¿Cómo curar una herida infectada y prevenir complicaciones?
Las heridas pueden infectarse con facilidad cuando no se aplican los cuidados adecuados. Por lo que es necesario aprender cómo curar una herida infectada ya que se evitan complicaciones de salud que pueden afectar otros tejidos y órganos del cuerpo. Las bacterias, hongos o virus se movilizan a través del torrente sanguíneo si las infecciones no son tratadas oportunamente, o se extienden de a tejidos cercanos.
La higiene es vital para evitar la proliferación de patógenos, además de aplicar productos antisépticos. Sin embargo, al notar los primeros síntomas, es recomendable acudir a un médico que indique el mejor protocolo para evitar que se produzca una infección. A continuación, te explicamos las recomendaciones más adecuadas para lograr una adecuada cicatrización de heridas.
¿Cómo identificar una herida infectada?
Cuando hablamos de heridas se hace referencia a una lesión que provoca daño o ruptura de un tejido, siendo algo muy común en la piel. Suele ser producto de traumatismos, cortes, picaduras y otros. Este tipo de daños pueden verse afectados por contaminación, lo que da como resultado una herida infectada.
Se trata de un cuadro que es producto del ingreso de microorganismos, como bacterias, hongos o virus a través de la herida. Se reproducen, lo cual da lugar a la infección provocando mayor daño en el tejido y dificultando o retrasando su cicatrización. El organismo se activa para defenderse de los patógenos colonizadores, por lo que los glóbulos blancos se movilizarán a la zona afectada.
Esto causará la aparición de ciertos síntomas como inflamación, fiebre, calor en la zona de la herida y enrojecimiento. Incluso es posible que se produzca pus, una sustancia de color amarillento compuesta por células muertas, microorganismos muertos y otros desechos. Cuando no se trata la infección localizada, existe un gran riesgo que se disemine. Como consecuencia, se produce una infección sistémica. Esto quiere decir que afecta a todo el organismo, lo cual ocasiona complicaciones de salud más complejas y difíciles de tratar.
Incluso hasta las lesiones de menor tamaño pueden infectarse. Aunque tiende a ser mucho más sencillo cuidarlas, pudiendo ser posible evitar el cuadro infeccioso. Pero al existir un riesgo alto de ocurrir si no se aplican las medidas necesarias, es indispensable conocer cómo curar una herida infectada. De esta forma, logramos que cicatrice adecuadamente y en poco tiempo.
Los signos y síntomas que se presenten dependerá del tipo de infección, pudiendo observar:
Infección local
- Dolor localizado y que puede incrementar con el avance de la infección.
- Enrojecimiento del área que rodea a la herida.
- Inflamación.
- Calor local.
- Expulsión de líquido a través de la herida.
- Cicatrización lenta.
- Hipergranulación o exceso de tejido de granulación.
- Olor característico o mal olor.
- Pus en la herida de color amarillo, blanco o verde.
Infección sistémica
- Se extiende el área enrojecida.
- Fiebre.
- Celulitis.
- Malestar general.
- Vómitos.
- Escalofríos.
- Náuseas.
- Aumento de los glóbulos blancos.
- Sudores nocturnos.
- Aumento de la intensidad de dolor, incluso imposibilitando la movilidad.
Factores de riesgo que pueden provocar una infección en una herida
Se conoce que una infección en una herida puede suceder en cualquier persona, siendo el detonante la presencia de bacterias, hongos o virus en la lesión. Estas pueden ingresar a la herida por suciedad, microorganismo en las zonas circundantes o mediante el objeto que provocó la herida.
Sin embargo, existen factores que pueden aumentar el riesgo de infección, siendo posible que ocurra cuando:
- La herida que se produjo es profunda, grande o con bordes irregulares, lo cual hace más lenta su cicatrización.
- Hay presencia de suciedad u otras partículas en la lesión.
- La herida fue provocada por un animal o persona. La saliva puede aumentar el riesgo de infección.
- El objeto con que se produjo la lesión estaba sucio, oxidado o contaminado.
También se tiene en cuenta el estado de salud de la persona, ya que puede incidir sobre el proceso de cicatrización facilitando la proliferación de patógenos en el tejido afectado. Estas condiciones médicas hacen más susceptible al cuerpo de contraer infecciones:
- Sistema inmune debilitado, sobre todo en personas inmunodeprimidas como pacientes de VIH o que utilizan medicamentos inmunosupresores.
- Sedentarismo o personas con dificultad para movilizarse.
- Diabetes.
- Personas de edad avanzada. Se ha relacionado este factor con dificultad en el proceso de cicatrización.
