Consejos para cuidar la salud en otoño

Consejos para cuidar la salud en otoño

El otoño es una de las épocas del año más delicadas en lo que al estado de salud, tanto físico como mental se refiere. Durante el otoño tienen lugar numerosos cambios, como el descenso de las horas de luz y de temperaturas, que pueden dar lugar a determinadas enfermedades.

A continuación señalamos los mejores consejos para cuidar la salud en otoño.

Índice
  1. Consejos esenciales para cuidar la salud en otoño
    1. Alimentos ricos en vitamina C y fibra
    2. Hidratar el cuerpo
    3. Lograr la temperatura adecuada
    4. Practicar ejercicio al aire libre
    5. Incrementar la higiene
    6. Mantener un buen estado de ánimo
    7. Vacuna antigripal
  2. ¿Cuáles son las enfermedades más comunes en otoño?
    1. Resfriado
    2. Conjuntivitis
    3. Dermatitis
    4. Gastroenteritis
    5. Depresión
    6. Conclusión

Consejos esenciales para cuidar la salud en otoño

Consejos esenciales para cuidar la salud en otoño

A continuación señalamos las mejores pautas para cuidar al máximo la salud en otoño y minimizar en gran medida el riesgo de sufrir determinadas enfermedades como la gripe o el resfriado, entre otras.

Alimentos ricos en vitamina C y fibra

El otoño es una de las épocas del año en las que el organismo muestra una mayor vulnerabilidad ante agentes externos como los virus o las bacterias. Es por ello que se recomienda aumentar el consumo de alimentos ricos en vitamina C, la cual refuerza el sistema inmunológico.

Algunos de los alimentos más ricos en este nutriente son las fresas, las frutas cítricas como la naranja, los pmientos, las coles de bruselas y los tomates. Todos ellos además cuentan con grandes propiedades y beneficios para el buen funcionamiento del organismo, por lo que su consumo está 100% recomendado.

También se recomienda el aumento del consumo de alimentos con un alto contenido en fibra. La razón es que, durante el otoño las comidas son más copiosas que en verano: sopas, guisos... Así, las digestiones se vuelven más largas y pesadas. La fibra es un nutriente esencial para favorecer el tránsito intestinal.

Hidratar el cuerpo

Hay quienes consideran que la hidratación únicamente es importante durante los meses de verano debido a las altas temperaturas. Pero nada más lejos de la realidad.

Cuando comienza a llegar el frío, las comidas se vuelven más copiosas y al organismo le cuesta más digerirlas. Es por ello que es aconsejable consumir entre dos y dos litros y medio de agua diarios, sobre todo entre las comidas para ayudar al correcto funcionamiento del sistema digestivo.

Lograr la temperatura adecuada

Si por algo se caracteriza el otoño es por ser muy impredecible en lo que a la climatología se refiere. Así, para evitar los cambios bruscos de temperatura es importante vestirse de la manera adecuada. Se trata de taparse lo suficiente como para ir fresco, pero sin llegar a pasar calor.

Por lo tanto, hay que evitar abrigarse hasta el punto de sudar. Un buen truco es vestirse con varias capas de prendas ligeras que se puedan poner y quitar en función del momento del día.

Practicar ejercicio al aire libre

Practicar ejercicio al aire libre

La práctica de ejercicio físico de forma frecuente es esencial en un estilo de vida saludable. El otoño es una época del año perfecto para realizar actividades al aire libre, como correr o andar en bicicleta, por ejemplo.

A la hora de hacer deporte al aire libre durante el otoño hay que escoger ropa de abrigo pero que sea transpirable para evitar el sudor excesivo.

Incrementar la higiene

La humedad es algo propio del otoño, la cual puede dar lugar a humedades en las viviendas, en las cuales se acumulan hongos y bacterias. Es por ello que resulta tan importante ventilar a diario el hogar para renovar el aire y evitar que estos microorganismos crezcan.

Del mismo modo, la humedad de esta época del año puede convertirse en un problema para la higiene personal si no se tienen en cuenta una serie de pautas básicas. El sudor es un claro indicativo de que la temperatura del cuerpo no es la adecuada y que necesita refrescarse. Ante dicho exceso de calor, la ropa se humedece y existe un cierto riesgo de que proliferen bacterias que causen distintos trastornos en la piel. Así, es muy importante extremar al máximo la higiene.

Mantener un buen estado de ánimo

En otoño disminuyen las horas de luz y, además, los días se vuelven en muchos casos grises y oscuros. Esta es la principal razón por la que muchas personas sufren una bajada de ánimo, mostrándose más irritables.

Para evitarlo, se recomienda realizar actividades que aumenten la producción de serotonina, también conocida como hormona de la felicidad. La risoterapia por ejemplo es una terapia con grandes beneficios para mejorar el estado de ánimo.

