Carnes blancas

Carnes blancas

La carne es un alimento esencial en una alimentación sana y equilibrada gracias a su amplio abanico de propiedades; es muy rica en proteínas de gran calidad y posee un alto contenido de vitaminas y minerales esenciales para el buen funcionamiento del organismo.

Podemos diferenciar dos tipos de carnes: blancas y rojas. Las carnes blancas tienen un contenido en grasa muy bajo, por lo que se pueden consumir entre tres y cuatro veces por semana. Mientras, las carnes rojas son muchísimo más ricas en grasas saturadas, por lo que su consumo recomendado es de no más de una vez por semana.

Índice
  1. ¿Qué son las carnes blancas?
  2. ¿Cuáles son los beneficios de las carnes blancas?
    1. Sistema inmunitario
    2. Sistema cardiovascular
    3. Organismo
    4. Masa muscular
    5. Evitar la anemia
  3. Diferencias entre las carnes blancas y rojas
  4. Las mejores recetas de carnes blancas
    1. Pollo al limón
    2. Pollo con frutas
    3. Pollo asado a la piña
    4. Pechuga de pavo al vapor glaseada con miel

¿Qué son las carnes blancas?

Las que se consideran carnes blancas son el pollo, el pavo y el conejo; también el cordero y el cerdo en determinadas circustancias. Por un lado, el cordero se considera como tal cuando es un animal joven, es decir cordero lechal. Y, por otro lado, el cerdo únicamente cuando la carne proviene del canal, como el lomo.

La principal característica que define a las carnes blancas es que su aporte graso es prácticamente nulo; apenas contiene menos del 10% de grasa por cada 100 gramos de carne. Además, son una fuente de proteínas extraordinarias, imprescindibles para el aporte de aminoácidos que ayudan en el desarrollo de los tejidos corporales.

Además de proteínas, las carnes blancas son ricas en vitaminas del grupo B, las cuales resultan esenciales para proteger y mantener el sistema nervioso. También contienen determinados minerales clave para el buen funcionamiento del organismo, como hierro, fósforo y zinc.

La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria recomienda tomar entre tres y cuatro raciones de carne blanca a la semana. Lo más saludable resulta prepararla al vapor o a la plancha.

¿Cuáles son los beneficios de las carnes blancas?

Las carnes blancas ofrecen una gran selección de beneficios tanto para la salud física como mental.

Sistema inmunitario

Este tipo de carnes son muy ricas en zinc, un mineral que ayuda a que el organismo pueda asimilar mejor la insulina. Además, el zinc fortalece el sistema inmunitario al mismo tiempo que ayuda a la cicatrización de las heridas.

Sistema cardiovascular

Las carnes blancas tienen un contenido muy bajo de grasas saturadas, de forma que contribuyen a disminuir las probabilidades de padecer enfermedades cardiovasculares, como el infarto de miocardio, entre otras.

Organismo

Este tipo de carnes destacan especialmente por el alto contenido en vitaminas del grupo B, especialmente B1, B3 y B12. la vitamina B12 es esencial para el buen funcionamiento del organismo ya que interviene en la producción de glóbulos rojos, que se encargan de transportan el oxígeno a la sangre.

Masa muscular

Beneficios carnes blancas

Uno de los grandes beneficios de las carnes blancas es el fortalecimiento de la masa muscular, muy importante sobre todo para los niños en edad de crecimiento, así como mujeres embarazadas y deportistas. Las proteínas que contienen este tipo de carnes son de muy buena calidad ya que contienen un elevado número de aminoácidos esenciales.

Evitar la anemia

Las carnes blancas son uno de los alimentos con mayor cantidad de hierro. Indispensable para transportar el oxígeno al organismo. Niveles bajos de hierro en el organismo derivan en una anemia; una afección cuyo principales síntomas son cansancio, fatiga, dificultad para concentrarse y una mayor vulnerabilidad frente a determinadas enfermedades. Es precisamente la anemia una de las enfermedades más habituales tanto entre mayores como entre niños.

Diferencias entre las carnes blancas y rojas

Esta es una de las preguntas más habituales en la sociedad, sobre todo en relación a las propiedades nutricionales de las carnes blancas y rojas.

Pues bien, lo cierto es que la carne roja resulta muchísimo más sabrosa que la blanca; su sabor por lo general es más intenso y, además, contiene una cantidad elevada de hierro, por lo que es un alimento muy recomendable para aquellas personas que padecen anemia.