- Deficiencia de nutrientes o malnutrición.
- Sufre de obesidad, por lo que se ve afectada el flujo de sangre. Esto impide que lleguen los nutrientes necesarios a la zona de la herida, lo cual interfiere en la capacidad de combatir infecciones.
- Es fumador, una actividad que reduce la concentración de oxígeno en el organismo. Los tejidos no reciben el oxígeno que necesitan, afectando la cicatrización.
Aunque no es común, es posible que las poblaciones de riesgo sufran de infección en heridas quirúrgicas. En general también se asocia a descuido por el cuidado de la herida, así como no cumplir con el tratamiento y recomendaciones postoperatorias.
¿Cómo curar una herida infectada?
Cuando se observan los primeros síntomas de una herida infectada, se deberá acudir con un médico para evaluar e indicar el tratamiento más adecuado al caso. Desde el punto de vista médico, se considera la administración de antibióticos como la forma más adecuada de cómo curar una herida infectada. El fármaco ayuda a combatir y eliminar las bacterias, pero es indispensable completar el tratamiento al pie de la letra para evitar que se produzca resistencia al antibiótico.
Esto deberá acompañarse estrictamente con una limpieza de la herida para asegurar que cicatrice adecuadamente. En el caso de que sea profunda o grande, se indicará suturar. Es posible que en heridas pequeñas se opte por utilizar pegamento médico o adhesivos. Y si presenta tejido muerto, se procede a hacer un desbridamiento para eliminarlo y favorecer la cicatrización.
Sin embargo, cuando se trate de heridas producidas por mordeduras, objetos sucios, contaminados u oxidados, se aplicará una vacuna contra el tétanos ya que estas situaciones aumentan el riesgo de que se desarrolle esta enfermedad.
¿Cómo curar una herida infectada en casa?
Cuando se presenta una lesión con infección leve existen recomendaciones y pautas para que una persona aprenda sin riesgo cómo curar una herida infectada en casa. Esto será posible siempre que no se presenten síntomas como fiebre, vómitos o malestar general.
La limpieza y cuidado de la herida debe realizarse de la siguiente forma:
- El equipo y materiales a utilizar debe estar limpio y esterilizado.
- Lava tus manos con agua y jabón, secando muy bien con una toalla limpia.
- Deja caer agua tibia sobre la herida para limpiarla. Puedes lavar el área circundante con agua tibia y jabón, pero no debes dejar que este producto toque la herida.
- Retira cualquier resto que se encuentre en la herida, como trozos de grava, tierra, metal, vidrio o cualquier otro. Puedes utilizar pinzas o una toalla húmeda. Frota suavemente para lograr limpiar.
- Aplica sobre la lesión algún antiséptico, preferiblemente recetado por el médico.
- Espera a que seque la herida y cubre con gasa o vendaje si es una herida algo profunda.
Para lograr una cicatrización adecuada, sigue estas recomendaciones:
- Lava todos los días la herida.
- Reemplaza todos los días el vendaje. En caso de que se ensucie o se humedezca, se deberá hacer un nuevo cambio.
- No utilice agua oxigenada o yodo ya que estos productos pueden causar irritación y molestias.
- No retires la costra ya que se retrasa la cicatrización.
En caso de que no se observe mejoría, se deberá asistir a consulta médica para evaluar e indicar el tratamiento adecuado.
Complicaciones
Cuando no se atiende adecuadamente la herida, existe un riesgo muy alto de que se disemine la infección, provocando:
- Celulitis: la infección se extiende a las capas más profundas de la piel, lo cual ocasiona la aparición de síntomas como enrojecimiento, dolor, hinchazón, vómitos, fiebre, entre otros.
- Osteomielitis: infección de los huesos producto de una infección en tejidos cercanos o que se diseminó a través del torrente sanguíneo. Es común en brazos y piernas.
- Sepsis: una infección generalizada que se propaga por el torrente sanguínea que afecta a todos los tejidos del cuerpo.
- Fascitis necrotizante: la infección se propaga a las capas más profundas de la piel, el revestimiento fascial. Es una afección grave pero poco común.
Prevenir infecciones en las heridas
Un correcto cuidado de las heridas puede evitar que aparezca infección, sobre todo aquellas personas que son propensas a contraer infecciones. Para esto será necesario aplicar las siguientes medidas:
- Limpia la herida con agua tibia.
- Mantén el área seca y libre de humedad.
- Utiliza guantes siempre que vayas a manipular la herida.
- Protege la herida cada vez que estés al aire libre.