Enfermedad de Behcet: qué es, síntomas y tratamiento

Enfermedad de Behcet qué es síntomas y tratamiento

En cuanto a enfermedades raras se trata, a la enfermedad de Behcet podríamos ubicarla fácilmente en esta lista. No solo por la poca frecuencia con la que se presenta, sino también por lo raro de sus síntomas. Se trata básicamente de una enfermedad no contagiosa que, aunque se ha reportado en varias partes del mundo, tiene cierta afinidad por las regiones de la Ruta de la Seda, que va desde el Mediterráneo hasta China.

A día de hoy, no se sabe exactamente qué la causa y, en muchas ocasiones, su diagnóstico puede dificultarse debido a la similitud que tiene con otras enfermedades. Sin embargo, la medicina actual ha demostrado ser eficaz ante esta enfermedad. A pesar de la severidad de sus síntomas, estos pueden revertirse sin dejar casi secuelas. Es por ello que hoy hemos decidido traerte los datos más importantes acerca de esta enfermedad.

Índice
  1. ¿Qué es la enfermedad de Behcet?
  2. ¿Cómo y por qué se produce?
  3. ¿Cuáles son los factores de riesgo?
  4. ¿Cuáles son sus síntomas?
  5. ¿Cómo se trata la enfermedad de Behcet?
  6. ¿Cómo evitarla?

¿Qué es la enfermedad de Behcet?

En esencia, la enfermedad o síndrome de Behcet es un trastorno que aparece con muy poca frecuencia. Se caracteriza por causar inflamación de los vasos sanguíneos en todo el cuerpo, lo cual se le denomina como vasculitis.

En este aspecto es donde radica la severidad de esta enfermedad. Esta vasculitis es la que predispone la creación de coágulos sanguíneos que, eventualmente, pueden producir procesos isquémicos como infartos al miocardio o infartos cerebrales.

que es la Enfermedad de Behcet

Sin embargo, la cosa no se detiene allí ya que, si algo caracteriza a esta enfermedad, son los numerosos signos y síntomas que, al principio parecen no estar relacionados, lo cual dificulta mucho el diagnóstico. 

Desgraciadamente, al tratarse de una enfermedad crónica, no se le conoce actualmente una cura. Lo que sí que se puede hacer es tratar de aliviar los síntomas, permitiendo que una persona con la enfermedad de Behcet pueda tener una vida perfectamente normal siempre y cuando se eviten ciertas complicaciones.

¿Cómo y por qué se produce?

A la enfermedad de Behcet se le dan fuertes connotaciones autoinmunitarias. Esto significa que el responsable de todo viene siendo nuestro propio sistema inmunitario, el cual ataca por error algunas células sanas, desencadenando toda la sintomatología propia de este trastorno.

Por otro lado, los expertos también hacen énfasis especial en la genética y los factores ambientales.

Asimismo, diversos investigadores consideran que ciertos virus y bacterias pueden ser los desencadenantes de esta enfermedad, siempre y cuando exista una predisposición genética de por medio.

¿Cuáles son los factores de riesgo?

A lo largo de los años, desde que se empezó a estudiar esta enfermedad, se han identificado ciertos factores de riesgo que pueden aumentar las probabilidades de desarrollarla. Entre estos destacan:

  • La edad: presentándose con una mayor frecuencia en hombres y mujeres de entre 20 y 30 años de edad, aunque los niños y los adultos mayores no quedan exentos de presentarla.
  • El lugar de residencia: se ha evidenciado que las personas pertenecientes a países del Medio Oriente y Asia oriental, incluyendo Turquía, Irán, Japón y China, poseen mayores probabilidades de desarrollar este trastorno.
  • El sexo: se puede presentar en ambos sexos, pero generalmente se da de forma más severa en hombres.
  • Los genes: estudios indican que existe cierta predisposición genética en aquellas personas que han desarrollado la enfermedad.

¿Cuáles son sus síntomas?

Como casi cualquier enfermedad, los síntomas de la enfermedad de Behcet varían de persona en persona. Estos, incluso, pueden aparecer y desaparecer a lo largo del tiempo, o volverse menos graves. 

Las regiones mayormente afectadas por esta enfermedad, son:

  • Boca: aquí aparecen unas llagas características de la enfermedad muy dolorosas y similares a las aftas. Al principio, se observan como lesiones bucales redondeadas con cierto relieve, que posteriormente se transforman en úlceras dolorosas. Estas lesiones suelen ser recurrentes.
  • Piel: suelen presentarse llagas muy parecidas al acné, pero en todo el cuerpo. En otras ocasiones, puede haber nódulos dolorosos y enrojecidos, sobre todo en la parte inferior de las piernas.

