Obesidad

Causas y consecuencias de la obesidad

Son muchísimos los expertos que señalan que la obesidad es una de las principales enfermedades del Siglo XXI, la cual afecta tanto a adultos como a niños. Se estima que desde el año 1975 la obesidad se ha triplicado a nivel global. En 2016, el último año del que se tienen datos, más de 1.900 millones de adultos padecían sobrepeso, de los cuales 650 tenían obesidad; cifras que en términos relativos representan el 39 y el 13 por ciento de la población mundial respectivamente.

Respecto a los niños, en el año 2016, cerca de 41 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso o eran obesos. Cifras alarmantes que nos llevan a preguntarnos cuáles son las causas de la obesidad, y qué consecuencias tiene esta enfermedad.

Índice
  1. ¿Qué es el sobrepeso y la obesidad?
  2. Tipos de obesidad
    1. Obesidad infantil
    2. Obesidad mórbida
  3. Causas de la obesidad
    1. Alimentación
    2. Ejercicio físico
    3. Estilo de vida
    4. Genética
    5. Enfermedades
    6. Estrés
  4. Síntomas de la obesidad
  5. Consecuencias de la obesidad
    1. Diabetes tipo 2
    2. Enfermedades cardiovasculares
    3. Enfermedades respiratorias
    4. Problemas psicológicos
  6. Cómo evitarla y prevenirla

¿Qué es el sobrepeso y la obesidad?

Hay quienes utilizan el sobrepeso y la obesidad como sinónimos. No obstante, lo cierto es que son conceptos diferentes, cada uno de ellos con sus propias características.

Tener sobrepeso implica que el peso corporal está por encima de lo que se considera normal y saludable en función de datos como la estatura, el género o la edad, entre otros. Sin embargo, la obesidad es una condición física en la que se da un acumulamiento excesivo de grasa corporal. Así, una persona con sobrepeso tiene un peso por encima de lo normal, pero no tiene por qué tener grasa acumulada en su organismo.

Tanto el sobrepeso como la obesidad se definen a través del Indice de Masa Corporal. Se trata de un indicador que relaciona el peso y la altura.

  • Adultos: en el caso de los adultos, la Organización Mundial de la Salud indica que el sobrepeso se da cuando el IMC es igual superior a 25. Mientras, una persona adulta sufre obesidad cuando su IMC es igual o superior a 30.
  • Niños menores de cinco años: en el caso de los más pequeños, se dice que un niño sufre sobrepreso cuando su IMC está dos desviaciones típicas por encima de la mediana establecida, según los patrones de crecimiento infantil de la OMS. En cuanto a la obesidad, los niños menores de cinco años la sufren cuando su IMC está tres desviaciones típicas por encima de la mediana establecida.
  • Niños de entre cinco y diecinueve años: entre niños y adolescentes, se considera sobrepeso cuando su IMC está más de una desviación típica por encima de la mediana establecida por la Organización Mundial de la Salud. La obesidad se da cuando el IMC es mayor que dos desviaciones típicas por encima de la mediana establecida.

Tipos de obesidad

Tipos de obesidad
Existen dos tipos de obesidad: central y periférica. La primera de ellas resulta más grave, y las consecuencias de la misma pueden ser fatales para la salud en el medio y largo plazo. La obesidad central, tal y como su propio nombre indica, se caracteriza por la localización de grasa en el tronco; una de las principales consecuencias de estre trastorno es la diabetes tipo 2. En cuanto a la obesidad periférica, la grasa se acumula de la cintura hacia abajo, produciendo así graves problemas de sobrecarga en articulaciones como las rodillas.

Obesidad infantil

La obesidad infantil es una enfermedad cada vez más frecuente en nuestra sociedad. Entraña un gran peligro ya que condiciona un gran riesgo cardiovascular en la edad adulta, así como otras complicaciones.

Así, cuando la obesidad se da en niños menores de cinco años y se extiende durante un largo periodo de tiempo, el riesgo de padecer determinadas enfermedades cardiovasculares en la edad adulta es muy alto. Es por ello que resulta tan importante prevenir la obesidad en los más pequeños, fomentando la práctica de ejercicio físico y una dieta sana y equilibrada.

