Enfermedad de Lyme

Enfermedad de Lyme

La enfermedad de Lyme es una patología producida por espiroquetas, y transmitida por garrapatas, que suele comenzar por una característica lesión cutánea en forma de anillo (eritema crónico migratorio). Esta fase puede ir seguida de meningitis, neuritis, carditis o por artritis en fases más posteriores.

Índice
  1. Causas de la enfermedad de Lyme
    1. Mecanismo de producción
  2. Síntomas de la enfermedad de Lyme
    1. Fase 1
    2. Fase 2
    3. Fase 3
  3. ¿Cómo se diagnostica?
    1. Diagnóstico directo
    2. Diagnóstico indirecto
  4. Tratamiento
  5. ¿Cómo puedo evitarla?

Causas de la enfermedad de Lyme

El microorganismo que la produce se denomina Borrelia burgdorferi. Este es una espiroqueta, y como tal presenta forma helicoidal y flagelos, que le permiten tres tipos de movimientos.

La Borrelia Burgdorferi se transmite al hombre por la picadura de una diminuta garrapata. Estas garrapatas parasitan diversos mamíferos y pájaros. Se distribuye ampliamente por zonas húmedas desde el norte de Europa hasta España.

Mecanismo de producción

Después de ser inyectada mediante la picadura de la garrapata, la Borrelia puede emigrar hacia el exterior de la piel produciendo eritema crónico migratorio, o pasar a otros órganos a través de la sangre. Se han encontrado espiroquetas en la sangre, piel, líquido cefalorraquídeo y líquido articular.

Síntomas de la enfermedad de Lyme

La enfermedad de Lyme presenta varias fases, con remisiones y exacerbaciones. La "fase 1" dura, generalmente, varias semanas; la "fase 2" aparece en los meses siguientes y la "fase 3" transcurre entre meses y años después del comienzo de la infección.

Fase 1

Después de una incubación de 3 a 32 días, aparece el eritema crónico migratorio en el sitio de la picadura de la garrapata. Suele comenzar como una lesión roja que se expande hasta formar una lesión anular, generalmente con un borde de color rojo vivo que se atenúa en el centro. Las localizaciones más frecuentes son los muslos, ingles y axilas. La lesión está caliente pero suele ser indolora. A veces, se acompaña de síntomas generales ligeros; otras se disemina por sangre a muchos sitios produciendo lesiones anulares en otras regiones de la piel.

Fase 2

Se caracteriza porque pueden aparecer alteraciones neurológicas, cardiacas y musculoesqueléticas.

  • Déficits neurológicos: lo más frecuente es la aparición de meningitis, pero también puede aparecer encefalitis. El cuadro habitual consiste en síntomas fluctuantes de meningitis acompañados de parálisis facial.
  • Afectación cardiaca: consiste en la aparición de arritmias con alteraciones en el electrocardiograma, e incluso alteraciones en la función del ventrículo izquierdo. La afectación cardiaca suele durar poco, pero tiende a recidivar.
  • Alteraciones musculoesquléticas: lo típico es el carácter migratorio del dolor en las articulaciones, tendones, músculos o huesos, generalmente sin hinchazón articular.

Fase 3

Desde una semana a dos años después del comienzo de la infección, un 80% aproximadamente de los enfermos que no han recibido ningún antibiótico presentan síntomas articulares que oscilan desde dolor articular subjetivo hasta crisis intermitentes de artritis, incluso con destrucción del cartílago articular. El cuadro típico son los ataques intermitentes de artritis de grandes articulaciones, especialmente en rodillas.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico es evidente cuando el paciente recuerda la picadura de la garrapata, presenta una lesión cutánea anular y desarrolla manifestaciones neurológicas, cardiacas o articulares no atribuibles a otra etiología.

Sin embargo, sólo un bajo porcentaje de los enfermos recuerda la picadura de la garrapata. El eritema crónico migratorio puede manifestarse de forma atípica o haber desaparecido cuando el paciente busca asistencia médica y los restantes síntomas y signos son inespecíficos.

Diagnóstico directo

Se realiza mediante cultivo directo de la espiroqueta en medios especiales. La espiroqueta se puede observar en localizaciones tan diversas como piel, líquido sinovial, bazo, riñón o médula ósea.

Diagnóstico indirecto

Se realiza mediante la detección de anticuerpos contra la B. Burgdorferi en el suero del paciente.

Tratamiento

Las penicilinas y las tetraciclinas (o, si ambas están contraindicadas, los macrólidos) reducen o atenúan la formación del eritema migratorio y previenen o atenúan las complicaciones posteriores.

El tratamiento de elección en la infección precoz localizada consiste en la administración de tetracicilnas.

Cuando existen complicaciones neurológicas, articulares o cardiacas suelen responder a altas dosis de antibióticos.

¿Cómo puedo evitarla?

La enfermedad se puede prevenir evitando las picaduras de garrapatas. Dado que no siempre es posible evitar las áreas donde habitan las garrapatas será recomendable el uso de repelentes y de ropa adecuada.

Los animales que viven con el hombre deben revisarse periódicamente.

En los pacientes que han sufrido picadura por garrapata puede estar indicada la administración de antibióticos de forma profiláctica.

Es recomendable la consulta a un profesional cuando se sospeche la existencia de picadura por garrapata (recordar que el hábitat de este parásito es en zonas húmedas del norte de Europa y España), sobre todo si aparecen lesiones en la piel (aunque ésta no sea la típica lesión anular).

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