Síntomas de Behcet

  • Genitales: en caso de aparecer llagas, estas suelen adoptar un color rojo intenso y agrietarse, sobre todo en la región del escroto y la vulva. Generalmente son dolorosas y dejan cicatrices.
  • Ojos: debido a la inflamación del ojo (uveítis), puede ocasionarse una visión borrosa, con enrojecimiento y dolor en ambos ojos. Esta afección también puede ser recurrente.
  • Articulaciones: puede presentarse una ligera inflamación en las articulaciones, sobre todo en las de las rodillas, tobillos, codos y muñecas. Estos síntomas pueden durar entre 1 a 3 semanas y, posteriormente, pueden desaparecer por sí solos.
  • Vasos sanguíneos: viene siendo el síntoma principal y más característico de esta enfermedad. Consiste en la inflamación de las venas y arterias de todo el cuerpo, causando enrojecimiento, dolor e hinchazón en las extremidades cuando hay la presencia de abundantes coágulos de sangre. En caso de afectarse las arterias de gran calibre, pueden producirse complicaciones como aneurismas y obstrucciones del vaso afectado.
  • Aparato digestivo: incluye dolor abdominal, diarrea y hemorragias digestivas.
  • Cerebro: puede producirse una encefalitis, causando dolor de cabeza, fiebre, desorientación, falta de equilibrio o infartos cerebrales.

¿Cómo se trata la enfermedad de Behcet?

Principalmente, su tratamiento es a base de fármacos que ayuden a contrarrestar un poco la inflamación de los vasos sanguíneos. En este sentido, podemos utilizar corticoesteroides y otros inmunosupresores.

Recordemos que no existe una cura como tal para esta enfermedad, por lo que la intención de los médicos es la de tratar de aliviar los síntomas tanto como sea posible a medida que vayan apareciendo. 

Tratar la enfermedad de Behcet

Por ejemplo, en las alteraciones oculares y cutáneas puede indicarse un corticoesteroide para disminuir la inflamación. Asimismo, se puede utilizar la Azatioprina, que es un medicamento inmunodepresor que ha demostrado que puede ayudar a preservar la agudeza visual. Este previene la formación de úlceras oculares y tiene efecto reparador para las ya existentes. 

En aquellos casos de inflamación grave de los ojos o de encefalitis, los inmunosupresores ciclosporinas pueden ser utilizados cuando los corticosteroides no surten efecto.

Las úlceras bucales y genitales, el dolor y la inflamación en las articulaciones pueden ser tratadas con corticosteroides de uso tópico de baja potencia, en conjunto con preparaciones anestésicas locales y sucralfato. 

También pueden tomarse analgésicos como la colchicina por vía oral para así prevenir la aparición de nuevas úlceras y reducir considerablemente el dolor articular. 

Desde el punto de vista inmunitario, también se pueden utilizar los llamados inhibidores del factor de necrosis tumoral, que ayudan eficazmente a prevenir la formación de nuevas úlceras tanto a nivel cutáneo y genital como a nivel bucal. 

Cabe destacar que ninguno de estos medicamentos debe ingerirse sin la recomendación del personal médico. Esto quiere decir que, en caso de que sospeches que presentas la enfermedad de Behcet, por muy seguro o segura que estés, lo primero que debes hacer es acudir a un médico internista, que te derivará a otros especialistas en caso de que sea necesario.

Si presentas la enfermedad de Behcet te conviene mantenerte controlado y seguir las recomendaciones de tu médico al pie de la letra.

¿Cómo evitarla?

Actualmente no se conoce la verdadera causa de la aparición de la enfermedad de Behcet, por lo que no es posible evitarla; es posible, sin embargo, evitar la aparición de las complicaciones con el correcto tratamiento de las manifestaciones clínicas.

Ante la aparición de las manifestaciones clínicas típicas de esta enfermedad, sería conveniente el estudio, al menos controlarlo, por parte de un profesional, que en última instancia determinará si se trata de síntomas aislados o se puede hacer el diagnóstico.

Por otra parte, en el caso de el paciente ya diagnosticado, la aparición de síntomas que indiquen complicaciones (alteraciones de la agudeza visual, diarrea sanguinolenta, cefalea persistente con rigidez de nuca y fiebre, etc), hacen necesaria la visita al médico para nueva valoración.

También te podría interesar...