Obesidad mórbida

Actualmente, son muchísimas las personas que padecen obesidad mórbida, sobre todo en los países occidentales. Existen diferentes opciones de tratamiento para la misma, como la gastroplastia vertical, la gastroplastia con banda gástrica ajustable o el "by-pass" gástrico. El principal objetivo que persiguen todas estas técnicas es reducir el tamaño del estómago para que de esta forma la cantidad de alimentos ingeridos se reduzca.

Causas de la obesidad

Existen una gran selección de causas que pueden favorecer en gran medida el aumento de peso, como por ejemplo la falta de ejercicio físico o una alimentación inadecuada.

Alimentación

Comida y obesidad

Actualmente, existe una tendencia cada vez más generalizada hacia el consumo de alimentos precocinados y procesados, los cuales tienen un alto nivel calórico y contienen una gran cantidad de grasas y azúcares que en absoluto son saludables para el organismo.

Ejercicio físico

Otra de las causas que dan lugar a la obesidad es el sedentarismo. En pleno Siglo XXI, son cada vez más las personas cuyo trabajo es completamente sedentario, que pasan su jornada laboral sentadas frente a un ordenador. Así, si no se realiza ningún tipo de ejercicio físico en el tiempo libre, el aumento de peso es inevitable.

A la hora de practicar ejercicio, lo más importante es que se haga de manera constante. Es decir, resulta muchísimo más beneficioso caminar todos los días quince minutos que hacerlo uno o dos días por semana durante dos horas.

Estilo de vida

Por supuesto, el estilo de vida influye de forma notable en la obesidad, lo cual guarda una relación directa con el ejercicio físico y la alimentación. En la sociedad del Siglo XXI el consumo de "comida basura" está cada vez más generalizado debido a un amplio abanico de factores: publicidad que alienta a los usuarios a consumir este tipo de alimentación, la falta de tiempo para cocinar platos caseros debido a la falta de conciliación de la vida personal y profesional...

Genética

Por supuesto, la genética tiene un papel clave en la obesidad. Y es que los genes son en muchos casos responsables del aumento de peso, aumentando así las probabilidades de que una determinada persona sea obesa.

Merece la pena destacar que los genes simplemente propician la obesidad; no obstante, son factores externos como una mala alimentación o la falta de ejercicio físico los que contribuyen directamente a ella.

Enfermedades

Existen determinadas enfermedades que favorecen la obesidad.

  • Hipotiroidismo: se conoce como tal a la enfermedad caracterizada por el descenso de la actividad que lleva a cabo la glándula tiroides; de este modo, la secreción de hormonas tiroidea disminuye. Un trastorno que da lugar a una gran selección de síntomas como cansancio, extrema sensibilidad al frío y, en el caso de las mujeres, trastornos en sus periodos menstruales.
  • Síndrome de Cushing: también conocido como hipercortisolismo, es un trastorno médico provocado por el incremento de la hormona cortisol. Uno de los síntomas que se dan con mayor frecuencia es la obesidad en la parte superior del cuerpo. También aparecen otros indicios como fatiga severa, debilidad muscular, aumento de los niveles de azúcar en sangre, y aparición de hematomas sin razón aparente.
  • Síndrome del ovario poliquístico: una enfermedad que afecta a las mujeres y que se caracteriza por el desequilibrio de las hormonas sexuales. Un trastorno que puede dar lugar a cambios en el ciclo menstrual, así como dificultades para quedar embarazada, y obesidad.

Estrés

El estrés es otro de los factores que fomentan el aumento del peso. Y es que son muchísimas las personas que comen por el simple hecho de que se encuentran estresadas o con un gran nivel de angustia, sin ni siquiera tener hambre. Así, en algunos casos el estrés lleva a consumir grandes cantidades de alimentos en poco tiempo.

Síntomas de la obesidad

Uno de los principales síntomas asociados a la obesidad es la dificultad para respirar y la sensación de ahogo ante cualquier tipo de actividad física; en los casos de obesidad más extremos, el simple hecho de caminar puede dar lugar a este clase de indicios. Esto se explica por la acumulación de grasa en el área ubicada debajo del diafragma, así como en la pared torácica, ejerciendo de esta manera presión en los pulmones.

La dificultad para respirar puede causar graves trastornos del sueño, como por ejemplo la apnea del sueño; es decir, la parada de la respiración durante unos segundos durante el descanso. Un trastorno que perjudica de forma notable a la calidad de vida de quienes lo padecen.

