Comer sano en el trabajo es posible

Comer sano en el trabajo es posible

Somos lo que comemos. Esta sencilla frase expresa, en pocas palabras, un axioma en el mundo de la nutrición.

En la actualidad, parece que estemos viviendo una epidemia de obesidad, diabetes y otras dolencias que podrían ser fácilmente evitadas con el simple hecho de llevar una alimentación equilibrada y saludable.

Las exigencias de la sociedad actual parecen estar en contra de poder llevar un estilo de vida sano. Las prisas y la falta de tiempo se presentan, así, como enemigos indiscutibles de una alimentación saludable.

Índice
  1. ¿Nos alimentamos correctamente?
    1. Problemas de salud derivados de una mala alimentación
  2. ¿Es posible comer sano y bien en el trabajo?
    1. Organizar menús saludables para llevar a la oficina
    2. Consejos para preparar tuppers saludables

¿Nos alimentamos correctamente?

Comer sano cuando pasamos tres cuartas partes del día fuera de casa puede convertirse en una verdadera odisea. El reto que supone alimentarse correctamente cuando se come fuera de casa es complicado, pero no imposible.

La vida moderna no facilita comer sano en el trabajo. La sociedad pone a nuestro alcance una gran variedad de productos fáciles de comer, con alto grado de palatabilidad y que no requieren ningún esfuerzo preparatorio. Hablamos de comida rápida, precocinada y pseudoalimentos que se pueden encontrar en establecimientos habituales.

Con este panorama, poder llevar una alimentación saludable no parece nada fácil. Pero, como una buena nutrición es esencial para poder llevar una vida sana, a lo largo de este artículo ofreceremos consejos de cómo conseguirlo.

Los alimentos precocinados y la comida rápida comparten algunas propiedades poco deseables como el exceso de sal, un alto contenido en grasas (la mayoría de las veces hidrogenadas) y azúcar; por no hablar de los aditivos, entre los que se suele abusar de los potenciadores del sabor para hacer más agradable al gusto el plato.

Problemas de salud derivados de una mala alimentación

El camino fácil a la hora de alimentarse puede causar daños serios e irreversibles para la salud. Los malos hábitos son los causantes de:

  • Obesidad: los alimentos precocinados y la comida rápida suelen ser muy altos en grasas.
  • Diabetes: la obesidad resultante de una mala alimentación suele ser la causante de que se desencadene la diabetes. El alto contenido en azúcares de los alimentos preparados también influye definitivamente en el desarrollo de esta enfermedad.
  • Enfermedades coronarias: el abuso de grasas saturadas en las comidas precocinadas contribuye a obstruir los vasos sanguíneos, pudiendo causar serias dolencias en el corazón.
  • Osteoporosis: las grasas y algunos aditivos parecen ser los causantes de que la persona incremente el riesgo de padecer osteoporosis.
  • Anemia: una alimentación incorrecta, de alimentos pobres en hierro puede causar este problema.
  • Cáncer: el abuso de las grasas, de los procesados y de ciertos aditivos puede hacer que se acabe padeciendo esta terrible enfermedad.

¿Es posible comer sano y bien en el trabajo?

La respuesta es sí. Comer sano en el trabajo es posible, pero hay que basarse en una premisa fundamental: la planificación.

Para gozar de una nutrición óptima, es imprescindible despedirse de las comidas precocinadas, los menús de bar y de comer de bocadillos.

Llevar platos equilibrados en el tupper del día a día es la mejor opción para conseguirlo.

Organizar menús saludables para llevar a la oficina

En primer lugar, es necesario sentarse a organizar los menús de manera semanal para conseguir una armonía en los platos.

Es recomendable pensar recetas variadas para evitar caer en la monotonía y sucumbir a la tentación de los precocinados; y también deben ser fáciles de preparar, ya que complicarse demasiado la vida en la cocina cuando no se tiene tiempo, puede hacer que se acabe abandonando la dieta.

Consejos para preparar tuppers saludables

Consejos para preparar tuppers saludables

  • Es importante dejar todo listo la noche anterior. Las prisas de la mañana pueden hacer que se deje para el final la preparación de la comida y que, en muchas ocasiones, no se prepare.
  • Tratar de llevar siempre dos tuppers, con un primer y un segundo plato para que la comida sea más variada y agradable.
  • Al preparar la cena, una buena idea es hacer más cantidad de la necesaria con la intención de llevarse el sobrante para comer al día siguiente. Esta práctica es muy útil cuando se tiene poco tiempo, pero no debe hacerse siempre, ya que se corre el riesgo de caer en la monotonía y de no equilibrar correctamente los menús.
  • Llevar un tupper con ensalada además del plato principal. Las hortalizas de hojas verdes tienen muy pocas calorías, son ricas en fibra satisfacen y se presentan como el acompañamiento ideal.
  • Darle alegría a los platos incluyendo verduras de colores vistosos como tomate, zanahoria, maíz, etc.
  • Evitar los alimentos a la plancha, ya que al calentarlos al microondas se resecan excesivamente y no resultan demasiado apetitosos.
  • La mejor forma de llevar las carnes es estofadas o al horno, ya que de esta manera conservan su textura después de calentarlas y no se utiliza exceso de aceite al prepararlas.
  • Al elegir las proteínas, es mejor decantarse por las de animales de carne blanca, como el pollo, el pavo o el pescado.
  • Las ensaladas pueden convertirse en un gran aliado. No es necesario que una ensalada sea solo de tomate y lechuga, existen infinidad de combinaciones deliciosas y equilibradas como una ensalada de pollo con aguacate y espinacas, una ensalada de pasta con verduritas o una ensalada de arroz con gambas, maíz y tomatitos.
  • Si hace frío, una buena opción es decidirse por una crema de verduras. Los purés tienen muchas variedades, por lo que pueden hacerse cinco diferentes para toda la semana e incluirlos como primer plato. Algunos ejemplos podrían ser la crema de puerros y patata, puré de calabaza, crema de calabacín, puré de guisantes, crema de zanahoria y patata, etc.
  • Llevar postre, preferiblemente fruta ayuda a dar por finalizada la comida y calma la necesidad de dulce.
  • Darse un capricho es bueno. Cambiar la fruta por un postre lácteo dos veces a la semana, premiará el esfuerzo realizado y evitará caer en tentaciones insanas.

Comer de manera equilibrada en la oficina no solo es posible sino que tiene infinidad de beneficios, tanto en el ámbito de la salud como en el económico.

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