Artrosis

Artrosis

La artrosis es una afectación crónica de las articulaciones, de origen degenerativo y no inflamatorio. Es la enfermedad más frecuente del aparato locomotor. Su prevalencia aumenta con la edad, el 80% de la población mayor de 75 años tiene algún signo radiológico de artrosis. Afecta por igual a ambos sexos.

Índice
  1. ¿Qué es la artrosis
    1. Artrosis perférica
    2. Artrosis central
  2. Síntomas de la artrosis
  3. ¿Cómo se diagnostica?
  4. Tratamiento para la artrosis
    1. ¿Cómo puedo evitar la artrosis?

¿Qué es la artrosis

La artrosis primaria es una patología degenerativa, en la que influyen varios factores de riesgo:

  • Obesidad: se relaciona con la artrosis de rodilla y de cadera como consecuencia de la sobrecarga.
  • Herencia: se relaciona con algún tipo de forma poliarticular.
  • Osteoporosis: con una relación inversa.
  • Tabaquismo: algunos estudios dicen que el hábito tabáquico tiene un efecto protector para el desarrollo de artrosis.
  • Factores mecánicos: traumatismos, actividades deportivas y laborales con riesgo de sobrecargas articulares.

También hay otro tipo de artrosis menos frecuentes llamadas secundarias:

  • Por incongruencia mecánica de la articulación.
  • Por enfermedad inflamatoria articular.
  • Por enfermedades de origen endocrino.
  • Por enfermedades metabólicas.

Artrosis perférica

El origen de la artrosis está en la degeneración del cartílago hialino articular con tres fenómenos:

  1. Destrucción del cartílago: adelgazamiento y formación de fisuras.
  2. Remodelación o neoformación de hueso (osteofitos).
  3. Sinovitis secundaria.

Artrosis periférica

Artrosis central

En la columna vertebral, la artrosis está causada por dos mecanismos distintos que se producen a la vez:

  • Artrosis de las articulaciones apofisarias y unciformes: son articulaciones con cartílago hialino igual que las periféricas.
  • Degeneración de los discos intervertebrales: con esclerosis de las plataformas vertebrales y osteofitos marginales.

Síntomas de la artrosis

La artrosis aparece más frecuentemente en las siguientes articulaciones:

  • En los dedos: articulaciones interfalángicas distales y proximales.
  • En la trapeciometacarpiana (rizartrosis).
  • En la primera metatarsofalágica.
  • Coxofemoral.
  • Rodilla.
  • Columna cervical y lumbar.

Por el contrario no suele haber artrosis en: carpos, codos, hombros, tobillos y metacarpofalángicas.

Los síntomas y signos más frecuentes son:

  • Dolor mecánico: que aumenta con el movimiento y disminuye con el reposo.
  • Rigidez tras inmovilidad.
  • Disminución de la movilidad.
  • Limitación funcional.
  • Dolor a la presión en la articulación y sus límites.
  • Tumefacción.
  • Crujidos al realizar movimientos.
  • Disminución de la movilidad activa y pasiva.
  • Inestabilidad articular.
  • Deformidad articular: nódulos de Heberden (en articulaciones interfalángicas distales), nódulos de Bouchard (en interfalángicas proximales), genu varo y valgo.

¿Cómo se diagnostica?

No hay definidos criterios diagnósticos estrictos para la artrosis. La unión de datos epidemiológicos, clínicos, radiológicos nos permiten, en la mayoría de los casos, hacer un diagnóstico de certeza.

Analítica: es normal, salvo en artrosis secundarias, donde hay alteraciones propias de la enfermedad que causa la artrosis.
Líquido sinovial: es de tipo mecánico, claro, viscoso, con pocas células ( a diferencia de la artritis microcristalina). Si la artrosis está muy evolucionada pueden encontrarse cristales.
Radiografía: suele ser suficiente para el diagnóstico de artrosis, presenta las siguientes características: pinzamiento no uniforme de la interlínea articular, esclerosis del hueso subcondral, formación de osteofitos y formación de quistes subcondrales.

Tratamiento para la artrosis

Medidas generales: calor local, fisioterapia, electroterapia , higiene postural (evitar sobrecargas articulares).
Analgésicos menores: suficientes en la mayoría de los casos para calmar el dolor.
Antinflamatorios: en cortos periodos de tiempo para la sinovitis secundaria.
Infiltraciones locales.
Cirugía: se reserva para artrosis evolucionadas que tengan una repercusión importante en la vida del paciente con gran impotencia funcional o cuando hay intenso dolor que no cede con las medidas anteriores. Hay dos tipos de cirugía: osteotomía correctora (valguizante de tibia) y protésica sobretodo en cadera y rodilla.

¿Cómo puedo evitar la artrosis?

Evitando la sobrecarga articular, es decir no excediendo el peso corporal y manteniendo una buena higiene postural: saber como agacharnos, como sentarnos, como coger grandes pesos, etc.

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