Vacuna antigripal

La gripe es una de las enfermedades que se dan más frecuentemente en otoño. Aunque en la gran mayoría de los casos se trata de una infección de carácter leve, en determinados grupos de población puede ser potencialmente mortal.

Así, durante los meses de octubre y noviembre la vacunación de la gripe es imprescindible entre aquellas personas mayores de 60 años, mujeres embarazadas, quienes sufren enfermedades crónicas y profesionales de la salud.

Cuando se administra una determinada vacuna, se inoculan una serie de microorganismos para que el organismo se enfrente a ellos. Supone por tanto un gran estímulo para el sistema inmunitario, el cual comienza a producir anticuerpos efectivos para combatir el virus.

¿Cuáles son las enfermedades más comunes en otoño?

¿Cuáles son las enfermedades más comunes en otoño?

El otoño implica un cambio climático que en muchos casos puede afectar a la salud tanto de pequeños como de mayores. Es esta una de las épocas de todo el año en la que las enfermedades son más frecuentes. A continuación hemos explicado las que más se repiten.

Resfriado

El resfriado es, sin lugar a dudas, el trastorno que más se repite durante el otoño entre niños y adultos. Los síntomas que se dan más habitualmente son secreción y congestión nasal y estornudo. En algunos casos también se presentan otros síntomas como dolor de garganta o cefalea.

El resfriado se contagia de persona a persona; el virus se propaga mediante las microscópicas gotas que se liberan cuando una persona infectada estornuda, tose o se suena la nariz. Por lo general, las personas son más contagiosas durante los dos primeros días de la enfermedad.

En la gran mayoría de los casos el resfriado desaparece pasados unos pocos días. Los médicos recomiendan descansar, beber líquidos en abundancia y tomar medicamentos para aliviar en la medida de lo posible los síntomas.

Conjuntivitis

La humedad propia del otoño aumenta en gran medida las infecciones que se producen en las mucosas. Así, la conjuntivitis es uno de los trastornos que se presenta con mayor frecuencia en otoño.

Se trata de una infección ocular caracteriza por la inflamación de la membrana trasparente que cubre la parte blanca del ojo. Es muy frecuente entre los más pequeños, aunque los adultos también pueden desarrollar este trastorno.

El síntoma más notorio de esta enfermedad es el enrojecimiento ocular, además de molestias en el ojo afectado. La fotosensibilidad es otro de los indicios de la conjuntivitis.

Dermatitis

Tanto la humedad como el frío del otoño pueden dar lugar a diferentes acciones en la piel como la dermatitis. El síntoma más habitual es el enrojecimiento de la piel y el cambio de textura de la misma, que se presenta rugosa. La gran mayoría de los pacientes también sienten un picor intenso.

Existen una serie de medidas que merece la pena recordar para prevenir la dermatitis: hidratar de la piel a diario, utilizar prendas de algodón para favorecer la transpiración de la piel, evitar duchas prolongadas de agua caliente y llevar un estilo de vida saludable.

Gastroenteritis

La gastroenteritis es una enfermedad del aparato digestivo que se caracteriza por la inflamación de la membrana interna del intestino. La causa directa de este trastorno es un virus o una bacteria que ha ingresado en el organismo.

Los síntomas propios de esta enfermedad son los siguientes: diarrea, dolor abdominal intenso, vómitos, cefalea, fiebre y escalofríos.

Por lo general, no es un trastorno grave, y la gran mayoría de las personas se recuperan a los pocos días. El principal riesgo de la gastroenteritis es la deshidratación. Resulta esencial ingerir abundantes líquidos para sustituir los pérdidos con la diarrea y los vómitos.

Depresión

Y, por último, la depresión, una enfermedad muy común en otoño, sobre todo entre la población adulta. La explicación radica en el hecho de que los niveles de melatonina aumentan como consecuencia de la disminución de la luz solar. De manera paralela, la serotonina se reduce, provocando así apatía, tristeza y cansancio.

No se trata únicamente de sentirse triste durante unos días por un determinado motivo. Quienes padecen depresión se sienten vacíos y tristes de forma permanente. Además, pierden el interés en sus actividades favoritas y se sienten cansados sin razón aparente. Respecto a la relación con las personas de su entorno, se muestran irritables.

Conclusión

Lo cierto es que no existe ningún método 100% infalible para evitar las enfermedades propias del otoño. No obstante, aplicando en la vida diaria las pautas indicadas, se minimiza en gran medida el riesgo de que virus y bacterias ingresen en el organismo.

Resulta muy importante prestar especial atención a la salud de los grupos de población de riesgo: bebés y niños, mujeres embarazadas, personas con el sistema inmunológico debilitado o que sufran enfermedades crónicas, y ancianos.

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