Vaginoplastia: qué es, cómo se hace y precios

El mundo de la estética, y sobre todo en el sexo femenino, los procedimientos de rejuvenecimiento son de gran importancia sin duda alguna. Y es que, cuando se trata de las partes íntimas de la mujer, ya sea por efectos de los embarazos, por envejecimiento o por razones congénitas, hay quienes no terminan de sentirse a gusto con el aspecto de sus genitales, siendo entonces la vaginoplastia la alternativa más asequible ante esta problemática.

Los efectos positivos asociados a la vaginoplastia tanto a nivel estético como a nivel psicológico, no están en tela de juicio. Motivo por el cual, cada vez más y más mujeres deciden someterse a este tipo de procedimientos sin importar lo invasivos que puedan ser. Así que, si estás valorando la idea de rejuvenecer tus genitales, esta es tu oportunidad. Esto es todo lo que debes saber acerca de la vaginoplastia.

¿Qué es una vaginoplastia?

La vaginoplastia se trata de una cirugía estética que se fundamenta en el rejuvenecimiento vaginal. Su objetivo principal es el de corregir la distensión de los tejidos del canal vaginal y recuperar la tonicidad, como consecuencia de ello, la capacidad de contracción de los músculos vaginales. 

Este procedimiento tan particular suele realizarse en aquellas mujeres que padecen un debilitamiento notable en el suelo pélvico, donde puede hallarse un ensanchamiento considerable de la vagina.

Todo esto puede ser la consecuencia de haber experimentado varios embarazos y partos vaginales, debido a las altas tensiones a las cuales son sometidos los músculos y los tejidos de la pelvis en estas circunstancias. 

Cabe tener en consideración que, la pérdida de la firmeza del suelo pélvico, también puede desencadenar un prolapso vaginal. Hasta se ha relacionado con la incontinencia urinaria, y una afectación en las relaciones sexuales, disminuyendo así la frecuencia de los orgasmos.

A medida que pasan los años, este tipo de cirugía se ha venido haciendo cada vez más popular a nivel mundial. Hasta el punto que, ya sea por un tema de complejos o por presión social, cada vez son más las mujeres jóvenes que quieren someterse a este tipo de cirugía. De allí que los especialistas hagan especial énfasis en la importancia de la valoración de cada paciente, para así determinar quiénes la necesitan y quiénes no. 

Por otro lado, la vaginoplastia también se asocia mucho con aquellas intervenciones quirúrgicas de reasignación sexual. A través de esta se busca cambiar los genitales masculinos, por genitales externos femeninos, siendo esta uno de sus principales atractivos en la sociedad actual.

Tipos de vaginoplastias

Existen distintas formas de realizar este procedimiento. La vaginoplastia completa se trata de una cirugía que involucra la extirpación del falo y los testículos en el caso de los hombres y, por consiguiente, la creación de una vagina, labios vaginales y clítoris.

Esta intervención puede necesitar de 1 o 2 etapas quirúrgicas con un aproximado de 3 a 6 meses de diferencia, que irán de acuerdo al proceso de recuperación. 

Por otro lado, la vaginoplastia de poca profundidad se trata una cirugía también enfocada en hombres, que consiste básicamente en lo mismo que la anterior, pero sin tanta exhaustividad. Es decir que, además de extirpar el falo y los testículos, el aspecto interno y la sensibilidad de esta nueva vagina no se trabaja tanto como en el anterior procedimiento. En este, la penetración de la vagina no es posible.

Por último, tenemos la vaginoplastia convencional, que se enfoca en mujeres ya sea por un tema de envejecimiento, por asimetrías, por defectos anatómicos o cualquiera de las otras razones que ya hemos mencionado anteriormente.

¿Cómo se hace una vaginoplastia?

Desde el punto de vista preoperatorio, los siete días previos a la realización de la cirugía, tu médico hará un énfasis especial en evitar tomar antiagregantes plaquetarios, para así disminuir el riesgo de sangrado y de hematomas. Asimismo, debe evitarse ingerir antiinflamatorios durante un período de los tres días previos.

48 horas tras la intervención, puede que se noten algunas molestias debido al carácter invasivo de la cirugía. En tal sentido, es necesario guardar reposo durante este periodo de tiempo y, de ser posible, colocar compresas frías en la zona afectada.

En cuanto al procedimiento propiamente dicho, esta intervención, aunque suene complicada, siempre y cuando sea hecha por manos expertas, carece de riesgos.

Básicamente consiste en estrechar el canal vaginal mediante la unión de los músculos vaginales con puntos de sutura que sean reabsorbibles. A esto se le conoce como “cierre vaginal” y se realiza meramente con una finalidad estética, tal y como sucede con las episiotomías realizadas durante los partos vaginales. 

Esta operación puede durar aproximadamente 1 o 2 horas, dependiendo del cirujano en cuestión y de los inconvenientes que pudieran surgir durante la cirugía, así como también del grado de ensanchamiento de la vagina.

Usualmente se realiza bajo anestesia general, aunque en determinados casos, puede realizarse con anestesia local. 

El periodo postoperatorio se realiza en el hogar, con un recetario a base de analgésicos suaves y antibióticos para varios días.

¿Cuáles son sus beneficios?

Los beneficios de esta cirugía están orientados hacia lo siguiente:

• Aumentar el placer sexual.
• Mejorar el aspecto de los genitales externos.
• Corregir la incontinencia de orina o de heces en caso de haber prolapsos.
• Fomentar una vida normal y agradable a expensas de una alta autoestima.

¿Cuáles son sus riesgos?

Anteriormente, habíamos mencionado que la vaginoplastia carece de riesgos mayormente, pero, en determinadas circunstancias puede que en caso de no seguir las indicaciones del doctor, surjan algunos inconvenientes. Independientemente del tipo de vaginoplastia que se vaya a realizar una persona, los riesgos son similares y están representados de la siguiente manera:

• Infecciones.
• Efectos secundarios de la anestesia. 
• Apertura de la herida. 
• Sangrado o hinchazón anormales durante o después de la operación.
• Fístulas.
• Defectos de cicatrización.
• Pérdida de profundidad y anchura vaginal.

¿En qué casos se recomienda?

Toda mujer que desee corregir defectos anatómicos provocados por episiotomías después de los partos, o aquellas que padezcan de un ensanchamiento del canal vagina debido al envejecimiento, la menopausia o partos múltiples, así como también a los defectos o las asimetrías de nacimiento, pueden optar a una vaginoplastia.

Por supuesto que, aquellos hombres que decidan someterse a una reasignación de sexo, también pueden optar a una vaginoplastia bajo ciertas condiciones.

Esta intervención quirúrgica puede realizarse a mujeres y hombres de cualquier edad, donde la demanda principal se halla en las mujeres adultas con fines meramente estéticos y por un tema de autoestima. 

¿Cuáles son sus precios aproximados?

Los precios de las vaginoplastias varían según el sexo de la persona y la clínica o el cirujano con quien decidas hacerte este procedimiento.

Sin embargo, cuando se trata del rejuvenecimiento de una vagina femenina, los precios pueden oscilar entre los 2.500€ y los 3.500€.

En el caso de los hombres, en cuanto a la reasignación de sexo se trata, el tema es un poco más complicado. Recordemos que, al tratarse de un cambio de sexo, esto supone un esfuerzo mucho mayor y la implementación de habilidades especiales para lograr dicho fin.

De modo que una vaginoplastia en el contexto de un cambio o reasignación de sexo, puede llegar a costar entre 10.000€ y 13.000€ aproximadamente, teniendo en cuenta que dicho procedimiento puede llegar a requerir varias sesiones para lograr el cometido final.