No obstante, la carne roja contiene purinas; en pequeñas cantidades no causan ningún tipo de dañio a la salud. Sin embargo, si se consume carne roja en abundancia, las purinas pueden aumentar la cantidad de ácido úrico presente en el organismo, causando problemas como la gota.

Además, este tipo de carne es muchísimo más rico en grasas que la blanca. Por lo tanto, abusar de ellas implica el incremento del colesterol malo, aumentando así las probabilidades de sufrir determinadas enfermedades cardiovasculares, como el infarto de miocardio.

Las carnes blancas tienen un tipo de proteína de mayor valor biológico. Además, su contenido en grasa saturada es prácticamente cero, por lo que son la mejor opción para aquellas personas que tienen el colesterol alto. También presentan otra ventaja frente a las carnes rojas: su digestión es mejor.

Las mejores recetas de carnes blancas

Recetas carnes blancas

A continuación te enseñamos algunas recetas deliciosas de carnes blancas.

Pollo al limón

Ingredientes

  • 1 pollo
  • 4 limones
  • Aceite
  • Pimienta
  • Sal

Elaboración

  1. Salpimentar el pollo tanto por dentro como por fuera.
  2. Cortar en rodajas finas dos láminas, sin pelar, y tapizar en el interior del pollo.
  3. Rallar y reservar las cáscaras de los otros dos limones, partir la pulpa en trocitos e introducir en el pollo.
  4. Engrasar con un poco de aceite una fuente de horno, agregar un par de cucharadas de agua y colocar el pollo.
  5. Introducir en el horno precalentado a 180ºC.
  6. A los 20 minutos de cocción agregar la cáscara de limón rallada en el jugo del pollo y terminar de hacer hasta que esté tierno.
  7. Servir.

Pollo con frutas

Ingredientes

  • 1 pollo
  • 100 gramos de mantequilla
  • 1 lata de piña en almíbar
  • 50 gramos de almendras
  • 2 naranjas
  • 1 limón
  • Pimienta
  • Sal

Elaboración

  1. Limpiar, vaciar, lavar y secar muy bien el pollo.
  2. A continuación, salar y pimentar por fuera y por dentro, y ponerlo en una fuente de horno junto con 60 gramos de mantequilla.
  3. Rociar el pollo zon el cumo del limón y una naranja.
  4. Hornear en el horno a 180ºC durante una hora.
  5. Una vez trascurrido el tiempo,  retirar y colocar en una fuente para decorar con las frutas.
  6. Cortar las almendras peladas en delgadas láminas y dorarlas. Colocarlas sobre el pollo y servir muy caliente.

Pollo asado a la piña

Ingredientes

  • 1 pollo
  • 1 lata de piña de 1/2 kilo
  • 3 cebollas medianas
  • 6 tomates pequeños
  • 2 vasitos de vino blanco
  • Aceite
  • Sal

Elaboración

  1. Limpiar el pollo, sazonarlo por dentro y por fuera con sal y rellenarlo con dos rodajas de piña.
  2. Cerrar la abertura con un palillo.
  3. Colocar el pollo en una fuente junto con los omates, la cebolla previamente picada y tres rodajas de piña.
  4. Rociar un chorro de aceite, el juego de la piña y el vino.
  5. Hornear a horno medio durante 40 minutos, hasta que el pollo esté tierno.
  6. Servir trinchado.

Pechuga de pavo al vapor glaseada con miel

Ingredientes

  • 500 gramos de pechuga de pavo
  • 1 zanahoria
  • 1 cebolla
  • 2 tazas de caldo de ave
  • 2 cucharadas de miel
  • 2 cucharadas de mantequilla
  • 2 cucharadita de mostaza inglesa
  • 2 vasitos de jerez
  • Pimienta
  • Sal

Elaboración

  1. Llevar a ebullición en la vaporera agua con sal y un vasito de jerez; cocer al vapor las pechugas de pavo salpimentadas durante media hora.
  2. Pelar y cortar en dados la cebolla y la zanahoria; añadirlos a las pechugas y cocer unos 10 minutos; retirar.
  3. Mezclar la piel con la mostaza; agregar las pechugas y las verduras y mezclar. Dejar reposar unos 5 minutos.
  4. Calentar la mantequilla en una sartén; añadirle el resto del jerez y darle un hervor para que reduzca un poco.
  5. Agregar el caldo y las verduras, sin el palvo, y reducir a la mitad.
  6. Pasar la salsa por un tamiz y colocar en una salsera.
  7. Trinchar las pechugas y servir con la salsa.

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