La obesidad también puede desencadenar problemas en las articulaciones, sobre todo en las caderas, rodillas y tobillos. Los trastornos en la piel también son habituales entre personas obesas. Y es que su superficie corporal es escasa en relación a su peso, de modo que su organismo no puede eliminar el calor de manera eficiente; así, es habitual que suden muchísimo más que las personas delgadas, lo cual afecta a la salud de la piel.

Y, por último, los edemas en zonas como los pies y los tobillos, los cuales se dan a raíz de la acumulación de líquido en el organismo.

Consecuencias de la obesidad

Consecuencias de la obesidad

A continuación señalamos cuáles son los principales problemas de salud que se dan en relación a la obesidad.

Diabetes tipo 2

Sin lugar a dudas, una de las consecuencias más graves de la obesidad es la diabetes tipo 2, la cual se desarrolla en la edad adulta en la gran mayoría de los casos. Entre las mujeres, la probabilidad de que las obesas desarrollen esta enfermedad es doce veces mayor que mujeres con un peso saludable.

La diabetes tipo 2 es una enfermedad caracterizada porque el organismo no es capaz de producir la suficiente insulina. Así, con el paso del tiempo, los altos niveles de glucosa pueden causar daños en órganos clave para el buen funcionamiento del organismo, como los riñones o el corazón.

Enfermedades cardiovasculares

Las enfermedades cardiovasculares son en muchos casos una consecuencia directa de la obesidad ya que ésta da lugar a un gran número de factores de riesgo: aumento de los niveles de colesterol malo en sangre, incremento de los triglicéridos, e hipertensión.

Un IMC alto y la hipertensión guardan una relación directa, tal y como han señalado varios estudios. Y es que, por cada diez kilos adicionales con respecto al peso corporal normal, la presión arterial aumenta entre dos y tres puntos.

Una de las enfermedades cardiovasculares que se dan con mayor frecuencia entre personas obesas es el infarto de miocardio.

Enfermedades respiratorias

Tal y como hemos señalado, uno de los síntomas más habituales entre personas con obesidad es la dificultad para respirar. Pues bien, una de las consecuencias que se dan con mayor frecuencia entre personas obesas es la apnea obstructiva del sueño. Un trastorno crónico que se da cuando la respiración se detiene durante el sueño debido a un estrechamiento de las vías respiratorias.

Problemas psicológicos

Depresion y obesidad

Por supuesto, la obesidad, más allá de las consecuencias para el estado de salud físico, también da lugar a problemas psicológicos. En muchos casos los pacientes con obesidad padecen baja autoestima e incluso depresión.

Se trata de una enfermedad severa que va muchísimo más allá de sentirse triste algunos días. Los síntomas más habituales son los siguientes: sensación de tristeza permanente, aumento o pérdida del apetito, cansancio, desesperanza, dolores de cabeza constantes e intensos, irritabilidad y ansiedad.

Cómo evitarla y prevenirla

A continuación señalamos algunos de los mejores tips para evitar la obesidad y mantener un peso corporal saludable.

  • Alimentación: cuidar la alimentación es clave para evitar la obesidad. Así, es recomendable evitar los alimentos procesados y con un alto contenido calórico, y optar por aquellos saludables como frutas, verduras, y cereales. Los expertos aseguran que lo mejor es realizar cinco comidas diarias.
  • Hidratación: en ocasiones las personas confunden la deshidratación con las señales propias del hambre en el organismo. Lo ideal es consumir dos litros de agua diarios para garantizar el buen funcionamiento del organismo; y es que el agua, además de hidratar, también limpia y elimina toda las toxinas.
  • Dormir: lo mejor es dormir ocho horas ya que la falta de sueño genera ansiedad, lo cual en muchos casos incita a comer más. Además, algunos estudios han demostrado que quienes comen por ansiedad eligen alimentos poco saludables.
  • Ejercicio: por supuesto, realizar ejercicio físico con frecuencia es una forma estupenda de prevenir la obesidad. Lo más recomendable es practicar deporte a diario; basta con caminar o nadar quince minutos diarios.

Esto es todo lo que debes saber sobre la obesidad, una enfermedad cada vez más frecuente en nuestra sociedad, tanto entre adultos como entre niños. Se trata de una patología que se puede evitar en gran medida con unos hábitos de vida saludables desde la infancia, lo cual supone una gran ventaja. Las consecuencias de la obesidad son muy graves para la salud tanto física como mental, de modo que es importante mantener un peso corporal adecuado.

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