supuesto, es esencial mantener un peso saludable ya que es precisamente el sobrepeso una de las causas de sobreesfuerzo en determinadas articulaciones como las rodillas.
  • Ejercicio: y, por último, el ejercicio físico es clave para gozar de un buen estado de salud. Realizar deporte con frecuencia ayuda a fortalecer los músculos y, así, proteger las articulaciones afectadas.

Conclusión

La bursitis es una afección que en la gran mayoría de casos no reviste gravedad y con el tratamiento adecuado sana de manera rápida, y sin dejar ningún tipo de secuela. No obstante, ante los síntomas que hemos señalado en apartados anteriores resulta importante acudir al médico para evitar que la inflamación de la bolsa sinovial vaya a más; de lo contrario, puede afectar a los huesos, músculos y articulaciones que la rodean.

Ante un caso de bursitis, existen una serie de remedios caseros que resultan muy efectivos para calmar en gran medida el dolor: reposo, coloar hielo en la zona, tomar baños de agua caliente, y colocar una almohada pequeña entre las piernas para proteger las rodillas a la hora de dormir.

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